Capítulo 21

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Los amantes se despertaron juntos cuando el amanecer comenzó a entrar por la ventana de la habitación. Era el sentimiento más grande que ambos tenían, que no se podían vender o incluso apostar por él. Ya que sabía que su amor podían sanar cualquier dolor. Un amor que era perfecto a pesar de los secretos. Un amor que no hacía falta fingir ante nadie.

James le acarició el pelo mientras que ella respiraba profundamente. Tenía tan claro que la amaba, que su pasado no importaba e esos momentos.

En cambio, ella ya tenía la solución al gran problema que se la había presentado. Uno que solucionaría todo.

―¡James!

―Dime princesa.

―¿Por qué no nos vamos lejos?

―¿Quieres huir del país?

―Sí.

―Pero te vas a casar.

―No lo hare. Ayer descubrí que era el hombre que me violo. Mi padre quiere que me casara con él.

―¡Que!

―No quiero casarme con él. Si hubiera una forma de no hacerlo, lo haría.

―Solo hay una.

―¿Cual?

―Que te cases. Pero conmigo.

―Estás loco. No puedo casarme ahora. Soy muy joven.

―Pero sí que evitaríamos que te casaras con Joan a toda costa.

―Debo de pensármelo. Esto es muy pronto.

―Vale pequeña.

Ambos se abrazaron. Pero ella continuó diciéndole:

―Si nos fuéramos juntos a un lugar donde nadie nos conociese, quizás no me obligarían a casarme con ese salvaje.

―Lo haremos. Pero de momento déjame pensar en cómo lo haremos y dónde iremos.

Ella asintió.

Entonces ella se levantó de su lado, y decidió marcharse al departamento para poder darse una ducha y ponerse algo adecuado para ir a trabajar.

―Te marchas.

―Sí. Quiero ducharme antes de irme a la oficina. Tengo asuntos que atender desde que me secuestraron hace tres días.

―Por Dios, eres bellisima. Me pensaré en eso de escaparnos antes de que ocurra algo peor que te vuelvan a violar.

―Gracias James.

Después, ella terminó de marcharse. Pensando en que tarde o temprano algo los separaría. Y sería la propia muerte.

Clare despertaba al lado de Allan, mientras pensaba en lo feliz que era.

Miraba a su hombre y pensaba en lo que había tenido que planear y hacer para llegar a ella con el hombre que no se esperaba.

Allan comenzó a despertar por el efecto de un orgasmo.

Por unos segundos comenzó a mirar a Clare y se preguntó que no merecía el amor que ella le daba desde que eran buenos amigos. Ya que temía que su vida comenzase a cambiar por malas decisiones.

Ella le dio un beso de buenos días y después ambos se marcharon a la ducha para marcharse en breve. Pero fue la pasión lo que hizo que ambos se olvidaran de sus deberes para entregarse de nuevo mutuamente.

Taylor llegó al departamento y decidió de darse una ducha. Ya que tenía que irse al trabajo.

Mientras que se duchaba, ella pensaba que si lo que ocurrió con el hombre que su padre quiere que sea su marido ha sucedido por una razón, tenía que conseguir que ese matrimonio no se realizase. Ya que había algo en Joan que no le gustaba desde que le vio después de violarla la primera vez. Algo que no le gustaba.

Cuarenta Días de Sumisión (Una Noche En Verona I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora