Elegir el tema parece algo sencillo, porque como ya hemos dicho, lo que nos suele venir en el chispazo de inspiración es el tema y no la idea. Sin embargo, no es tan fácil, porque tiene que recorrer un camino paralelo al de las tramas y las subtramas, de forma que no se molesten entre ellos pero vayan a la par.
Una depende de la otra y cuando se modifica o tomamos una decisión que compete a cualquiera, las demás se van a ver afectadas, por eso, no viene mal tener en cuenta unos consejos que nos ayudan a calibrar el ángulo perfecto en el que colocar nuestros primeros elementos de la historia para mezclarlos con éxito cuando vayamos a construir la estructura.
1-Hablar de lo que se sabe
Esto es básico. Yo no puedo hablar sobre la vida de una chica millonaria cuyo padre maneja toda la coca de México. ¿Por qué nos causan siempre risas las típicas historias de Wattpad rocambolescas del tipo: CASADA CON UN NARCO? Pues porque lo escriben personas que no tienen ni idea ni de lo que es la vida, como para que les quede realista hablar sobre las cosas que le pueden pasar a la mujer de un capo de la droga.
Más que menos, todos podemos hablar sobre relaciones familiares, amor, desamor, tristeza, desesperanza y en general, sentimientos universales que todo ser humano suele experimentar. Centrarnos en eso es un camino fácil, por supuesto, pero a veces, es mejor lo sencillo bien hecho que ser demasiado ambiciosos y que salga un desastre.
Podemos tener la suerte de basar nuestras propias experiencias en una historia, ¿por qué no? ¿Alguien conoce Diario de un skin? Si no lo habéis leído, lo recomiendo encarecidamente. En cualquier caso, es la experiencia de un periodista que simula ser neo-nazi para adentrarse en el grupo de personas que asesinaron a un amigo suyo.
Escribió todo lo que presenció en ese libro y descubrió cosas tan escandalosas, como que esos neo-nazis eran los hijos de la mitad de los comisarios de Madrid. Tuvo que cambiarse de identidad e irse de España porque lo amenazaron de muerte cuando descubrieron la verdad tras la publicación de la obra.
¿Por qué es tan bueno? Porque no se inventó nada. Todo lo que narra, lo hace desde la experiencia.
¿No se nos suele ocurrir escribir una historia a partir de una vivencia que nos ha marcado de alguna manera? Pues es porque tendemos a hablar de lo que sabemos. La calidad mermará mucho si nos atrevemos a hablar sobre las costumbres de una tierra en la que no hemos vivido nunca.
Ejemplo práctico
No voy a decir nombres, porque por mucho que diga que no me parecieron malas historias, la gente suele entender lo que quiere, así que me limitaré a dar ejemplos.
Por Wattpad leí una obra donde un chico se moría por mezclar LSD con un trocito de brownie de marihuana. Y esa muerte desencadenaba todos los problemas que llevaban a los personajes al clímax de la obra. No sé si científicamente puede ser posible que pase eso, pero no es frecuente. Y acordaros de esto, porque este problema ya lo abordó Aristóteles hace más de dos milenios.
Sin embargo, también leí una obra donde el personaje se mete en problemas de drogas al empezar a consumir Éxtasis. Esa decisión desencadena toda la trama principal que conduce la acción de la protagonista, pero en ningún momento se trató de forma explícita. Se dejó caer, se usó de explicación, lo justo y necesario.
La diferencia entre ambas es que la primera historia no fue nada creíble y la segunda logró pasar de una escena a otra hasta llegar al final sin que el lector se diera cuenta.
¿Quiero esto decir, entonces, que si no somos Paris Hilton o hijos de Pablo Escobar no podemos ser escritores?
Absolutamente no.
Por supuesto, los hijos de Pablo Escobar o David Bowie (el cual se ha dedicado, de hecho, a contar historias, por cierto) tienen una clara ventaja pero el mundo no es justo y nadie decide dónde nace, así que si somos parte del 90% de personas con vida ordinaria, nos toca seguir el consejo que ya os hemos dado antes: hacer de lo ordinario algo extraordinario, que por cierto, tiene mucho más mérito.
Consejo exprés
Podemos hablar de algo que no hemos experimentado. Obviamente los escritores de fantasía no viven en los mundos que crean, pero ellos ya tienen la licencia de que es otro mundo diferente, aparte de eso que no era el punto, una de las cosas que podemos hacer para que parezca que somos todos unos expertos de lo que estamos contando, aunque no sea cierto, es aprovechar nuestras experiencias emocionales para dotar a los personajes de realismo. De esta forma, el contexto queda relegado a segundo plano y no se le ve el cartón-piedra de forma tan descarada.
De hecho, en ese segundo ejemplo del que os hablo, la persona que escribió la historia se centró en las relaciones personales de los personajes, en cómo se ven afectadas cuando entran en juego cosas como la adicción a las drogas. Hizo, por tanto, de lo ordinario, algo extraordinario. Y no necesitó consumir Éxtasis para saber cómo podía cambiar su vida si se volvía adicta.
Resumen: si no sabes lo que es ser la mujer de un narco, no hables sobre ello.
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El arte de contar historias
SaggisticaTanto si quieres aprender a escribir desde cero, como dar el paso de historias planas a unas mucho más profundas y maduras que poder considerar de calidad o simplemente, descubrir si había cosas que desconocías, te invitamos a que leas y hables con...