El por qué de la furia de Ágape.

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Sousuke estuvo a punto de cerrar los ojos y rendirse al fin. Pero la muerte le dió una patada en el culo. Metafóricamente.

El cielo seguía nublado, las gotas aún caían sobre el y su cuerpo dolía cada vez más.

Si no es mi momento, entonces, no quiero saber lo que me va a pasar cuando si lo sea.

—Al carajo entonces.

Intentó levantarse, a pesar de no tener la fuerza. Después de varios intentos recapacitó si era buena idea no morir ya.

Dios se debe estar ahogando de la risa ahora mismo...

Escuchó el ruido que hace alguien al correr sobre algo mojado y pensó seriamente qué haría si no era alguien amigo.

—¡Sousuke!— escuchó que una voz masculina gritó, pero no podía ni mover la cabeza.

El dueño de la voz se acercó y entonces, se sorprendió al ver quién era.

—¿Yuri?¿Qué haces aquí?— preguntó al ver al otro agacharse y cargarlo al modo recién casados.

Eros le sonrió triste, mientras tanto, caminaba al sitio de dónde había aparecido Ágape.

—Yo... Estoy pagando por mis mentiras, Sousuke, te agradezco que hayas detenido a Viktor. Cuando ví a Deimos perder no supe qué pasaría...

—¿Deimos... perdió?— preguntó en shock. No podía creer lo que le estaba contando.

Yuri sonrió con ira.

—Pues no es como si Agape hubiera jugado limpio, aprovechó que Deimos me protegía de un ataque y tomó control de él. Hizo que me atacara y entonces corrió hacia ustedes.— no podía describir el rostro que tenía el espíritu, pero se notaba molesto.

—¿Deimos está bien?

—Sí, apenas me hizo una herida volvió a la normalidad— respondió el espíritu con un brillo extraño en los ojos y una sonrisa brillante.

Entonces llegaron a un sitio que gritaba "¡Hey, aquí hubo una pelea tremenda!"

Los altos árboles estaban destruidos, el piso estaba lleno de agua rojiza y pozos.

—Pues vaya... No está tan mal...— dijo Sousuke con sarcasmo.

—Podría estar peor— le contestó Deimos con una sonrisa a la vez que se acercaba a él.

—Eh, pues mira. He visto peores.

Se sentaron los tres a los pies de un árbol, estando Sousuke recostado a un lado de Deimos, quién lo curaba.

—Le diste pelea, estoy orgulloso de ti. No sé qué hubiera pasado si no hubieras resistido tanto.—dijo Deimos, pero Sousuke ya estaba tranquilo con eso.

—Pues supongo que tuve un golpe de suerte. Aunque no entiendo... ¿Qué pasa con Ágape?

Y los dos pelinegros se vieron entre sí, sin saber cómo responder.

—Todo... Es culpa mía. Lo siento.— contestó Eros, pero Deimos negó varias veces con la cabeza.

—Es culpa de ambos... Pero a pesar de todo, no me arrepiento de lo que surgió de esa equivocación— le sonrió Deimos al espíritu que se sonrojó ante las palabras del cazador.

Sousuke estaba en shock, nuevamente.

—¿Qué...?¿Acaso ustedes...?

Deimos asintió con una sonrisa, a pesar de estar decaído.

Tu Reina. La Reina Slayer [Los Errores Del Cazador: I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora