Cada vez, nos vamos acercando más a la estructura de una historia. Ya hemos hablado de las materias primas esenciales: la idea, el tema, las tramas y las subtramas—tranquilos, ya sabemos que en las tramas no nos hemos detenido demasiado, tened un poco de paciencia—, que como hemos dicho, es lo que necesitamos para crear el molde que sostenga las tripas de la obra.
¿Por qué no vamos directamente, pues, a desvelar cuál es esa maravillosa estructura que siguen todas las historias de ficción?
Porque por el medio, hay una serie de recursos que nos ayudan a ensamblar mejor los elementos anteriores con la estructura como tal: las premisas dramáticas.
¿Seguís teniendo miedo de la hoja en blanco? ¿Sois propensos a atascaros? Cada escritor es un mundo y hay algunos afortunados que han nacido con la estrella de la creatividad encendida, pero otro muchos le dan vueltas a las cosas durante mucho tiempo, en busca de la respuesta perfecta. Por otro lado, más que menos, siempre nos encallamos, aunque sea solo un poquito, en alguna parte, ya sea porque nos da pereza escribirla o porque los capítulos de transición nos parecen—de forma errónea—una pérdida de tiempo.
Bien, pues aquí tenéis una ayudita, como un suplemento vitamínico con el que empujaros hacia adelante y sacaros del túnel. Son totalmente opcionales, pero tendemos a utilizarlas hasta de forma inconsciente.
Las premisas dramáticas son cánones universales que ayudan a construir tramas y personajes.
Las hay distintas y cada una tiene un finalidad diferente. Pueden ayudar en el planteamiento, en el nudo, en el desenlace, en un par o en ninguna, porque se dedican a estimular al escritor en el previo de la idea. Y sí, ahí es donde se encuentra el lugar de las tramas y el motivo por el que no hablamos de ellas antes.
Tendemos a pensar que la trama principal—maestra—es lo más importante, cuando en realidad es solo una ayuda que nos sirve de apoyo para rellenar el armazón que ayuda a sostener. Es un error muy común darle más importancia a este recurso que a las subtramas, como ya hemos hablado.
En los capítulos siguientes trataremos con más detenimiento estos recursos que ya os adelantamos que son los siguientes:
1-Paradojas
2-Hipótesis
3-Símbolos de conflicto
4-Tramas maestras
Por supuesto, hay unas cuantas más, que más que premisas, son ayudas y ejercicios mentales con los que se puede sacar una idea, pero estas son las más comunes y socorridas.
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El arte de contar historias
Non-FictionTanto si quieres aprender a escribir desde cero, como dar el paso de historias planas a unas mucho más profundas y maduras que poder considerar de calidad o simplemente, descubrir si había cosas que desconocías, te invitamos a que leas y hables con...