Ella despertó con algo de temor, mientras que veía a su violador caminar de arriba abajo por la sala donde la había llevado escasamente algunas horas.
Intentó desatarse. Pero Joan había atado muy fuerte las cuerdas y no podía moverte.
Clare desnuda, se vio por primera vez humillada. Algo que sentía una persona normal cuando era sometida por primera vez en el mundo del sadismo.
Joan cogió un látigo de tiras y en cuestión de segundos comenzó a azotar a Clare. Tan fuerte eran sus fustazos que no miró que en la espalda de ella, le estaba causando heridas.
Tras fustigarla, él forzó más de media hora los orgasmos de Clare. Haciendo que saliese de su sexo liquido vaginal. Y cuando vio que era suficiente, consiguió sus propios orgasmos. Pues había vuelto a meterse la octava raya para continuar despierto.
Algo despertó a Taylor. Una caricia sobre su mejilla la despertó. Hasta que se percató que había pasado la noche en su departamento y lo hizo con James.
Miró el reloj de la pared y se percató que era la una de la mañana.
―¿Qué ha pasado? ―preguntó ella.
―Nada malo ―dijo él―. Pero tenemos un avión privado que coger.
―¿Qué hora es?
―Son las doce. Has dormido el tiempo suficiente
―No tanto.
―Claro que sí. Además, recuerda que tenemos un avión que coger por que es el regalo de tu cumpleaños.
―¿Podemos ir otro día? ―le preguntó ella mientras que se hacia la remolona.
―No. Tu cumpleaños es en unas horas. Quiero darte mi regalo antes que nadie.
Ella puso los ojos en blanco y después James le dio unas palmaditas en el trasero.
―¿Por qué me has dado? ―preguntó ella.
―Para que no vuelvas a ponerme los ojos en blanco. Y también para que no me rechistes ―le respondió James, mientras que volvía a darle otra palmadita en el trasero.
―Vale.
Taylor se levantó del suelo y ella comenzó a vestirse.
―¿Qué haces? ―le preguntó James.
―Vistiéndome para irnos al...
―Tienes dos nuevos vestidos en el armario. Le dije a Howard mientras que dormías que te comprase dos vestidos. Uno que te pondrás ahora y el otro en Verona. Tengo muchas sorpresas para darte.
Ella volvió a poner los ojos en blanco.
―Tranquila. Solo quiero asegurarme que te lo pasas bien.
Ella no respondió.
―También le dije que me trajera dos trajes. Prometo que no te llevare a algún lugar donde se practique el sadismo en Italia. Al igual que una pequeña maleta.
―Vale.
Ambos se vistieron. Ella con un vestido azul y James con un traje en color negro y en cuestión de unos minutos se marcharon del apartamento de Taylor.
En dos horas, cogieron el avión privado que les llevaría hacia el destino que James había escogido. El destino en el cual conoció a Taylor. Verona.
Allan llegó al único lugar que no quería ir. Pero tenía un buen motivo. Clare no había aparecido en toda la noche en su departamento, después de que ella le dijese que iba a hablar con Joan para cancelar sus planes.
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Cuarenta Días de Sumisión (Una Noche En Verona I)
RomanceTaylor Parker, una mujer de negocios decidida a llevar sus propósitos hacia adelante. Hija de George Parker. Dueño de una empresa de Marketing en Verona y Nueva York. Un día, de la noche a la mañana la secuestran y cuando descubre las intenciones d...