Un baile de victoria.

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Bakugō le había tentado, él había perdido y no tenía otra que aceptar que era su momento de pagar aquel reto que tanto le había dolido

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Bakugō le había tentado, él había perdido y no tenía otra que aceptar que era su momento de pagar aquel reto que tanto le había dolido.

"Baila para mi"

Para lograr que el bicolor se sintiese cómodo y dispuesto a ello, Bakugō se había encargado de besarle como nunca, dejando que el contacto entre ambos fuera un torrente de emociones desbordadas mientras elevaba la temperatura de ambos chicos, aprovechando la cercanía de ambos cuerpos para poder tocar todo a su paso, sabiendo cuáles eran los puntos sensibles del menor, recordando las muchas veces que mientras ejercía de profesor en práctica había tenido espacio para devorar por completo a aquel chico exótico de cabellera inusual.

[ By Todoroki ]

El accionar de su acompañante sobre su cuerpo había causado estragos inmediatos, dejando como resultado un pulso totalmente acelerado, mientras su vista comenzaba a recorrer cada centímetro disponible de su piel, reaccionando a los estímulos recibidos previamente, era el cielo y más.

Sabía que el contrario esperaba algo de si, por lo que no dudó en comerle la boca apenas tuvo la ocasión, dejando que sus dígitos se colasen bajo las prendas superiores del impropio, enterrando parte de sus yemas en el nacimiento de su cadera, a la altura de su espalda, donde sabía que los huesos no estaban del todo expuestos y le permitían iniciar un recorrido satisfactorio ya fuera en ascenso o descenso. Optó por el último de estos pensamientos, guiando en un inicio por sus muslos, contorneando aquellos con su índice y dedo medio, aprisionando parte de su piel cubierta cuando el ritmo del ósculo que mantenían estaba en su apogeo, separándose a regañadientes por falta del oxígeno. 

Dedicó aquellos instantes a admirar el rostro sonrojado de su acompañante, rozando su nariz con la del mismo a modo de caricia, separándole de su cuerpo con una sutileza que no sabía de dónde obtenía porque moría por recorrer el cuerpo contrario y marcarle como si de un trofeo se tratara.

— Es mi turno de sorprenderte. Ponte cómodo y disfruta.

Se puso de pie con esa agilidad que le caracterizaba, sintiéndose abrumado aún por todo lo que había pasado recientemente, sintiendo que sus pantalones apretaban a la altura de su miembro, re acomodándolo antes de comenzar a buscar la canción adecuada a la situación. Por su mente pasaron sencillos variados, desde baladas lentas hasta algo más movido, pero la mención de parte del más bajo sobre Suicide Squad le hizo decidirse, amaba esa canción desde la primera vez y varias veces la había utilizado como inspiración para sus "noches de soledad".

Inspiró profundamente, tomando el valor necesario para captar la atención del chico e inició sus movimientos. Las primeras notas de la canción sirvieron para poder avanzar hacia la silla que tenían en la habitación, sentándose de tal forma que daba la espalda a quien sería su público. Sus manos comenzaron a recorrer sus costados, delineando su cadera y muslos mientras se ponía de pie al ritmo de la música. Se contorneó todo lo que pudo en aquella posición, haciendo uso de su flexibilidad y dotes en el baile para mover su trasero como una invitación clara al mayor, dejando que los bajos de aquella pieza fueran el instante idóneo para sacudirse con un poco más de violencia.

Cuando la voz de la chica inundó la habitación, levantó una de sus piernas para poder salir de aquel trozo de madera que utilizaba como soporte, descendiendo hasta quedar de rodillas en el piso, y comenzar a abrir su camisa a medida que la voz de la dama daba paso al coro de la canción, descubriendo su pecho ante la mirada de quien le disfrutaba, sumando una que otra mirada lasciva, junto a sus labios entreabiertos y podría ser una postal erótica perfecta o eso quería pensar. Lanzó la prenda de tela a uno de los rincones de la habitación, perdiendo el cuidado total de dónde podría caer, solo deseaba deshacerse de la misma para proseguir con aquella danza.

Se puso de pie mientras rozaba su pálida piel con uno de sus dígitos, fijando su vista en el chico mientras mordía su labio, si éste se prendaba de aquello podría mantener aquel ritmo hipnótico que tenían desde el inicio de las notas. Aprovechó que el mayor se hubiera acomodado en la orilla la cama, dando un par de pasos para quedar frente a su cuerpo y tomar una de sus manos para que comenzara a recorrer su cuerpo, mientras descendía para sentarse en su regazo y rozar la prominente erección del adverso con sus glúteos, jadeando cuando su propio falo pasó a rozarse con la pelvis contraria, observándole con los ojos brillantes de emoción.

Las falanges del más bajo eran como carbón al rojo vivo sobre su cuerpo, sintiendo que la temperatura de si aumentaba mientras le tocaba, aprovechando aquellos instantes para rozar sus labios con los opuestos, lamiendo el inferior como una clara invitación a que avanzase, aunque sabía que debía ser más explícito, así que decidido a ello, lo hizo por si. Posicionó ambas manos en el cuello impropio, tomando los cabellos de su nuca mientras retomaba aquel juego de su cadera al ritmo de la resonante música en su habitación, regalándole un par de gemidos cuando la profundidad de sus movimientos se acompasaban a las estocadas simuladas por quien le admiraba, sintiendo como incluso sus pantalones estaban por estorbar.

— ¿Te gusta como se siente?

Su voz había sido un suave jadeo en su lóbulo, aprovechando de morder el área a su disposición mientras la música estaba por finalizar, o al menos el ritmo estaba ya en un constante al igual que sus erráticos contorneos sobre su acompañante, mientras parte de su concentración se perdía lamiendo trozos de su cuello a libre tomar, mordiendo la curva naciente de su clavícula una vez que estuvo a la altura, sintiéndose en la gloria. La voz de la chica simulaba un estimulante al menos para su cuerpo, motivo por el cual sus movimientos eran más libres que de forma usual, anexo a las caricias y apretones por quien le tenía a su merced era un escenario idóneo.

Tomó un par de segundos el decidirse y separar sus labios del cuello del chico, guiando sus falanges a los extremos de la prenda contraria, mientras comenzaba a levantarla ante su atenta vigilia, respondiendo a sus dudas con un pequeño guiño mientras alzaba por completo aquella prenda, admirando su cuerpo trabajado, el cual demostraba estar dispuesto a fundirse consigo, acompañándose ya con las últimas notas de la canción.

— ¿Le gustaría avanzar un poco más, Mr. Bakugō?

Sus labios habían murmurado aquello sobre los adversos, mordiendo ambos cerezos impropios como una última oportunidad de acompañarlo a la voz de la cantante, abrazándole con pertenencia mientras su pecho ya unido al impropio dejaba en evidencia el latir de su corazón, aquel que amenazaba con abrasar todo a su paso.

Spicy  Frappuccino  [TodoBaku/BakuTodo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora