16 | ¿amigos?

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*Narra Alicia*

Cuando llegamos con los demás del grupo, noté que Amara estaba hablando con Samuel, muy animadamente y por lo que he visto, Samuel no solo quiere que sean amigos...

Para no interrumpir, Laurel y yo fuimos con Antoní y Silvana, ellos solo reían y hacían tonterías.

Y por alguna razón, sentí una molestia en mi pecho.

Lo que faltaba... me enfermare en esta excursión.

— Alicia, sabes que te quiero mucho— me dijo divertido Antoní.

— ¿Qué hiciste?— pregunté cruzandome de brazos y alzando un ceja.

—Lo siento—

—pero...— no termine de hablar por que me tiró un huevo en la cara. Si, en la maldita cara.— ¡auch! ¡maldito! vas a ver, no sabes con quién te has metido— le dije algo molesta, o eso pretendía, porque muy en el fondo me moría de risa.

—Relajate Alicia, es bueno regresar a los viejos tiempos—contestó divertido

Sonreí y cuando se descuidó, agarré un huevo de una cartera y se la estampé en la cara.

— Si. Es muy bueno.—

Al ver que se divertían me relaje un poco y decidí ir al baño de el cuarto de este hotel, para limpiar este desastre.

***

Cuando salí del baño, comencé a buscar a los demás, todo iba bien hasta que...

—¡Bu!— grito Alguien en mi oído.

Brinque por el susto y solo lance un golpe sin precaución alguna, cuando ví quien era, fruncí el ceño.

— Eso te pasa por idiota—dije cruzandome de brazos.

Y me fue imposible bloquear aquel recuerdo.

Cuando nos conocimos.

— ¿Por qué tienes tanta fuerza?— pregunto aún dolido por el golpe. Está en posición fetal.

— Recuerda que iba a karate—respondí sería.

El logró reponerse parándose bien y mirándome a los ojos y con una sonrisa.

Si pudiera le arrancaría los ojos...

—¿Por que estás molesta conmigo?— preguntó

— Y todavía lo preguntas— le dije cortante

— Hay, porfavor Alicia, encerio fue por eso— me dijo algo exesperado.

—Si, y por favor alejate de mi, que ya no tienes ni mi amistad— le dije molesta para luego darme la vuelta.

—Vamos Alicia, aunque sea seamos amigos— insistió— no pierdes nada—dijo haciendo puchero.

—¿ y mi dignidad qué?—

—¿Tienes?— dijo divertido

Idiota...

Le pegué en el brazo molesta, pero al hacerlo el me toma de mis manos y volví a sentir ese escalofrío—porfavor otra vez no—intente safar su agarre, pero cada vez que lo hacía el me tomaba más fuerte.

—¿Qué demonios quieres?— dije exasperada.

— Ya te lo dije— dijo encojiendose de hombros—es lo único que pido, si no puedo conseguir tu amor, te pido tu amistad, no quiero perderte, llevamos varios años de amistad para que se pierdan por una pelea—

— No lo sé Ryan, aún no entiendo porque te fuiste, tampoco entiendo por qué mi padre regreso y muc...— no termine por que el me interrumpió.

— Espera ¿Tu padre regreso?— dijo sorprendido y confundido.

Me mordí la lengua. ¡Maldita boca!

— Si...— dije un tanto desanimada.

—No me gusta verte así— Se acerca a mi— y mucho menos que te lastimen—

—Encerio— dije sarcástica, separándome.

—por favor Alicia olvídalo, solo seamos amigos ¿Si? No te pido más — me dijo desesperado.

Ash... Me arrepentiré de esto...

Está bien— dije rodando los ojos.

—¿Encerio?— La emoción lo dominaba, parecía como si le hubiesen dado una paleta, tal cual niño pequeño.

—No— contesté sarcástica.

— Encerio gracias— dijo para luego abrazarme. Y fue raro.

Encerio no lo entiendo.

—Bueno ya basta de abrazos y vamos con los demás— le dije separandolo de mi.

El asintió para luego caminar para donde estaba el grupo— a veces creo que es gay, pero recuerdo que fue mi novio y se me pasa— al llegar note que Antoní lo miró algo molesto, pero yo puedo juntarme con quién quiera.

No quiero que nadie me diga que hacer. ¡Soy detergente y no puedo ser enjuagado!

Narra Antoní:

Estaba apunto de ir por Alicia, ya que había tardado mucho, pero cuando lo iba a ser, venía caminando con el idiota de Ryan.

¿Qué hace con él?

Me acerqué a ellos con la sonrisa más fingida que pude dar, tranquilizándome para no matarlo. Tomé aire cuando estuve lo suficientemente cerca.

—Hola Ryan— dije algo cortante, alzando una mano.

— Hola Mateo— me saludo con fastidio.

— Sabes que no me gusta que me llamen así— gruñí

— ¿Y eso a mí me interesa?— dijo Alzando una ceja.

— Ya cálmense ambos— intervino Alicia fastidiada.— Saben que odio que se comporten de esa forma, si quieren seguir pueden irse directito a la...—

Narra Alicia:

— ¡Alicia!— Me detiene Laurel.

Oh oh, se me había olvidado que estaban los demás aquí...

— Emm, nosotros nos vamos adelantando...— Agregó Karolina, incomoda.

— No. Mejor yo lo hago.— Me giro y sigo por los pasillos de este hotel.

Camino y camino hasta llegar al elevador. Estaba a punto de cerrar las puertas cuando...

— Lo que me faltaba.— Murmuro al ver aquellos tacones parar la puerta.

Melanie entra una vez se abren por completo las puertas y aprieta un botón.

La típica musiquita fastidiosa suena al fondo y si no fuera por eso, sería ultra incómodo.

Me cago en la vida.

— Eres Alicia, ¿No?— Habla por fin.

— Y tú Melissa.—

—Melanie.—Gruñe.

—Oh, disculpa.— Sonrío con fingida preocupación.

No puedo ser amable con alguien que vive molestando a los demás. Y lo primero que recuerdo al verla, es cómo trataba a Laurel antes de que yo pudiera evitarlo.

De tan solo pensarlo, la sangre me hierve.

La odio.

— Eres detestable.—

—Oh, pensé que eras una completa mentirosa.—

Suena un "Tin" y las puertas de abren. Entonces aquella chica de cuerpo pobretón sale, y antes de poder reaccionar suelta un:

— Lo bueno que ya descargaremos nuestra ira en alguien más. Perra.— Y las puertas se cierran.

"Descargaremos" ¿Quiénes? ¿Cómo?

No entiendo nada.

Chaparras al Ataque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora