Capítulo 7

5.2K 221 1
                                    

Ella despertaba lentamente de un sueño que se había producido por un buen orgasmo.

Él en cambio dormía como un angelito. Ya que sus problemas dejaban de existir cuando mantenía relaciones sexuales con cualquier chica. Incluso con Clare también conseguía dormir.

Clare seguía queriendo demasiado a James, como para darse cuenta de que aquella relación que la hacía sumisa, no iba a llegar a ningún lado. Y sabia que con Allan los orgasmos no merecían tanto la pena como lo eran con él. Ya que la forma de poseer que tenia James la volvía loca.

Ella se levantó y fue a darse una ducha. Ya que continuaba teniendo planes para la mujer que le había quitado el amor de James. Pero aun así no iba a presentarse en la empresa, hasta que ella misma tomase la decisión de llamarla para contratarla.

Después de que Clare se duchase y se vistiese de nuevo, observó a Allan. Y supo que él sí que merecía ser querido por alguien. Y sabía que tenía un duro pasado al que tarde o temprano debería de enfrentarse. Salvo que ella seria la persona adecuada para dar un pequeño empujón.

Ella salía de la cama, porque le había sonado el despertador.

Taylor fue a darse una ducha mientras que pensaba en lo que había vivido la noche anterior y escuchaba música de su cantante favorito. Cuando James la dejo atada durante un rato y comenzó a forcejear. Eso le hizo pensar también en el primer día en que la secuestro.

Cuanto ella salió de la ducha, se puso a vestirse para poder irse a desayunar al trabajo.

Taylor se miró al espejo y vio a James sentado en su cama. Eso le hizo dar un respingo y que a ella se le cayese la toalla al suelo. Ella cogió enseguida la toalla y se la puso.

―No tapes algo que me pertenece ―le dijo él.

―¿Qué haces aquí James? ―preguntó ella.

―He venido a recuperarte. Y no me voy a ir de aquí, hasta que me asegure de que vas a volver a mi casa para enseñarte lo que no sabía.

―No voy a hacer eso, James. No puedo.

―¿Por qué?

―Porque en realidad no sé lo que quiero. Necesito pensar con claridad.

Hicieron una pausa:

―¿Has entrado por la ventana?

―Sí ―le respondió él―. Te dije que sabía como entrar y lo acabas de ver.

―¿Por qué haces todo esto?

―Porque te quiero para mí. Constantemente. Veinticuatro horas y siete días a la semana. Eso a lo que los dominantes llamamos 24/7.

―Sabes que no me puedo ir veinticuatro horas y los siente días de la semana a tu casa. Tengo vida propia James.

James se acercó a ella, pero Taylor comenzó a ir hacia atrás. Atrás que se dio contra el tocador.

Cuando él la alcanzó, besó a Taylor, mientras que metía su mano debajo de la toalla. Y en breve, comenzó a masajearle el clítoris.

Ella comenzó a moverse, mientras que notaba la mano de James en su sexo y el beso hacia que ella ahogase sus gemidos.

James dejó de tocarla y ella se quedo sin palabras al ver que no recibía el orgasmo. Eso le hizo sonreír a James por unos instantes.

―Vuelve conmigo Taylor. Te hare amada a la vez que sexy. No veras tu desnudez como vergüenza.

―Debo de pensarlo, James. Estoy confundida y ahora lo que nos une a los dos es un proyecto de marketing.

Entonces James caminó y antes de salir por la ventana, le dijo a Taylor:

Cuarenta Días de Sumisión (Una Noche En Verona I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora