Valeria abre los ojos de inmediato al sentir que alguien salta encima de ella.
—Ya déjame Kenia— dice con fastidio mirando a su hermana menor.
—Mamá me mando a levantarte, así que levántate—jala la mano de Valeria intentando sacarla de la cama, lo cual funciona y termina en el suelo de su habitación con Kenia riéndose a carcajadas.
—Ya me levantaste, te puedes ir con Keith—sin embrago su hermana no le presta atención y sigue riéndose lo cual molesta a Valeria— ¡Ya vete! —le grita antes de empujarla hasta sacarla de su habitación.
Luego de sacar a su hermana menor se dirige a la mesita de noche para agarrar su teléfono y ve la hora, 7:15am.. Se queda mirando fijamente la pared morada como si fuera muy interesante pero 3 minutos después reacciona.
—7:15, ¡Voy tarde! —tira su teléfono a la cama pero este rebota y cae al suelo, voltea lentamente con una mueca de dolor en su cara, corre hasta el teléfono y cuando ve que está bien corre al baño para arreglar.
Tan temprano y ya todo es un desastre.
...
Sale de su habitación ya arreglada mientras piensa que hizo un record, son las 7:42am ¡Se arreglo en 27 minutos!
Baja las escaleras mientras arregla sus cuadernos, si quiere llegar a tiempo tiene que apurarse, así que decide que por el camino comerá algo. Se dirige a la puerta para irse y está a punto de gritar que ya se va cuando escucha una voz que conoce pero no es nadie de su familia.
La voz proviene de su cocina, se escucha una risa, su risa.
Camina con pasos rápidos y entra a la cocina, allí está Alejandro.
Alejandro.
Abre mucho los ojos cuando lo ve, se le había olvidado por completo que él la buscaría.
— ¡Valeria!—dice su madre cuando la ve porque antes estaba de espalda haciendo algo en la cocina mientras reía—Alejandro llego hace rato, dijo que te llevaría al instituto, lo hice pasar para que te esperara no lo dejaría afuera con este frío—y era verdad, el frío en ese momento estaba terrible, pero no era lo que la tenía congelada en su lugar.
Él está en una de las sillas de su comedor hablando con Keith, su hermano de 13 años, mientras ambos comen waffles.
—Hola Valeria—saluda él con una sonrisa de lado—Tu mamá me ofreció de sus deliciosos waffles, sabes que no me puedo negar—le guiña un ojo—Por cierto, están muy buenos, Melissa.
Cuando al fin sale del estado piedra empieza a caminar hasta sentarse lo más lejos que puede de Alejandro.
—Hola—responde al saludo después de un rato y su mamá se acerca para dejarle un plato con waffles—No gracias mamá, ya voy tarde.
—No señorita, usted se come eso, no puedes irte sin desayunar, además Alejandro te va a llevar—el chico asiente dándole la razón, su madre se voltea ganándole y no le queda más que comer.
Su hermano conversa con Alejandro, su madre sigue de espalda mientras hace cosas en la cocina y ella solo come en silencia. Kenia entra a la cocina y cuando ve al chico sus ojos brillan, corre hasta él y lo abraza.
— ¡Alejandro!, ¿por qué no habías vuelto?—le reclama de inmediato después de soltarlo y con las manos en la cintura.
—Déjalo Kenia—le dice Valeria ya que sabe que él no podrá responder.
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21 Días Para Amar ©
RomanceAlejandro no cree en el amor. Valeria tampoco. Van a tener 21 días para demostrarle a Shaday, la mejor amiga de ambos que el amor no existe. Al ya odiarse por años creen que será muy fácil hacer esa apuesta, tienen todas la de ganar, bueno o eso pie...