Capítulo 1

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―Intenta no moverte o te aseguro que encontré el momento idóneo para demostrarte lo malvada que puedo llegar a ser.

Ella comenzó a creer en su propio miedo y vio que era el momento de que el pánico se apoderase de ella.

Taylor Parker era alta, de ojos marrones como la copa de un árbol, pelo negro chocolate demasiado largo y rizado, y vestía con hermosos vestidos que podía permitirse gracias a su trabajo en la empresa de su padre y de su abuelo. George y Gianluca Parker. Su padre era un hombre que se dedicaba a los negocios de forma muy fiable y muy segura. Era normal en una empresa de marketing televisivo en casi todo el mundo. Y Taylor era demasiado hermosa y joven que no aparentaba tener los veintisiete años de edad y la soltería que todavía poseía. Jamás le había interesado hombre alguno, desde que comenzó a estudiar en el instituto. Nunca había tenido pareja hasta en ese momento.

Taylor se montó en su coche aquella noche y de la nada, el perfume y la mano de otra mujer le invadieron. Fue entonces cuando ella pensó que no haría nada para perjudicar su vida. Que haría lo que aquella mujer quisiese para mantenerla a salvo.

―De acuerdo. Pero no me hagas daño ―respondió Taylor con mucho temor.

―Móntate atrás y no te hare nada ―le dijo su secuestradora.

Taylor salió del coche y fue hacia el asiento de atrás de su coche. Aun con el temor en su cuerpo.

Cuando miró unos por unos instantes a su secuestradora, quiso salir corriendo para pedir ayuda. Pero la mujer, le agarró muy fuerte del brazo y la montó a la fuerza en el coche.

La mujer tenía en su mano derecha un trozo de tela. La cual, unos segundos más tarde le puso en la nariz y en breve, Taylor comenzó a forcejear.

Cuando Taylor se quedó dormida, está la tumbó en los asientos de su coche y le puso una venda en los ojos, la ato de pies y manos con unas cuerda en color blanca, y para concluir con ello, le amordazó con un trozo de cinta americana sobre su boca.

Después se puso en el asiento del piloto del coche y arrancándolo después, la secuestradora se marchó con Taylor de los de la empresa de los Parker.

Y saliendo de la Quinta avenida con Washington Square Arch, la mujer que conducía el coche, le mandó un mensaje de texto a la persona que le había ordenado el secuestro de Taylor, diciéndole: "Todo listo, voy con ella hacia tu departamento. Estaré ahí en veinte minutos. Prepáralo todo."

Después de ese mensaje, continuó conduciendo para llegar a tiempo con el encargo de la persona que quería tener a Taylor. Pero por unos instantes ella pensó que esa chica seria la perdición de aquel hombre. Un hombre que amaba a pesar de ser como era. Ya que ambos querían lo mismo. Una relación sin compromiso, donde solo hubiese sexo.

Él se paseaba lentamente por su casa, situada en la Avenida Park Avenue, mientras que esperaba la única respuesta que había estado esperando desde hace dos meses. La publicidad de su empresa. Pero tan libre se sentía por su casa, que solo tenía puesto unos pantalones vaqueros. Iba completamente descalzo y con el torso al descubierto. Algo muy típico en él desde que vivía solo.

Fue su teléfono móvil quien le distrajo por unos instantes. Y al ver que era un mensaje de texto, lo leyó y después no le dio respuesta.

James Johnson terminó de apoyarse lentamente en la entrada y salida del jardín de su edificio, mientras que se encendía un cigarrillo de los que él fumaba cuando acababa de trabajar o se ponía algo nervioso e inquieto. Su porte era el de un hombre de negocios. Era algo, de pelo rubio que le resaltaba un poco el flequillo hacia su lado derecho, de ojos azules y solía vestir con una camisa de seda pegada a su cuerpo, con corbata de cualquier tipo excepto el rosa, y pantalones de seda de cual tipo. Pues James tenía un gusto exquisito para la ropa que solía usar cuando iba a trabajar y otros muy diferentes cuando estaba en casa. Era muy normal en un hombre de casi treinta años.

Cuarenta Días de Sumisión (Una Noche En Verona I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora