Brújula Invisible💭 [Taekook]

32

2 meses después.

Salté de la cama una vez vi que había amanecido y la luz ya comenzaba a bañar cada rincón de la habitación. 

Hoy era el día.

La tarde anterior había mantenido una conversación con el doctor y habían decidido darme el alta. Por lo visto las nuevas células que Seokjin me había donado, se habían afianzado bien a mi cuerpo y los tejidos se habían ido regenerando correctamente. 

Esa noche apenas había podido dormir de la emoción. Había perdido totalmente la esperanza de curarme, pero hoy volvía a sentir que era fuerte, que podía con todo como solía pensar años atrás, que el mundo estaba a mis pies.

Ya me habían hecho numerosas pruebas y todo iba según lo establecido, por lo que, lo más probable era que no hubiera más problemas, aunque debía ir cada ciertos meses al hospital por si volvía a recaer, pero eso no me importaba demasiado, prefería disfrutar el presente antes que preocuparme por lo que pasaría en un tiempo.

Así que, antes de recoger todo, caminé lo más rápido que pude hacia la habitación que tenía en mente y, tras ver a Jennie dormir tranquilamente, susurré unas palabras en su oído.

—Ojalá te recuperes pronto. —Besé su sien antes de continuar. —Te echaré de menos. —Y, tras concluir aquello, salí de la sala.

Llegué hasta la azotea, dónde siempre me gustaba pasar parte de mi tiempo, imaginando cómo sería la vida fuera de allí, tratando de recordar la sensación de sentirse libre, a pesar de que no fuera plenamente consciente de que en esos instantes realmente lo era de nuevo.

Sonreí mirando al cielo, los primeros rayos de sol golpeando contra mi rostro, así como la brisa fresca de la mañana.

—Sabía que estarías aquí. —Yoongi entró, casi tropezando con la gran cantidad de piedras que yacía bajo sus pies. —¿Nervioso? —Preguntó tras sentarse junto a mí, extendiendo su brazo alrededor de mis hombros.

—Ansioso más bien. —Añadí antes de morder mi labio, sin poder evitar sonreír tímidamente.

—Normal. Yo también lo estoy. —Admitió. 

Le dediqué una mirada fugaz, él tenía la vista puesta en el horizonte frente a nosotros, no pude saber bien en qué pensaba, pues Yoongi tenía un mundo interior demasiado enredado como para descubrirlo así sin más, pero me gustaba simplemente verle ahí sonriendo a mi lado, pues siempre podía entrever la preocupación en sus ojos cuando pasaba tiempo conmigo, más en ese momento ésta no existía.

—¿Qué harás una vez estés fuera? —Negué con la cabeza, produciéndole curiosidad.

—No tengo ni idea, y quiero que siga siendo así. He pasado toda mi vida planificando cada segundo que transcurría, y, algo que he aprendido en este hospital, es que de un momento para otro, puede pasar algo que haga que tu realidad de un giro de 180 grados, y tú estés ahí parado, simplemente observando como si fueras un mero espectador en tu propia historia. Así que, si pasa algo, al menos lo afrontaré de frente, pero no pienso volver a planificar cosas sobre un lejano futuro, porque puede que éste no exista. 

Giré la cabeza, encontrándome con su mirada confundida, hasta que agachó la cabeza, asustándome un poco antes de que lograra observar que reía tenuemente.

—Mi bebé se ha hecho mayor. —Dijo triunfante al fin, alzando ambas manos y con un tono de voz más alto del que emplea normalmente.

—¡Eh, que no soy un bebé! —Éste abrió la boca haciéndose el sorprendido.

—¿Que no? ¿Y estos ojitos? —Tomó ambos lados de la cara con sus manos, procediendo a estudiarme y a estirar de las comisuras de mi rostro. —¿Y esta sonrisita? —Añadió cuando no pude evitar reír, cerrando los ojos cuando masajeaba mi cara haciéndome cosquillas. —¡Definitivamente lo eres! —Suspiré derrotado, pues no estaba dispuesto a seguir contradiciéndole, así que sólo asentí. —Oh, Taehyungie me acaba de dar la razón. Ven aquí, tengo que guardar este momento en mi mente para siempre, ¿quién sabe si se volverá a repetir en los próximos cinco años? —Y sin más, cogió el móvil que guardaba en el bolsillo de su pantalón y tomó una foto de ambos.