Sousuke caminaba sin rumbo fijo, empujando la carriola que se encontraba frente a el mientras el pequeño Lukyan dormía.
“Hice bien en traerlo en la carriola” pensó mientras seguía caminando por las calles de Crocus.
Pensaba hacer algo de turismo, tal vez podría ir al castillo y pasear un rato por el jardín. También era buena idea darle una visita al estadio donde se celebrarían los Grandes Juegos Mágicos, así conocería como estaba distribuida la edificación y podría visitar el cementerio de los dragones que se encontraba en el subsuelo de éste.
También podría ir por ahí simplemente y conocer a los demás magos, no debía enfrascarse en el trabajo y ya.
A su alrededor todo se veía muy festivo y feliz, la gente cargaba una euforia colectiva de la cual él no se contagiaba. Estaba trabajando, literalmente.
—¡Hey, jovencito!— le gritó una mujer mayor que salía de una tienda con una gran cantidad de cajas.
—¿Necesita algo?— preguntó cortésmente a la vez que se acercaba a la mujer de mayor edad y su esposo, quién salía de la tienda con más cajas.
“No creo que ellos puedan con tanto”
—¡Qué alegría verte!— le dijo la mujer dulce sonriendo y lanzándose a abrazarlo.
Entonces Sousuke la recordó de una misión de hace mucho, mucho, muuucho tiempo.
—¡Ah! ¿S-señorita Gardenia?— preguntó correspondiendo el abrazo con pena.
El esposo de la mujer sonrió viendo la carriola que traía consigo el moreno y se acercó a ver al bebé que dormía en ella.
Mientras tanto, su mujer acosaba al pobre Sousuke.
—¡Tanto tiempo muchacho! Sólo mírate, ya eres todo un guerrero, y pensar que la última vez que nos vimos yo era tan joven— soltó la señora con una sonrisa, viendo al pobre Sousuke que controlaba sus gestos; no sabía qué hacer.
—Ciertamente, querida— señaló su esposo haciendole señas para que se acercara a la carriola con él.
—¡Pero si ya eres padre!— exclamó la señora, con gran entusiasmo. — No creí vivir para volver a verte, mucho menos a tu hijo. Soy tan afortunada.— soltó con melancolía la mujer, mientras unas lágrimas se le escapaban.
—Y-Yo... No sé qué decir— se sinceró Sousuke, mirando a la pareja que contemplaba al pequeño Lukyan.
—Y pensar que teníamos unos pocos veinte años más o menos cuándo te solicitamos... Ah, que recuerdos.— dijo el señor cruzándose de brazos, — no haz cambiado tanto como esperaba... Te imaginaba con una apariencia un poco más acorde a los años que han pasado.
Sousuke sonrió ligeramente recordando esos años en los que pasaba sus días de una misión a otra cada que podía.
Recuerda que la misión que la mujer había mandado había sido rechazada por que se consideraba poca cosa para los slayers, así que la inspeccionó ya que solía hacer eso cuando se encontraba con el encargado de las misiones.
—"No pierdas tu tiempo leyendo eso, esa misión es una perdida de tiempo"— le había dicho el encargado de ese entonces, y eso lo molestó.
—"Para ésta persona es importante, así que cierra tu maldita boca y escribele a esta mujer, dile que su misión fue aceptada"
La misión no parecía ser lo suficiente para un slayer... Pero la carga emocional si lo era.
La mujer estaba gravemente enferma y, su último deseo era que alguien informara a su esposo, quién no conocía su estado, pues se encontraba muy lejos de casa por cosas de trabajo.
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Tu Reina. La Reina Slayer [Los Errores Del Cazador: I]
Fanfiction【Nota: Los primeros capítulos no tienen muy buena ortografía ni narración. Pero en medida que avances éstos antes mencionados mejoran considerablemente.】 ¿Como podría haber sabido ella que aquel suceso desataría el principio del fin? El destino no s...