Antes de la catástrofe.

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El cazador caminaba entre los pasillos de la Mansión Slayer, dando órdenes por aquí y regaños por allá a uno que otro que iba despistado.

Claramente más de uno o respondía un escueto sí señor, o bien lo mandaban a la mierda; cosa que lo hacía reír y que irritaba a los otros.

—¿Es serio no quieres ir a ver a Yusuke?— le preguntó Jyugo por décima vez al pelinegro que se hacía el tonto regañando gente.

Y sí quería ir a ver al de ojos dorados, pero todo el valor que lo había llevado a regresar a la mansión para reclamarle por el vínculo se desvaneció en cuanto le contaron por todo lo que había pasado.

¿Cómo podría ir frente a él después de no haber estado cuándo más lo necesitaba? Aunque también estaba indignado por el hecho de que nadie le hubiera informado, si le hubieran dicho desde un principio lo que pasaba no estarían en esa situación.

—¡TÚ!— escuchó el Cazador un potente grito y volvió a hacerse el tonto mientras se giraba lentamente para comenzar a huir.

—Ah no, alto ahí pequeño bastardo— lo detuvo una muy molesta Mikasa quién notó sus oscuras intenciones.

—Traidores— murmuró en cuanto vió a Levi taparle otra vía de escape, al igual que Mika y Beka quienes aparecieron para hacer lo mismo—, haré que se arrepientan de esto, bastardos.

—Si, si, como tú digas— le restó importancia Mikasa mientras movía la mano.

Entonces sintió que alguien lo tiraba al suelo y poco o nada hizo para defenderse ( principalmente porque no tenía gana alguna de seguirle el juego al contrario)

—¡Se suponía que cuidarías de él!— le reclamó Yuan quién lo levantó del piso para propinarle un puñetazo que si bien quiso devolver no lo hizo pues sabía que se lo merecía.—¡¡Y lo primero que hiciste fue dejarlo!! ¡Te dí una oportunidad con mi hijo! ¡¿así es como me pagas?!— le preguntó siguiendo con otro puñetazo que volvió a tirar al piso al cazador que empezaba a perder la paciencia.

“Es tu culpa así que aguanta. No lo mates. No le regreses el golpe” se repetía a sí mismo el Cazador mientras recibía otra secuencia de puñetazos.

—Oigan creo que se está pasando— espetó Chase haciendo intento de acercase para separarlos, pues parecía que era el único que notaba que Deimos no iba a soportar que el dragón lo siguiera tratando así.

—¡Debí haberlo obligado a enlazarse con la hija de la Monarca de los Dragones de Tierra!— se lamentó el viejo lanzando otro puñetazo que fue detenido por el cazador—¡ÉL SERÍA FELIZ CON TODOS MENOS CONTIGO!

—NI LO SUEÑE— le soltó el cazador con una voz tan potente que hizo a los Slayers que presenciaban el espectáculo temblar de miedo—NO LO APARTARÁ DE MI NI AUNQUE MUERA.

El dragón sonrió ligeramente ante aquello pues probaba que el cazador quería a su Yusuke... ¿Pero de que sería capaz por culpa de ese amor?

—Si tanto te molesta verlo con alguien más... ¿Qué crees que siente él?

Y Deimos quedó en blanco, pues hasta ese momento no había reparado en el daño que le hacía a sus amados por el simple hecho de amarlos... Tal vez y solo tal vez, se sentían peor de lo que cualquiera podría imaginar.

Pronto todos aquellos que lo rodeaban sintieron pena por él... Pues a pesar de ser fuerte físicamente conocían su débil corazón; o apenas lo notaban.

—Deimos... ¿Estás bien?— escuchaba que le susurraban pero él ya no escuchaba.

Pronto comenzó a hiperventilar y un ataque de ansiedad lo sumió a la oscuridad; no había pensado en sus parejas durante todo el tiempo que se alejó y es que simplemente no podía durar alejado de ellos demasiado pues la necesidad de estar junto a ellos lo mataba.

Tu Reina. La Reina Slayer [Los Errores Del Cazador: I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora