28 | Félix (Maratón del recuerdo) 3/3

178 14 3
                                    


*Narra Camila*

— ¡Ya llegué mamá!— Aviso, mientras me quito mis zapatos y me pongo mis chanclas, para así poder entrar a mi casa.

— ¡Oh! Corre, alcanzas a la cena.— Mamá se acerca a mi y me da un beso en la frente.

Sonrío con cariño y me quito mi chaqueta.

— Tata, ¿Donde está mi hermanita?— Pregunté al no verla en el comedor.

—Beatriz Se fue a la casa de una amiga. Creo que se llamaba Karla.—

Oh.

—Hija, siéntate y cuéntanos sobre tu día.— Papá me sonríe, mientras que come de su espagueti. Él no se da cuenta, pero el abuelo le roba las albóndigas.

Ups.

— Ya voy pa.—

***

Me dejo caer en mi cama, dando un suspiro. Me volteo y con flojera trato de agarrar mi reloj de buró para poner la alarma de mañana. Cuando creí haberlo sujetado, lo llevé a mi.

Pero me sorprendo al ver un cuadro con una foto.

Somos Felix y yo, en un lugar de sushi. El me pone unos cuernos y yo solo lo miro con desaprobación. Lo peor de todo es que esa foto es de hace un año, cuando él me pidió que fuera su novia...

Esa foto me rompe en mil pedazos. De hecho, ni siquiera sé qué rayos hace aquí. Pero... no tengo el valor para tirarlo, así que solo lo dejo de nuevo en aquel mueble, boca abajo, y pongo la alarma.

Con dos aplausos apago las luces de mi habitación, y automáticamente unas estrellas son prendidas.

Es entonces cuando me dispongo a dormir, perdiéndome entre esas luces...

*Flashback*

Invierno. Mi estación favorita. Me encanta ver como los copos de nieve caen del cielo, como el frío se apodera de todo esta zona. Hermoso, simplemente lo mejor.

Desde el reflejo de mi cuchara puedo ver mi cara; mis mejillas rojas al igual que mi nariz, y bueno, eso me causa gracia.

— Hola muñeca.— Felix me sorprende y me besa.

—H-Hola. Me sorprendiste.— Dije sincera.— ¿Que haces aquí?— Pregunto con interés. Él se sienta a mi lado.

La verdad que pensé que estaría entrenando para un partido de Basket, o yo que sé. Cosa de chicos de prepa.

—Pues, iba pasando por aquí y te vi. Y bueno, me dije a mi mismo: "¿Por qué no saludar a mi hermosa novia?" ¡Y aquí estoy!— Miente muy mal.

—Y me la creo.— Digo con ironía.— Ya dime.—Alargo la "E" y hago un puchero.

— Bah. Eres como un detector de mentiras...—

— O tú un mal mentiroso.— Sonrío.

— Eso lo veremos.— Me guiña un ojo.— Pero bueno. Estaba aburrido, y quería invitarte a salir, pero no contestabas, así que le pregunté a tu hermanita y me dijo.—

Mmmm. Le creo.

— Lo siento, olvidé mi teléfono en casa.— Me disculpo.

— No importa.— Se ríe.— Pero dime... ¿Tú qué haces aquí?—

— Espero a un amigo.— Me encojo de hombros.

— ¿Un... amigo...?—

—Ajá.— Le restó importancia y tomó de mi licuado.

Chaparras al Ataque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora