Cuarenta Días de Sumisión (Una Noche En Verona I)

Capítulo 20

Ella forcejeaba contra algo invisible, mientras que tenía los ojos cerrados.

James estaba en la habitación desde el amanecer y que ella se moviese, hizo que su corazón se encogía.

Taylor comenzó a moverme más rápido y eso hizo reaccionar a James rápidamente para despertarla.

Cuando este le tocó, recibió una bofetada en la cara y después un gruñido de le hizo entender que era una pesadilla.

―Suéltame ―dijo ella dormida.

James la despertó y en breve ella dio un respingo en la cama mientras se despertaba. Él se dio cuenta de que su amada estaba bañada en sudor.

―Calma. Ya ha pasado.

―No dejes que él se acerque a mí.

―Nunca volverá a hacerlo. Te lo prometo.

Hicieron una pausa:

―¿Qué hacemos aquí? Pensé que estaríamos en tu departamento.

―No tenías ropa. Pensé que deberías de darte una ducha y después ponerte algo. Tu padre y tu hermano están fuera.

―¿Qué?

―Tranquila. Todo está bajo control.

―No quiero vivir aquí. Ahora me da terror quedarme sola por si ese hombre se aparece de nuevo.

―Te vendrás a mi departamento.

―Ella no se irá a ningún lado contigo ―George entró en la habitación y en breve, le dio la carpeta a Taylor―. Lee esto. Quizás te convenga saber qué clase de novio tienes.

James se quedó sin palabras al ver una carpeta con lo que era su vida en el pasado. Y no podría imaginar que haría ella cuando se enterase de que mató en realidad a esa persona el mismo por la clase de hombre que fue.

Taylor se quedó sin palabras cuando vio el informe del investigador. Tanto, que por fin comprendió algunas cosas que James le decía cuando le contó su pasado.

―¿Qué es esto James? ―preguntó ella.

Ella le entregó el informe y James leyó el informe. También se quedó sin palabras cuando vio que estaba allí toda su vida y también todo su pasado.

―Puedo explicártelo ―le dijo James.

―Bien ―dijo ella―. Papa, puedes dejarnos a solas. Necesito que James me aclaré todo esto que he leído.

―Vale. Yo debo de irme a trabajar. Pero quiero que sepas que esta noche vas a conocer a tu futuro esposo.

―¡Que!

―Lo que has oído. Te casaras. Pero no con este hombre.

George hizo una pequeña pausa:

―Te espero a las nueve en casa. Te pido puntualidad.

Pero Taylor no dijo nada. Ya que acaba de saber algo de James que no se lo esperaba.

George salió de la habitación y los dejó a solas.

―¿Por qué diablos no me dijiste que te dedicaste al narcotráfico de drogas? ¡Sabes que ahora puedo estar en peligro! Más de lo que ya he estado.

―Dejé el negocio hace años Taylor. Cuando mate a aquella mujer. Ya no me dedico a eso. Ahora mi negocio es de exportación de alimentos.

―Crees que voy a creerte después de ocultarme algo tan grave.