14 | malas noticias

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*Narra Alicia*

Qué día más aburrido...

Me encontraba con Silvana en la sala, jugando un juego de mesa, esto es algo aburrido.

— ¡Hey! Eso es trampa— se quejó al ver que tenía una pieza de más.

— Así es la vida— contesté encogiéndome de hombros sin importancia.

— si vuelves a decir eso te lanzare el tablero—me dijo amenazante, mientras agarraba la pieza de madera.

—Uy, si, que miedo. ¡Mira como tiemblo!—

—nada más no te lo lanzo por que estoy muy joven para ir a la cárcel...—

— si tú "muy joven"— conteste haciendo comillas con mis dedos— lo que tú tienes es miedo —

— Dime quien no tendría, eres cinta más avanzada que yo en karate, o bueno, eras— dijo cruzandoce de brazos y haciendo puchero— No entiendo por qué dejaste de ir

— por que así es...— no termine de hablar por que tocaron la puerta.

Me pare del lugar en donde me encontraba sentada y me dirigí a la puerta, cuando la abrí de inmediato la cerré de nuevo.

— ¿Por que ciertas la puerta de esa forma? Idiota— me dijo Silvana para luego ella abrirla y cerrarla de la misma forma. Noté que se ponía blanca como el papel.—¿Qué hace él aquí?— Preguntó abriendo los ojos como platos.

— No tengo idea— chillo.

—Alicia, ¡abre por favor!— dijo aquella persona atrás de la puerta.

Comencé a temblar y dudar si abría o no la puerta. Mis manos se acercaron a la perilla y abrí la puerta, encontrándome con él de nuevo, después de tantos años, estaba molesta y dolida.

— ¿Qué haces aquí?— solté brusca.

—Vengo a recuperarte— contestó seguro.

En tus sueños, maldito hijo de Snow...

Okay, estar tanto tiempo con Laurel afecta.

—¡Por favor! No digas cosas que no se cumplirán— le contesté fastidiada.

— Hija... No te estoy diciendo que me des tu opinión, solo vendrás a vivir conmigo y si tú madre se niega, pediré tu custodia— dijo firme mi padre, aunque no merece que le diga así.

—¡No! Yo nunca iré a vivir contigo, no quiero que vengas a destruir mi vida, después de todos estos años, nunca estuviste para mí y no quiero que ahora lo estés, solo déjame en paz y déjame vivir mi vida— contesté algo frustrada, para luego salir corriendo a mi cuarto.

Silvana se quedó con él y alparecer estaban discutiendo. Cuando llegué a mi cuarto me acosté en mi cama y lloré desconsoladamente. Mi pecho dolía y mi mente estaba llena de recuerdos que me lastimaban.

*Flashback*

Estaba preparada para el festival del día del padre, estaba muy animada y feliz por ello, teniendo la esperanza de que mi padre está vez si llegaría.

Cuando salimos al escenario, busqué a mi padre entre los asientos, pero no lo encontraba.

Él vendrá... lo sé.

Esperare... de seguro se le ponchó una llanta de su carro. Y ahora viene corriendo para verme... si, si. Eso.

***

Cuando terminó salimos del escenario, yo estaba agitada, y temblaba. Pero de rabia.

En eso llegaron mis demás compañeros.

Chaparras al Ataque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora