"Qué mala suerte" el día en que me fui a enterar que ya no estabas
yo nunca supe jugar ni a los encantados ni a las atrapadas, mi amor.
Y, sin embargo, qué buena suerte fue saber que tú ya no jugabas, cariño,
porque en las escondidas siempre fuiste la mejor.Y si te fuiste un martes me figuro que fue en promoción de dos por uno,
porque entre tú y yo no quedó ninguno, pues cuando te fuiste tú yo también me fui.
Vaya el mismo demonio a saber si fue oportuno
haber desayunado a la prisa y muriéndote de risa oírte abrir la puerta y salir.Y si de cuando en cuando, y sé que lo harás, te asomas por aquella ventana a mirar,
te recomiendo usar la casa de enfrente, tiene una vista diferente y hasta un balcón.
Alquílate un cuartito decente, mi amor, y como esa gente común y corriente que no para de hablar
invéntate una historia elocuente de cómo fue que este idiota "te rompió el corazón".Ahora ni te atrevas a volver a venir, que esta vez ya es la tercera llamada,
que de aquel desayuno ya no queda nada, tan solo los trastos por lavar.
Y aunque sabes bien que la puerta nunca está cerrada, no seas descarada,
te recuerdo que tu entrada está vetada y mi show debe continuar.