Capitulo 8

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Sus ojos se conectaron con los míos.

-Gra... Gracias Adrián.

-No hay de qué. Te acompaño.

-No es necesario.

-Después de este incidente si. Vamos. -dijo cogiendo mi mano.

Nos fuimos andando hacia mi casa. Se me hacía raro tener otra vez su mano agarrando la mía. Al llegar le di las gracias y me apresuré a entrar cuando sus palabras me pararon en seco.

-Perdóname por lo que pasó hace meses. Era inmaduro. Entenderé si no quieres, pero créeme cuando te digo que en serio estoy arrepentido.

Seguí caminando hacia mi casa sin darme la vuelta. Notaba en su voz que estaba arrepentido pero no podía decirle nada porque mis lágrimas estaban amenazando con salir en cualquier momento.

Subí corriendo hasta mi habitación y allí no pude controlarme más y empecé a sollozar recordando lo sucedido hace justo 9 meses.

Flashback

Estaba en mi habitación real, esperando a que mi madrastra se fuera cuando sonó mi móvil.

-Hola cielo. ¿Que tal?  -dije viendo el nombre en la pantalla.

-Bien. Esto... Maddi, ¿podemos quedar? 

-Claro, Adri. ¿En Starbucks en 10?

-Perfecto Maddi. Allí nos vemos -y colgó.

Me sorprendía su actitud. Adrián había sido mi primer novio, mañana íbamos a cumplir 6 meses juntos y yo confiaba tanto en él que hasta le conté lo que pasaba en mi casa. Que tengo una nueva madrastra que me está maltratando, que no me deja usar el dinero de mi padre por eso debo usar mis ahorros... Todo.

Me vestí y me fui caminando hacia el Starbucks. Allí encontré a Adrián en una mesa.

-¿Quién soy?  -dije con voz juguetona tapandole los ojos.

-Maddi déjalo. Esto es serio. -me senté y él siguió hablando. -Mira, a mí me gustas mucho. Pero después de lo que me has contado de tu madrastra... Creo que será mejor que rompamos. No quiero que nadie se entere de lo que ocurre en tu casa y que me menosprecien a mí, tengo que conservar mi reputación. Lo siento.

Me levanté de la mesa sin querer aceptar que todo se había acabado. Era tan... Irreal. De pronto ya no sentí el suelo bajo mis pies. Al despertarme estaba en mi habitación, entró mi madrastra y empezó a reírse de mí y a decirme cosas.
Fin flashback

Ese fue el peor día de mi vida. Juré no volver a confiar en ningún chico y le pedí a mi padre que me cambiase de instituto. No volví a ver a Adrián desde entonces y ahora creo que me afectó bastante.

Me duché, me puse el pijama y me acosté.

A la mañana siguiente me desperté mejor. Hoy tampoco iba a ir al instituto. Me vestí y me fui caminando hacia el hospital. Allí pude, al fin, entrar en la habitación de mi padre. Estuve hablando con el y me di cuenta de que estaba mejor lo que me alegró a más no poder.

Al salir fui a visitar a Lidia para pedirla la tarea. Y por fin llegó lo que más esperaba de todo el día sin darme cuenta, la cita con Carlos. Bueno, no era una cita, solo íbamos a quedar como amigos ¿no?

Fui a mi casa, me duché y me pasé media hora eligiendo la ropa adecuada. Al final opté por unos jeans azul claro, una camiseta de seda negra y vans negras. Ya estaba lista. Llamé a Carlos para preguntarte dónde quedamos.

-Hola, ¿Carlos?

-Si, Maddi. ¿Que te parece si quedamos en el parque azul? 

-Genial. ¿En 10?

-Vale. Chao

*******************
Carlos POV

La vi entrar en el parque. Levanté la mano para que me viese, y cuando me divisó vino hacia mí.

-Hola Carlos. -la vi indecisa sobre qué hacer así que me levanté y la di un abrazo y un beso en la mejilla.

-Hola Maddi. ¿Qué tal estás?

-Bien y tu?

-Bien. ¿Te apetece ir a alguna heladería o cafetería?

-Vale.

Me levanté y anduvimos juntos hasta una heladería cerca de allí.

-Tu ve y ocupa una mesa y yo voy a por los helados. -le ordené.

-Quiero de caramelo. -me dijo con una sonrisa.

Pedí los helados y fui a la mesa que había ocupado Maddi. Al entregarla el helado y ver su cara de felicidad me sentí genial, como si hubiera renacido. Pero ¿por qué?. A mi no me importaba nada Maddi, entonces ¿por qué siento que haría cualquier cosa por verla feliz?  Me estoy volviendo loco, creo que voy a tener que ir a un manicomio.

-¿Carlos?  ¿Estás bien?  -me preguntó Maddi preocupada.

-Si. Claro. ¿Por qué? 

-Porque me llevas mirando durante un cuarto de hora y estás murmurando cosas.

Tierra trágame. Espero que no haya entendido nada de lo que estaba murmurando.

-Oye, lo que me contaste ayer... De tu novia, ¿era verdad?

-Sip, no tengo por qué mentirte.

Después de eso nos quedamos en un profundo silencio, pero no era un silencio incómodo.

-¿Quieres dar un paseo?  -la pregunté al acabar los helados. La vi dubitativa así que la intenté convencer. -Vamos a hablar un rato más porfavor.

-Vale. Vamos.

Salimos de la heladería y fuimos caminando hacia el parque azul. Allí paseamos por los jardines llenos de flores. Todos aquellos colores hacían a Maddi más guapa. ¿Yo había dicho eso? 

De pronto se giró hacia mí y me pilló observándola.

-Si ya se que soy guapa. No te quedes embobado. -dijo bromeando. La miré a los ojos, esos ojos que siempre tenían tristeza hoy tenían felicidad. Ojalá fuera gracias a mí.

Luego la miré los labios, finos y rosados. Me fui acercando poco a poco viendo que ella hacía lo mismo.

Nuestros labios se juntaron, los suyos eran suaves. De pronto ella se alejó, me miró con lágrimas en los ojos y me fue después de decirme estas dolorosas palabras:

-Creía que eras diferente a tu amigo Adrián, pero veo que eres igual o peor. No me vuelvas a hablar, Carlos, desde este momento te odio.

La vi alejarse, aunque intentaba negarlo, sus palabras me hirieron profundamente. Pero nunca lo voy a reconocer, a mi no me gusta Maddi.

Lo peor de todo es que aún sentía sus labios contra los míos, y eso me gustaba más de lo que pensaba.

Una Cenicienta ModernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora