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Aquella época fue realmente buena en mi vida.

Me sentía pleno al saber que la operación de Jungkook había salido plenamente bien, y, tan sólo tendría que hacer rehabilitación unos días hasta que al fin le dieran el alta.

Notaba la felicidad en su sonrisa cada vez que hacía progresos con su extremidad, y mi interior también daba brincos de ilusión cuando cumplía con los objetivos del día predeterminado.

Aunque aquel día no pude acompañarle, pues Seokjin me había avisado con cierta antelación de que el Doctor Heon quería comunicarme algo.

Intenté no hacerme demasiadas ilusiones, pero mis propios nervios me traicionaban una y otra vez, mientras el mayor me llevaba de camino hacia el despacho del oncólogo.

Jungkook había insistido en acompañarme, pero no quise que faltara a su rehabilitación, por lo que mandé al Señor Minho con él para que le hiciera algo de compañía.

—Llegamos. —Comentó el moreno antes de abrir la puerta que se extendía ante nosotros, dejando a expensas al hombre que, ahora sonreía mientras nos invitaba a pasar con simpatía.

—Hola Taehyung, te ves bien. —Dijo, antes de recolocarse en su silla, observándome con todo detalle.

—Gracias, usted también. —Le guiñé el ojo con sarcasmo antes de aliviarme al recibir una risita por su parte.

—Ah... Me alegra que no hayas dejado de tener tu chispa, el hospital cambia a las personas. —El MIR que se había sentado a mi lado, tragó saliva, sonriendo algo nervioso, suponía que él tampoco sabría la noticia que el médico me daría por lo que en parte le entendí.

—Soy demasiado cabezón como para cambiar mi manera de ser sólo por el lugar en el que me encuentre. —Se carcajeó unos segundos.

—Cierto, cierto. —Sacó unos papeles del cajón de su escritorio, dejándolos con delicadeza sobre éste, y colocándolos en orden antes de proceder a continuar tras observar nuestros rostros teñidos en confusión. —Bueno, Taehyung. Te he hecho llamar porque, creía conveniente que supieras de los avances de tu cáncer. —Mordí mi labio, sin poder evitar la ansiedad que traspasaba mi cuerpo. —Te explicaré para que lo entiendas...  No hay rastro de las células leucémicas que antes estaban en tu médula ósea, por lo que, hemos confirmado, esta vez de manera segura que se trata de una remisión del cáncer. —Las comisuras de mis labios se alzaron por completo, dejando ver una expresión eufórica ante sus palabras. —Por lo que, en dos semanas, aproximadamente, volveremos a hacer otra prueba y si tu médula ósea continúa limpia, podrás irte a casa como tus amigos, Taehyung. —Aquello resonaba haciendo eco en mi cabeza, produciendo que la invasión me evadiera del lugar dónde me encontraba, incapaz de prestar atención a cualquier cosa que no fuera mi propia ilusión.

Alcé la mirada hacia la derecha, para ver a Seokjin completamente feliz, de pronto, se lanzó sobre mí para comenzar a abrazarme con una fuerza excesiva, incapaz de contener sus propias emociones.

—¡Mi Taehyungie se está curando! —Gritó, sin importarle las carcajadas que le causaba al hombre mayor frente a nosotros. Éste seguía estrechando mi cuerpo contra el suyo, le correspondí, riendo pues su respiración agitada hacía que las cosquillas fueran surgiendo en mi cuello.

—¿Qué te dije sobre intimar con los pacientes, Jin? —El aludido le miró, percatándose de las advertencias que su superior previamente le había dado. —Tranquilízate hombre, no diré nada, pero una sola falta y te mando a casita, ¿entendido? —Asintió con la cabeza, tantas veces que no tardé en perder la cuenta.

Pensé un tiempo en sus palabras, en verdad Seokjin había actuado desde siempre con él de manera cercana, y no se podía imaginar al mayor siendo tosco o lejano con cualquiera de sus pacientes, distaba mucho de su comportamiento el ser así.

Brújula Invisible💭 [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora