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—Wow. —Dijo el muchacho mientras entraba en la habitación. —Te ves... Wow. —Reí ante sus palabras.

—Me veo genial y lo sabes, soy el calvo más guapo que has visto en tu vida, y mucho mejor que Vin Diésel en Fast And Furious.

—¿Por qué...? Aún tenías pelo y tardaría en caerse todo, ¿por qué te has rapado tan pronto? —Humedecí mi labio antes de acomodarme en la cama.

—Supongo que, ver como se me caían los mechones día tras día, era una verdadera tortura, no creo que influya demasiado que haya adelantado los acontecimientos, mi madre también reaccionó así cuando le conté de mis intenciones, pero al final me dio la razón.

—Bueno, es un razonamiento interesante, por cierto ¿preparado para el recuento? Podremos ver si has mejorado después de los dos ciclos de quimioterapia. —Asentí levemente.

—Más que preparado. 

—Pero, Taehyung, venía por otra cosa. Tienes que dejar de escaquearte e ir a clase, es por tu futuro, no querrás salir de aquí con un pésimo nivel académico ¿cierto?

—¿Qué les importa tener un alumno menos? No lo entiendo, por lo único que debería preocuparme ahora es por salir de aquí, no por mi nivel...

—No te estoy pidiendo opinión, ni considero que no lleves razón... sé que no quieres ir, pero debes hacerlo.

—Eso significa que... ¿Tendré que ir hoy? —Resoplé cuando observé cómo asentía.

—Sí, en cuanto te hagan las pruebas correspondientes, te llevaré directo al aula dónde dan clase a los adolescentes. —Resoplé.

—Vaya día más genial me espera. —Dije irónicamente, sin ánimo.

Estaba algo nervioso por el recuento, gracias a éste, se descubriría si la quimioterapia estaba surtiendo efecto en mi organismo o, tendríamos que aumentar los ciclos para que las sesiones tuvieran una intensidad mayor. 

Lo peor sería que tendría que esperar unos días para conocer los resultados, así que, sería un verdadero suplicio hasta ese entonces. 

Pero peor fue cuando al salir de la sala, el doctor me llevó directo con Seokjin, que esperaba con una sonrisa.

—¿Listo? —No respondí, y me dediqué a esperar a que me llevara al ascensor, bajando una planta para comenzar las clases, cuando llegamos a la sala, el moreno me sonrió, esperando que yo le complaciera, más no lo hice. —Venga, que no es para tanto, te veo a la salida.

—Piérdete —Añadí antes de girar las ruedas varias veces para entrar, e incorporarme con otros chicos y chicas que estaban atendiendo a unas explicaciones que un señor de una edad avanzada les proporcionaba. Me coloqué al lado de un chico rubio, que observaba consternado el cuaderno. —No entiendes una mierda ¿me equivoco? —Murmuré en voz baja mientras éste despegaba la vista de la libreta para observarme.

—H-hola —Añadió desconcertado, dedicándome una mirada no muy sutil. —Es la primera vez que te veo desde que vengo aquí, ¿eres nuevo? —Dijo mientras jugaba con su pelo tímidamente.

—¿Tengo pinta de ser nuevo? Ah... En verdad debo lucir bien entonces. —Mordí mi labio mientras veía cómo su expresión cambiaba y éste sonreía. —Llevo alrededor de un mes aquí, ¿y tú?

—Llevo tres meses y medio, pero no es algo de lo que me sienta orgulloso. —Agachó la cabeza, le inspeccioné unos segundos para corroborar cuál era la razón por la que el muchacho se encontraba en el hospital, y no tardé en dar con ella.

—De seguro sales pronto... por cierto, mi nombre es Taehyung. —Si no me equivocaba, teníamos la misma edad, y el muchacho parecía bastante simpático, por lo que, hacer alguna amistad más no me vendría nada mal en aquel aburrido lugar.

—Y-yo... Soy Jimin. Espero que tú también salgas pronto. —Miró mi cabeza, denotando tristeza, reí provocando su confusión.

—Hey, no mires mi calva de esa manera, en verdad es hermosa, ella también merece cumplidos, dile algo lindo también. 

—¿Hablas enserio? —Rió.

—Totalmente enserio.

—Ni en broma voy a hablarle a tu calva...

—Venga, ¿qué te cuesta? La harás sentir bien.

—Estás loquísimo. —Pareció ir perdiendo la vergüenza poco a poco, cosa que me agradó.

—Puede, pero al menos te hice sonreír. —Me alejé y pude notar que la clase había concluido y, definitivamente no me había enterado de nada, pero poco me importó.

—Eh, espera. —El chico se acercó a mi. —Gracias... Hasta ahora no había hablado con nadie aquí... —Sus mejillas se tornaron rosadas.

—No me des las gracias, no hay razón para ello. —Alcé ambos hombros. —Habitación 114, por si quieres que nos veamos, me has agradado, aunque seas un enano. —Reí al ver cómo frunció el ceño.

—¿Enano? Tendremos la misma edad y... —Me levanté de la silla dejando atrás el dolor que sentí en la espalda y pude comprobar los centímetros de diferencia entre nuestras alturas. —Tú no eres tan alto. —Añadió antes de cruzarse de brazos, refunfuñando.

—Pero lo soy más que tú. 

—En fin... ¿Para qué me dices tu habitación si nos vamos a ver en las clases?

—Porque me escaquearé en cuanto pueda, me piro... ah y, estoy seguro de que pronto saldrás de aquí, eres más fuerte que tu anorexia, no lo olvides. —Añadí antes de alejarme por muchos metros, hasta esconderme tras una columna y despistar a Seokjin. —Pan comido.

—¿Taehyung? —Me giré rápidamente, denotando tranquilidad cuando vi de quién se trataba.

—Hola Nam, ¿qué haces en esta planta? —Me observaba curiosamente.

—Podría preguntar lo mismo. ¿Quieres venir conmigo a visitar a Yoongi? Venía de visitar a mi abuelo y me dirigía a su habitación.

—Claro. —Respondí antes de que tomara la silla y me llevara hacia el ascensor.

Minutos después, ya nos encontrábamos en la habitación 132, junto a la cama donde el chico de cabellos color ceniza descansaba. Acerqué mi mano a su mejilla, rozando tenuemente antes de apartarla al notar mis acciones.

—¿Cómo sucedió? —Pregunté sin cesar de mirar al chico pálido que estaba tendido en la superficie al frente mía.

—No cuidé lo suficientemente bien de él como debí hacerlo... ¿Sabes? Yoongi era un chico muy popular, pero nunca lo llevó muy bien, le gustaba aislarse y esconderse, pero las cosas se le fueron de control en una fiesta y, este fue el resultado. No estuve ahí para él, cuando más me necesitó. —Su expresión estaba inundada de dolor, una punzada de molestia recorrió mi interior sólo de imaginar los remordimientos por los que pasaría el mayor.

—No te culpes, estoy seguro de que le pones triste, ¿hace cuánto sucedió? —Intenté desviar el tema cómo pude.

—Más de un año.

—No fue tu culpa, Namjoon, él no te lo puede decir ahora mismo, así que ya me encargo yo de hacerlo, ya te lo repetirá al despertar. —Me alejé lentamente, hasta quedar al frente suya. —Debo irme, de seguro mi madre me estará esperando. —Sonreí y salí por la puerta, sintiéndome bien al ver el cambio en su rostro que hasta ese entonces había estado teñido de tristeza.

Mi mente no dejaba de recrear la imagen de Yoongi, me apenaba saber que tendría que esperar para conocer algo más sobre él, en verdad parecía alguien genial.

Fui tan rápido como pude hacia la habitación, hasta dar con la mujer que esperaba sentada en la cama leyendo un libro, me tiré encima de ella, mientras la abrazaba.

—¿Cómo ha ido la prueba cariño? ¿Te sientes mal? —Negué con la cabeza.

—Me siento genial ahora que estoy contigo, mamá. —La abracé fuerte.

Indudablemente no estaba en mi mejor momento, pero verla sonreír hacía que mis días fueran los mejores que jamás había experimentado, así que me permití alejar el dolor de mis músculos y mi completo organismo por unos segundos, recostándome sobre la mujer que me dio la vida. 

Pudiendo soñar con un mejor presente que el que estaba viviendo.

Brújula Invisible💭 [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora