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¿No les pasa que algo tan ínfimo puede cambiar su vida en 180º?
¿No me creen?
Aquí les dejaré la historia, de cómo mi relación se fue a la mierda por culpa.
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Desde su llegada, mis desayunos junto a Shōto ya no son lo mismo. Siempre está ahí, con esos ojos reprochándome que todo me sale mal e incluso, tomando mi lugar en la mesa.
¡CUÁNTO LO ODIO!
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Shōto adoptó a un pequeño conejo, el muy puto ni siquiera fue capaz de consultarme si deseaba tener alguna mascota en el apartamento, solo llegó con su maldita cara y esa bola en brazos.
El primer día pintaba sencillo, digo esa basura solo comía sus verduras y Shōto se paseaba por el departamento en ese estado zombie usual, listo para recostarse en conmigo en el sofá y tener esa maratón de Marvel cuando todo comenzó.
— Bakkun, ven acá.
¿Me ha cambiado el apodo?
Le miré extrañado, pero dispuesto a ir cuando vi mi pesadilla: Ahí estaba ese puto conejo acomodándose en el pecho de mi novio y mandando al carajo nuestra tarde de arrumacos y películas.
— ¿Qué hace esa mierda acá, bastardo?
— Se llama Bakkun y dormirá conmigo porque tiene frío.
— ¿Y NUESTRA TARDE DE PELÍCULAS?
— La tendremos, pero nos acompañará Bakkun.
— ¡Me niego maldita sea!
— Te jodes, no dejaré que enferme por tus ataques infantiles.
Decir que quería estallar el apartamento y que el conejo se muriera del susto era poco, odiaba cuando algo se interponía entre mis objetivos y ese animalejo lo estaba haciendo con totalmente. Le miré con la ira bullendo como caldero, mientras dejaba que Deadpool inundase nuestro apartamento, quizá un par de sátiras y risotadas podrían aligerar el ambiente que se había calentado de golpe y no precisamente como me gustaría.
La película cumplió su objetivo en gran parte, los minutos iniciales fueron algo duros pero después del tercio y pico, ya estábamos sumidos en aquel universo que mantenía las risas a flor de piel mientras un par de arrumacos por parte de Todoroki me relajaban y es que sus manos acariciando el dorso de las mías siempre lograban ponerme feliz, hacían que mi alma vibrase con tal intensidad que no podía mantenerme alejado de si, era como un campo magnético de poderosa intensidad. Guié mis labios a su cuello, quería tomar algo más de ese tibio cuerpecillo y quizá terminar como correspondía una tarde de películas, con ambos desenfrenados en el sofá mientras nos besamos y tenemos sexo al estilo más puro y duro. Los gemidos que abandonaron a Shōto me indicaron que iba por un buen camino, aumentando mi ya elevada confianza y dispuesto a posicionarme sobre su cuerpo para elevar algo más la temperatura del lugar, extasiado a más no poder.
— Katsuki.... No, Bakkun no puede ver esto... Dejémoslo para después.
¿Escucharon eso?
Si, fue mi maldito corazón rompiéndose y mi pene reclamándole al mundo por aquella dolorosa situación.
— ¿EEEEEH? ¿Me estás jodiendo?
Mis palabras salieron de sopetón y es que no podía tolerar que esa maldita bola de pelos interfiriera de esa forma en mi relación y ganas de partirle el culo a mi novio. Intenté persuadirle, con pequeños besos en el cuello aún si se retorcía, pero Todoroki parecía más que dispuesto a dejarme tieso como roca y abandonar por completo el propósito de ver una película en pareja.
— Bakugō, ve al baño y arregla eso.
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Desde mi derrota con aquel animal, sentía que la vida ya no podía ser más mierda.
¿Cómo era posible que incluso a la hora de la siesta estuviera ahí?
Daba igual si yo llegaba de sorpresa o sencillamente demandaba la atención de mi novio a gritos, el muy maldito siempre me reemplazaba por la puñetera bola de pelos. Odiaba cada segundo en el que Shōto no era capaz de calmar sus ansias con el recién llegado, me comenzaba a incomodar la idea de que mi presencia fuera tan malditamente insoportable como para que ya no me quisiera como antes.
¿Será que el muy puto se aburrió de mi?
La cólera me abofeteó con fuerza, llevándome a un azote de la puerta del baño en vagos intentos de pensar un poco más en lo que sucedía. Definitivamente no podía tolerar que mi novio me dejase de esa forma, que no tuviera los huevos de decírmelo así que tomaría las riendas de la situación y lo enfrentaría, aunque doliese y quizá más tarde quemara.
— ¡Shōto!
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El grito sórdido se escuchó en todo el inmueble, lugar donde un bicolor algo adormilado comenzaba a tener nociones de su estadía, escuchando claramente donde Bakugō vociferaba su nombre, llamando a su mal humor.
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Le esperé apoyado en la pared cercana a nuestra habitación, recargado en uno de los hombros mientras buscaba las palabras más adecuadas para poder expresarle mi descontento y es que no podía llegar y lanzarle a la cara mi odio por aquella mota peluda, necesitaba expresarme a gusto y dejarle claro que quiero a mi novio de vuelta, a ese imbécil despistado que logró enamorarme.
Llegó frente a mi con cara de odio, quizá eso no era un buen augurio pero tenía que intentar recuperar a mi chico, así qué haciendo uso de esa pobre galantería que me caracterizaba me acerqué un poco más para poder tenerle cerca, besando su pómulo con tal calma que me enervaba pero la molestia plasmada en el rostro de Todoroki y la venita naciente me invitaban a seguir.
— Shōto, siento que desde que esta mierda llegó ya no me amas.
— ¿Estás escuchándote, Kats?
— Ya no me besas, no me dejas dormir en tu pecho... ¿Qué mierda tiene él que no tenga yo? ¿Por qué lo amas más?
El silencio embargó nuestro pasillo, dejando un mal sabor de boca mientras mi fortaleza se iba debilitando y estaba por explotarle la cara, pero un puchero mal hecho y un rostro de completa incertidumbre dejaron la situación aún más extraña de lo que estaba,
— ¿Qué dijiste?.... Ay Bakugō por el amor de Dios, yo te amo igual que siempre, es solo que Bakkun me recuerda a ti, sus ojos rojos y su semblante calmado siempre me traen a mente cuando duermes. No me di cuenta que te estaba descuidando, lo siento.
— ¿Oi? ¿Te estás escuchando? ¿Yo? ¿Parecerme a esa mierda?
La incredulidad estaba plasmada en mi rostro pero es que no podía dar crédito a que todo este mal entendido fuera por una supuesta versión miniatura de mi, me parecía demasiado tonto par ser real.
— ¿Me estás tomando el pelo?
— No Kats, de verdad lo siento.
Sus mejillas sonrojadas me demostraban que estaba demasiado avergonzado y si lo estaba era porque la verdad era tan absurda como su explicación.
¿Cómo odiarlo?
Si el muy maldito pensaba en mi cada segundo.
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Spicy Frappuccino [TodoBaku/BakuTodo]
FanfictionConjunto de historias en distintos universos alternativos, una nueva forma de shippear a esta pareja disfuncional. [ Todo pedido se realiza en comentarios ]