Día 18

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Valeria revisa por séptima vez la hora en su teléfono.

Tarde.

La chica lleva esperando por más de media hora sentada en la entrada de su casa.

Un auto se empieza acerca hasta detenerse frente a la casa de Valeria, ella se levanta de un salto y camina al auto, cuando llega abre la puerta del copiloto y se adentra.

— Es tarde—reclama la chica al voltear a ver a Alejandro.

El castaño deposita un beso en la mejilla de Valeria antes de hablar.

— Mamá me pidió que llevará a Andrea a su clase de piano, lo siento—Alejandro dice mientras hace ojitos de cachorro.

Valeria solo sonríe para después colocar algo de música en la radio.

La chica no pregunta el lugar de su destino, sino que disfruta lo poco que le queda al lado de su "novio".



— Llegamos, nena—anuncia Alejandro bajando del auto y empezando a caminar.

Valeria lo imita.

— ¿Qué hacemos aquí?—pregunta la chica mientras mira a su alrededor.

" ¿Una estación de tren? " piensa la castaña algo confundida.

El chico solo le sonríe, agarra su mano y empieza a caminar hacia la caseta para comprar boletos.

Alejandro habla con el señor que vende los boletos, compra dos sin decirle el destino a Valeria.

— ¿Me podrías decir a dónde vamos?—vuelve a preguntar Valeria sin obtener respuesta— Por favor.

— A un lugar—es la única respuesta del chico.

El castaño, sin mirar a la chica a su lado, avanza hasta entrar a un pequeño cafetín donde Valeria hace más preguntas y él las ignora mientras compra algunas cosas.

Salen del pequeño lugar para esperar su tren.

— Alejandro...—se queja Valeria al no obtener ninguna respuesta por parte de su "novio".

— Ya te vas a enterar a donde vamos—dice el chico después de un largo rato.

Valeria no se conforma con esa respuesta pero decide ya no preguntar.



— Sígueme—ordena Alejandro a Valeria en el momento que llega un tren. Ella solo obedece.

Ambos se adentran en el tren hacia un pasillo con varios asientos, pasan unos cuantos hasta llegar a una mesa con dos asientos enfrentes y una ventana al lado de estos.

Alejandro hace que la chica se siente en el asiento de la derecha y él se sienta en el de la izquierda, frente a Valeria. El chico coloca sobre la mesa, que los separa, las cosas que compró en el cafetín.

— ¿Ya me vas a decir?—pregunta con cansancio la chica.

—No—.

— ¡Oye!—.

Alejandro se ríe para luego llevar a su boca una dona de chocolate.

Valeria solo rueda los ojos y lo imita.

Después de un rato, donde el tren ya comienza su recorrido, Valeria se queda mirando por la ventana pensando que tal vez pueda reconocer el camino por el que van.

21 Días Para Amar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora