Hombre de familia.

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Narrador Omnisciente.
En un tren con rumbo al pueblo en el cual se encontraba el gremio Sabertooth, dos adultos de cabellos negros miraban detenidamente al bebé de cabello azabache que los acompañaba.

—Es realmente lindo—.Dijo Gray el cual lo alimentaba por medio de un biberón que contenía leche.

—Si, también tiene un aura mágica, ya en la mansión investigaré su edad—.Dijo Deimos el cual hacía figuras de hielo para jugar con el bebé.

El mago de hielo centró su vista en el cazador para después sonreír.

Acababa de descubrir una nueva faceta del ojicarmin; la paternidad y que ésta estaba hecha para él.

Desde que recogieron a Lukyan​ no lo ha descuidado y lo trata con un cariño y paciencia indescriptible, podría jurar que sus ojos brillaban al ver al pequeño.

—¿Te gustan los bebés?—. Pregunto Gray mientras arrullaba al bebé para que durmiera.

Deimos lo vió sorprendido por la pregunta, el mago de hielo quería reír por la cara que había puesto.

—¿Estas embarazado?—.Le preguntó haciendo que su rostro tomara mil colores.

—¡N-No, solo tenía curiosidad!—.Dijo mientras escuchaba las risas del pelinegro, su pena le daba gracia.

—Estoy acostumbrado a los bebés, crié a tres hombres y una mujer que son mi orgullo, siempre soñé con formar una familia y tener hijos, pero nadie llamó nunca mi atención, preferí esperar a mi pareja destinada—.Dijo con una gran sonrisa mientras el mago de hielo bajaba la mirada para esconder su notable sonrojo.

Deimos sonrió al ver que el chico captaba su indirecta.

—Todo a su tiempo, ¿No?—.Dijo el mago de hielo con una sonrisa.

—Sí

—Maldito tren, justo ahora se descompone—

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—Maldito tren, justo ahora se descompone—.Dijo Gray claramente molesto.

El tren se descompuso dejando así, a sus pasajeros sin rumbo o esperando. Ellos decidieron caminar ya que era cuestión de horas llegar a Sabertooth, sin embargo el mago de hielo estaba indignado, era un tren de clase alta, esas cosas nunca les suceden.

—Me encantaría poder llevarnos a la mansión mediante la teletransportación, pero esa es una de las magias selladas, lo siento—.Dijo Deimos haciendo el recuento de las magias accesibles y no accesibles que poseía.

Después de la mutación había perdido parte de sus memorias, Porlyusca les explicó que se debía al golpe que había tenido y que en algún momento un suceso desencadenaría todas sus memorias haciéndolo recordar de nuevo esos detalles que por ironía de la vida ahora no recordaba.

¿Frustración?, ¿Molestia?, ¿Ansiedad?, ¿Impotencia? Si, eso era lo que sentía ahora, en cierto modo se sentía vulnerable; al no tener recuerdos poco sabía de las magias que podía usar.

Tu Reina. La Reina Slayer [Los Errores Del Cazador: I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora