8| pijamada✅

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Nos dirigimos a la casa de Alicia para ir a buscar sus cosas y luego ir a mi casa.

Su casa era algo grande y bonita, por lo que me ha dicho sé que su madre trabaja en una de las mejores compañías y pues no tiene ningún otro familiar aquí, por eso se quedará en mi casa.

Cuando subíamos las escaleras noto presencia de muchas fotos. La curiosidad me gana y analizo cada una de ellas; la mayoría son de ella cuando estaba pequeña y casi siempre estaba con su madre. Achinó mis ojos cuando una de esas fotos llama mi atención.

Se encontraba con otra chica —al parecer de nuestra misma edad— abrazándola por los hombros y con una gran sonrisa, se veían muy felices. Extasiadas a decir verdad.

¿Quién será ella?

Me pegué mentalmente al recordar que no debía de ser preguntona.

Seguí mi camino rumbo a la habitación de Alicia, encontrándome con más cosas personales. Al entrar no me sorprende ver lo ordenada que está; las paredes son blancas, la cama es individual, posters decoran algunas partes y tiene muebles negros. Todo normal.

Aunque Alicia sea una loca, sé que le gusta el orden físico.

— si quieres siéntate mientras yo busco mi ropa.— Saca una mochila por debajo de su cama y se encamina al armario.

Asentí y me senté. Seguí observando la habitación, pude notar —Fácilmente— que le gusta demasiado la música electrónica ya que habían varios pósters de aquello. Balanceo mis pies en el aire, y me es inevitable no rodar los ojos. ¡Es fundamental para mi vida crecer!

Sigo con mi mirada a Alicia, hasta que mi vista cae en una caja grande. ¡Se parece a la caja de juguetes de Andy...!

Dios, para empezar a crecer ocupo dejar de ver caricaturas... pero no quiero.

Me levanto para tener un mejor ángulo. No sabía que era, pero más curiosidad me dió al ver que aún no se había abierto, ya desde muy lejos de le veía lo sellado.

—¿Qué es eso?— pregunté curiosa, pero me mordí la lengua.

Bah, lo primero que me digo y lo primero que hago. ¡Encajosa! ¡Encajosa! ¡Encajosa! ¡Y chismosa!

—Nada importante— me contestó sin siquiera mirarme.

— ¿Puedo ver?

Mugre boca mía.

— Emm... No estoy preparada para abrirla aún, prefiero no tocar ese tema.— me contestó algo desanimada.

Creí que no era algo importante...

— está bien— respondí al notar ese detalle.

Oh Dios, ahora estoy avergonzada. No debí decir eso. Pero que bocona soy... ¡Idiota!

No entiendo a qué se refiere con que "aún no está preparada y que no es importante" si no fuera importante me dejaría ver... pero por lo visto, me deja en claro que no es de mi incumbencia.

Y tiene razón.

Al salir de su casa ella comenzó con sus bromas y cuando digo bromas son bromas de verdad. Casi como si lo que pasó en su cuarto no le hubiera afectado.

Todos tenemos nuestros secretos, Laurel...

— te preparas para correr— comentó divertida.

— ¿Eh..?

Alicia se dirigió a la entrada de una casa y toco el timbre para luego salir corriendo y yo me quedé en shock, cuando la puerta se comenzó a abrir yo miré a dónde Alicia y ella ya estaba demasiado lejos, cuando estaba apunto de correr ya era demasiado tarde.

Chaparras al Ataque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora