Yo quería ser suficiente

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[ Canción sugerida para lectura: Sing me to sleep- Alan Walker ]

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[ Canción sugerida para lectura: Sing me to sleep- Alan Walker ]

Un pergamino perfectamente doblado yacía en el bolsillo izquierdo de la sudadera gris recién devuelta por el bicolor, aquella sobre la que le había oído pregonar propiedad en más de una ocasión pero que de cierta manera le regocijaba al saber que tenía parte de sí acompañándole.

¿Qué ocurría con Shōto si se la estaba devolviendo?

Con aquel pensamiento cansino, lleno de dudas y un nudo en el estómago, se dejó caer sobre la cama. El cobertor y las mantas rodando cercano a sus pies le recordaban que debía hacer la cama, que debía tener ordenado.

"Tal como cuando vino Shōto"

Cortó el hilo de pensamientos y desdobló aquel trozo que se sentía como hierro caliente en su mano, respirando profundamente antes de comenzar la lectura, no le gustaba la sensación que estaba embargando su sistema.

• • •

Bakugō:

Quizá cuando ya estés leyendo esto, sea muy tarde... Quizá y solo quizá me haya dado cuenta que después de todo lo que creí pasar contigo... No fui suficiente.

No hubo día en el que no me imaginara a tu lado, tomados de la mano y disfrutando con libertades de un amor que parecía crecer y aumentar como el viento, aunque debí prever que en algún instante las ráfagas incesables se vuelven una calma absoluta o un vacío doloroso. Sonará triste la comparación que mi mente y corazón toman para nuestro romance, aquel que inició como una dulce melodía y hoy es la pieza más dolorosa de mi colección.

Oh Bakugō, no sabes cuánto añoré que nuestro amor fuera tan fuerte como tú, tan intenso y duradero como un fénix, tan puro y diáfano como la inocencia, tarde pude ver que solo era uno más. Aquellos besos interminables y llenos de bellas jornadas de palabras dulces y caricias cuidadas no eran más que una ilusión adornada de calurosas y constantes melodías sexuales, únicos instantes en los que me sentí amado y quizá adorado por tu ser.

Bakugō, yo de verdad pensé que me querías.

Yo de verdad pensé que era especial.

Así de iluso y confiado, te entregué cada trozo quebrajado de mi alma, aquella que pareció tomar consuelo cuando tuvo el bálsamo de tus besos, mismos que acunaban las pesadillas que abundaban antes de mi dormir, mismas que me impedían descansar en plenitud. Era bonito pensar que toda la oscuridad que llevaba sumiéndome hace un año estaba llegando a su fin, dispuesto a entregar mi vida a la nueva etapa de mi vida cuando el tormento nuevo comenzó: Las lágrimas acompañaron mis inseguridades, siendo cada noche el panorama antes de dormir, aún si tenía tus palabras de cobijo bajo la almohada.

¿En que instante dejé de soñar para volver a caer en un abismo de inseguridad?

No sabes cuánto me duele tu indiferencia, querido...

Lo sé, ni siquiera te has dado cuenta que estás siendo indiferente conmigo. Solo tienes malos días, malos momentos y yo, dentro del pozo de inseguridades en el que suelo navegar me siento olvidado y quizá hasta utilizado, porque espero demasiado de algo que no ha podido madurar y yo, en mis deseos febriles de tener un trocito de felicidad entre la tormenta, me dejé llevar.

Katsuki, por favor perdóname.

Perdóname por enamorarme cuando se nota a leguas que no es mutuo, perdóname por ilusionarme con cada acción tierna que tenías a mi favor cuando quizá sólo intentabas disimular la incomodidad en la que te veías sumido con mi presencia, perdóname por querer ser algo cuando se nota que no somos nada.

No te pido que me entiendas, tampoco que comprendas mis motivos para alejarme de ti cuando expreso mi claro enamoramiento, pero no sabes el dolor que estoy sintiendo en el pecho solo de pensar que en algún instante te vas a ir, igual que el resto... Que me dejarás, sumido en la nada al igual que el día en el que me encontraste.

Te volviste tan indispensable en mi vida que no recuerdo el tiempo en el que fui autosuficiente, no logro procesar los instantes en los que mis sentimientos no estaban a flor de piel y lloriqueaba todo el tiempo como colegiala, y no porque tú amor me dañase, al contrario, mi llanto inicia cada vez que me recuerdo lo poco que soy comparado a tu persona, el poco brillo que tengo a tu lado y lo desecho que estoy como para necesitar constantemente de ti.

¿Es muy tonto sentirme así?

Sé que odias que piense demás, que sienta cosas que no son o que esté ad portas de un colapso nervioso tan solo por los malos pensamientos que llegan a mi cabeza.

Perdóname otra vez, pero la ventana parece demasiado seductora como para seguir en aquí en la cama

— Shōto.

• • •

¿Dijo ventana?

¿El muy maldito estaba utilizando sus malos chistes en su contra?

Una carcajada irónica abandonó al rubio, mientras era consciente de que su rostro estaba siendo bañado, porque aquella carta le estaba perforando desde lo más profundo y quemaba. Ardía cada centímetro de su anatomía, era el fuego vivo recorriendo sus venas y arterias mientras las frases más profundas de la carta de Shōto le mostraban que éste no estaba siendo capaz de seguir viviendo.

¿Shōto se iba a suicidar?

Lo dudaba, sabía que aquel bicolor que siempre le hablaba con una sonrisa y le regañaba cada vez que utilizaba el santo a la ventana como final de su vida, no era capaz de saltar. Se tranquilizó en eso, pensativo y eclipsado aún por la profundidad de las palabras que aquel chico de apariencia tranquila profesaba para si, dejándole un matiz de colores musgo para enlodar aquellos lindos momentos que brillaban en fuertes colores, aquellos que siempre solían abundar cuando Shōto le acompañaba.

Sumido en un perfecto silencio, fue incapaz de reaccionar al primer timbrado a su celular, dejando que la llamada se perdiera en el buzón de voz de su celular mientras él aún no entendía qué estaba haciendo mal. La insistencia que llegó acompañada de un par de timbradas a su teléfono le hizo ponerse de pie, de malas ganas y con claros deseos de asesinar a quien fuera el que estuviera en la otra línea cuando su corazón se detuvo.

— ¿Bakugō-kun?

— ¿Uh? ¿Quién es?

— Soy Fuyumi, hermana de Shōto. Sé que ustedes estaban saliendo de hace un tiempo y creo que es propicio darte la noticia.............

Nada, Katsuki dejó de escuchar cualquier sonido que estuviera a su alrededor mientras la fémina pronunciaba aquella frase con amargura, rompiendo el mundo del cenizo en menos de un minuto.

Shōto si había saltado y en público, tal como él siempre bromeó.

Spicy  Frappuccino  [TodoBaku/BakuTodo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora