Capítulo 39.

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«Esto debe ser una pesadilla» decía repetidas veces dentro de mi cabeza, mantenía mis ojos cerrados mientras sentía la mirada de los demás, seguía sin entender qué era lo que pasaba porque estaba segura que todo lo que había vivido, los atentados, los secuestros, estar a un paso de la muerte y convivir con Sebastian, Molly y Undertaker... era verdadero, sin embargo, en busca de ellos no encontré ninguna pertenencia suya, las habitaciones en las que dormitaba Sebastian y Molly se encontraban intactas, sin nada de ellos.

—¿Qué pasa aquí? —susurré para mí, estaba arrodillada en medio de la estancia principal sin nadie cerca, todos mis amigos se habían ido y en la mansión solo me encontraba yo —. No pudo ser solo un sueño... no pude estar en coma por ocho meses... yo no pude haber creado en mi cabeza otra vida ¡maldita sea! ¡¿qué es lo que quieres?! ¡¿volverme loca?! —grité con todas mis fuerzas como si quisiera desgarrarme la garganta.


***


Los días pasaron, Ciel decidió hospedarse en la mansión de su tataranieta pues él tenía la necesidad de buscarla porque quería protegerla, seguía molesto con Sebastian por la incompetencia que mostrò al no cuidarla, sin embargo, conforme pasaban los días no ocurría nada, ni una sola noticia de ella recibían y ella tampoco daba señales de vida a Sebastian, cada uno de los que se encontraban en la mansión salían en su búsqueda, pero sin hallar nada. Undertaker les había hablado sobre el problema que halló dentro del récord cinematográfico de Amélie, se los llegó a mostrar y notaron que otros momentos de su vida habían desaparecido completamente, aquellos que se habían esfumado se trataban de los más recientes.

Molly lo tomó entre sus manos para observarlo y de esa forma encontrar algo más, pasaba las hojas una a una hasta encontrarse con otras en blanco y cuando llegó a la última su rostro se horrorizó y dejó caer el récord cinematográfico al suelo mientras que sus manos temblaban.

—¿Qué pasa? —preguntó Ciel.

—Ella... ella... —No podía hablar, se cubrió el rostro con ambas manos comenzando así a sollozar, los presentes no entendían por qué aquella reacción, Undertaker lo levantó del suelo para buscar lo que había causado las lágrimas de Molly.

—Esto no es posible... —Logró articular esas palabras, su vista la mantenía fija en esa hoja y en ese escrito, el cual decía.


"Amélie Phantomhive

Edad: diecisiete años

Hora de muerte: 3 am.

Fecha de muerte: 5 de marzo de 2015..."


En esa hoja se encontraba escrita la hora y fecha de muerte, pero sin especificar el por qué, era una fecha que aún se hallaba lejana. Undertaker no pudo articular alguna palabra y ninguno de los dos demonios entendía la situación ¿podría ser posible que ella muriese ese día? ¿quién pudo haberla juzgado? Aquella fecha se había escrito sola, pero les podría indicar que ella seguía con vida, sin embargo, el único problema era que no sabían la ubicación del lugar en el que podría estar, el shinigami cerró el récord cinematográfico para después mirarlos con seriedad.

—Tenemos que hallarla cuanto antes —habló, Ciel frunció el ceño por no saber qué era lo que sucedía mientras tanto Molly seguía inconsolable y Sebastian intentaba tranquilizarla.

—¿De qué hablas? —preguntó acercándose a él, nadie hubiera creído la reacción del peli plateado al suspirar y él dio a conocer que algo no andaba bien —. ¿Undertaker?

Enamorada de un endemoniado mayordomo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora