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—Mamá, ¿qué era lo que querías decirme? —La mujer me había estado buscando y no lucía demasiado bien.

—Tu padre... Llamó el otro día, sabe que estás en el hospital, decidí que no era justo que no supiera nada respecto a ti. Al fin y al cabo, eres su hijo. Dijo que vendría uno de estos días a visitarte y... —La interrumpí abruptamente, negándome a escuchar más.

—Me da igual ser su hijo, le pueden dar bien por culo a ese imbécil. —Hablé con rudeza, todos mis sentidos rebosando la ira que ese ser me hacía sentir.

—Taehyung, no hables así de tu padre. —Bufé ante su comentario.

Estaba harto de que ella siempre le defendiera, pues ese hombre no merecía ni una pizca de algo bueno, menos después de los años que nos hizo pasar.

—Me niego a tener un padre como él, y no esperes que sea amable si viene o llama, sólo se acuerda de mi cuando estoy enfermo, si no fuera porque tengo cáncer, seguiría sin querer saber nada sobre nosotros. 

—Cariño... —Paró de hablar al notar como empuñé ambas manos debido a la furia que luchaba aún por salir.

—No quiero hablar más de ésto, lo siento. —Me alejé de su lado, ni yo sabía a dónde me dirigía en verdad, pero cualquier sitio era mejor que seguir afrontando aquella conversación sin fundamento.

Aquel hombre no sería nunca más mi padre.

Menos después de todo lo que nos había hecho.

Cuando me di cuenta, me encontraba en la habitación 125, parecía que mi cuerpo me llevaba ahí siempre que no tenía un destino fijo. Avancé hasta quedar junto al borde de la cama, peinando los mechones color ceniza del muchacho que se encontraba frente a mí.

—Hola Yoongi. —Sonreí al sentir su cálida tez. —Supongo que no me oirás, pero en verdad me gusta hablar contigo, pareces ser la única persona en la que puedo confiar, el único que sé que no me va a juzgar... —Respiré hondo. —¿Sabes? El gilipollas de mi padre sabe que estoy enfermo. Y sí, digo gilipollas porque lo es y sé que no me contestarás algo recriminándome. Aunque desearía que abrieras tus ojos, para ver si son cómo los imagino, deben ser muy lindos si es así. —Posé mi cabeza sobre su pecho con delicadeza. —Todo en mi interior está hecho un lío Yoongi... —Paré de hablar cuando observé al moreno que estaba ligeramente asomado en la puerta.

—Lo siento, pasaba por aquí y... —Alcé la cabeza y cambié la expresión por una burlesca.

—Con que... ¿Te gusta espiarme eh, Seokjin? —Negó rápidamente.

—Déjate de jueguecitos... ¿Qué te ocurre? —Me sorprendí ante su pregunta tan directa.

—¿Por qué debería de pasarme algo? —Alcé ambos hombros.

—Ah... Sabes que puedes confiar en mi, ¿verdad? —Respiré hondo.

—Lo sé, Seokjin. En verdad no me ocurre nada, confía tú en mi. —Sonreí.

—Está bien... Por cierto, un amigo tuyo me ha preguntado dónde estabas, le dije que bajarías a verle, su habitación es la 96. —Avancé hasta llegar a su altura.

—Gracias. —Añadí antes de salir y dejar al muchacho dentro de aquella sala.

Bajé lo más rápido que pude, cambiando de planta y guiándome por los carteles de las habitaciones, hasta dar con el correspondiente. Dentro pude observar a Jimin, tumbado en la cama mientras leía un libro.

—¿Me buscabas? —Me acomodé en la cama vacía de al lado mientras vi cómo sonreía al verme allí.

—Tienes que dejar de desaparecer así. —Dejó el libro a un lado y se incorporó.  —¿Alguna novedad? 

Brújula Invisible💭 [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora