Cosas del pasado

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X-Men, Winnie Pooh, Horton, (y ya no me acuerdo) no son míos, pertenecen a sus respectivos creadores, yo solo soy dueña de... nada.

Se me olvido que estaba subiendo la historia aquí... perdón.

                                                                                             ...

Erik le dio un pequeño sorbo a su café sintiendo un ardor molesto en la lengua, siseo enojado con la caliente bebida.

-¿Te quemaste?- Preguntó el ojiazul sentado a su lado con su propio vaso en la mano derecha mientras la otra se encontraba bien protegida en el bolsillo del saco azul marino que llevaba puesto.

-Mmh- Exclamó por respuesta dándole otro pequeño sorbo, repitiendo el daño a su lengua, mascullando una maldición.

-Deberías soplarle antes-

-Lo hago- contestó cortante e irritado, Erik estaba molesto con ese ligero aire frío que le estaba congelando la cara y que amenazaba con hacer que su nariz cayera, estaba molesto con el estúpido café por atentar contra su lengua y estaba molesto porque el día anterior había intentado hablar con Magda y la muy... no le abrió ni la puerta. La risa de Xavier lo regresó al frío asiento de aquel parque una tarde de sábado.

-¿De qué te ríes?- Preguntó sorprendiéndole que la forma en que contestó no fuera tan brusca como consideró que sería. Charles y su jodida forma de ablandarlo.

-De ti actuando como un niño enfurruñado- Lensherr se indignó.

-¡Yo no actúo como niño enfurruñado!- Negó rotundamente. Xavier se notaba divertido.

-Estás haciendo pucheros- ¡Con una mierda!, él era Erik Lensherr, él no era un niño, no se enfurruñaba y por todos los cielos ¡No hacía pucheros! –Ahí está- Apuntó el castaño y entonces Erik le sonrió a ese molesto hombrecillo. Suavemente la expresión divertida del otro desapareció cambiando por una de preocupación que lo descolocó un poco. -¿Hay algo que te esté molestando Erik?- Fue cuestionado con delicadeza y sin presión, las palabras de Charles estaban impregnadas de cariño y comprensión ante algo que ni siquiera había escuchado. Lensherr se dedicó a hacer una observación silenciosa; y es que todavía no terminaba de entrarle en la cabeza, de convertirse en algo entendible para él, ¿Cómo era que Charles lo apreciaba?, Erik no era la oveja más pachoncita del rebaño , era un desgraciado que trato a Charles como la mierda la segunda vez que hablo con él y sin embargo ahí estaban meses después, sintiéndose muy apreciado por el otro y apreciando a quien lo acompaño a ver las estrellas la madrugada antes de su cumpleaños.

-Si me extralimite al preguntar...- Xavier se notaba arrepentido.

-No he podido encontrar a Magda. Fui a buscarla, no me abrió ni la puerta. Y es que...- Bufó sintiendo la creciente irritación. –No puedo creer que no le interese ver a Wanda y a Pietro- dijo al tiempo que observaba a sus hijos jugar en el sube y baja.

No entendía donde había quedado la amorosa mujer con la que se había casado. Que había sido de aquella chica que era capaz de cantar para un niño desconocido con el objetivo de hacerlo dejar de llorar y que ahora no era ni capaz de mirar a los ojos de sus propios hijos.

...

Erik entró sigilosamente a la casa. Observó en todas direcciones comprobando que su madre no estuviera presente. Corrió al baño cerrando la puerta con seguro. Finalmente comprobó su reflejo en el espejo. Una mutación de curación habría sido mucho más útil, consideró.

¿Cómo iba a explicarle a su madre ese ojo morado?

Un suave toque en la puerta le regresó al tiempo actual. Sinceramente creyó que su madre no estaba.

Matando la SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora