No podía creer que la persona que se encontraba allí tendida era Kate, corrí hacia ella hasta quedar hincada a un lado. La levanté con mucho cuidado y en todo su cuerpo tenía rasguños, revisé que estuviera respirando; afortunadamente lo estaba haciendo, ya había comenzado a pensar lo peor, simplemente se encontraba inconsciente, pero me preguntaba ¿quién le pudo hacer eso?
—Sebastian, ayúdame a levantarla —le dije, la levantó con cuidado.
—La señorita Katherine ¿se encuentra bien? —preguntó, ya íbamos de regreso al campamento.
—Si, solo está inconsciente —dije soltando un suspiro al final.
—¿Se siente bien? —Me miró de reojo.
—Si, solo... un poco preocupada por Kate. —Seguía caminando.
—¿Tiene idea de quien le hizo esto a la señorita Katherine?
—Las mismas personas que me enviaron las fotografías y la nota que te di ayer. —Volví a ver a Kate, pero aún seguía inconsciente —. Esto es solo una advertencia.
—Mmm, auch. —Reaccionó ella, al menos ya no me sentía tan preocupada —. ¿Amélie?
—¡Kate!, ¿cómo te sientes? —Nos detuvimos.
—Me... me duele todo. —Veía por todos lados, todavía seguía desorientada —. ¿Qué fue lo que me pasó?
—La encontramos inconsciente, señorita Katherine —respondió Sebastian.
—¿Recuerdas algo de lo sucedido?
—Creo que sí, lo único que recuerdo fue que discutí con un hombre. —La miré extrañada.
—¿Quién era ese hombre? —Existía la probabilidad de que fuera uno de los doce y tal vez fue enviado para darme una advertencia.
—Me dijo su nombre, era... Ash. —No tenía ni la menor idea de quién podría ser —. Era un hombre alto, de piel pálida, cabello blanco, vestía con un traje de cola y sus ojos eran de color... púrpura.
—Te llevaremos de regreso, para que descanses, luego me dirás lo que ocurrió. —Le dediqué una sonrisa.
Regresamos de nuevo al campamento, le curé los rasguños que tenía en el cuerpo, luego de unos minutos ya se sentía mejor y también tenía hambre así que comimos algo hasta que llegaron los chicos quienes se alegraron al verla, corrieron abrazarla, pero también comenzaron con sus reclamos que realmente la sacaron de quicio. Descansó un poco hasta que anocheció, todos nos encontrábamos en las casas de campaña y yo no podía conciliar el sueño con todo lo que pasó con Kate, me sentía culpable, ninguno debería estar cerca de mí, yo misma sé que lo sucedido fue por mi culpa y no quiero que alguno de ellos... muera.
—¿Amélie... sigues despierta?
—¿Eh? Si, ¿pasa algo? —pregunté estado de espaldas.
—¿Podemos salir?, quiero hablar contigo —respondió, volteé a mirarla.
—Si. —Salimos de la carpa para hablar, ya era muy tarde, tal vez eran las dos de la mañana —. ¿Qué quieres decirme?
—Cuando hablé con ese hombre, me dijo que tú habías... hecho un contrato con un demonio. —Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, ella no debería saberlo.
—Eso es mentira —dije fríamente y de forma cortante —. Pero hay algo que debes saber... hay personas que tratan de matarme y no quiero que ustedes estén involucrados.
—¡¿Por qué quieren matarte?! —La asusté, tuve que decirle que bajara la voz. Quizá no era el momento indicado, pero debía decirlo para que se alejaran de mí.
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Enamorada de un endemoniado mayordomo.
Fiksi PenggemarElla era una joven que llevaba una vida normal antes de que sus padres y su pequeño hermano fueran asesinados, al encontrarse en medio de la desesperación, decide realizar un contrato con un demonio, aunque no con cualquier demonio; Sebastian Micha...