Ellos: BTS, un grupo de kpop.
Jóvenes, inocentes, con mucha energía, bastante encantadores.
Unos chicos muy tiernos y adorables aunque también demasiado traviesos.
"Angelitos al fin"
Ella: Extranjera, joven, un poco rara.
A simple vista una chica...
Desperté por los horrorosos rayos del Sol; me quejé al abrir los ojos ya que sentía como si la cabeza me fuese a explotar. Dolía mucho.
No beberé más nunca en mi vida.
Tenía sueño así que simplemente intenté darme la vuelta para no tener al Sol de frente; fallé. Había algo que me impedía girar.
Volteé un poco la cabeza y abrí los ojos como platos.
Que hacía Taehyung aquí?! En mi cama?! Durmiendo?! Y conmigo?!
Creo que estoy teniendo un infarto.
Comencé a alarmarme; me fijé en la posición en la que estábamos y seguía sin creerlo.
Al menos tengo mi ropa puesta...
Él estaba abrazado a mi; tenía su cabeza escondida en mi cabello y su mano me rodeaba la cintura. Que hago? Se ve muy cómodo.
Mejor dicho; parece un ángel y no quiero despertarlo.
—Mierda—Murmuré —
Intenté recordar que había pasado ayer pero ninguna imaginen venía a mi mente.
Lo último que recordaba era que estaba sentada en el sillón con Jonghwi, pero... en que momento llegó Taehyung?
Que hago? No quería levantarlo pero los chicos seguramente habían llegado y teníamos que hacer muchas cosas.
Aunque no quiera; tengo que levantarme.
Gire lentamente y Tae se quejó. Quedé frente a él; su respiración estaba tranquila, dormía plácidamente. Wow que guapo es.
No se por qué; pero comencé a ponerme nerviosa gracias a la cercanía. Tae se movió y me atrajo más hacia él quedando mi rostro en su cuello. Suspiré al sentir su aroma, olía tan bien; inconscientemente me acerqué más y volví a hacerlo.
—Noona eso me da cosquillas —Murmuró con voz ronca y yo me asusté—
Joder, su voz. No entiendo como este chico tiene que ser tan sensual y tierno al mismo tiempo.
Intenté hacerme la dormida pero ya era tarde; él se había despertado.
—Buenos días—murmuré viendo cómo se estiraba; cuando posó su mirada en mi sonrío—
—Buenos días noona—susurró adormilado—
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Intenté mantener la calma; pero los nervios no se iban; que tanto habíamos hecho ayer?!
—Por que... Quiero decir, que haces aquí? —Murmuré tímidamente—
