Al día siguiente, James continuaba rastreando el número de teléfono de Joan desde su empresa. Tenía que hacerle pagar lo que le había echo a su novia. Pero sin ningún rastro nada podía hacer.
Fue cuando recordó su tiempo de juventud. Cuando solían meterse juntos y también lo que cambio aquello.
Lo único que hizo después de recordar un oscuro pasado, fue seguir buscando a Taylor. Ya tenía bastantes remordimientos de un pasado que le atormentaba, para hacer que tuviera otro remordimiento más.
Joan abrió la puerta de la habitación de Taylor y la volvió a cerrar con llave.
Cuando la vio, observó que estaba hecho un ovillo en la cama y con lágrimas en los ojos. Pero eso no le importaba en absoluto. Había ido a darle el desayuno y después de eso, consiguiera otro orgasmo.
Él se subió encima de la cama y cuando ella miró la cara de su secuestrador, comenzó a forcejear. Pero él impidió que se marchase, poniéndose encima de ella y tapándole la boca.
―No forcejees, porque eso me pone más que el haberte tocado sin que lo consintieras.
Ella miró los ojos de su secuestrador y paro de forcejar.
―Vas a desayunar calmada. Si no quieres que vuelva a atarte y a obligarte a tener un orgasmo.
Taylor asintió.
Joan le quitó la mano de la boca y después ella le preguntó:
―¿Quién eres? ¿Por qué me haces esto a mí y a James?
Joan rio entre dientes y después le dijo:
―Era el mejor amigo de James y de Clare. Su traición ha conseguido esto. Aunque en realidad lo que ha ocurrido fue idea de tu ahora cuñada. Solo puedo decirte que soy y seré la persona que ahora tendrás en mente constantemente cuando James te quiera tocar.
Él se quitó de encima y después se bajo de la cama.
―Vas a desayunar y si intentas escapar, prometo que tu secuestro será más largo que breve.
Joan le entregó la bandeja a Taylor y ella comenzó a temblar.
Unos segundos después, ella comenzó a comer.
Mientras que ella daba el primer bocado, notó una sensación extraña al ver la cara de su secuestrador. Pero todo acabo cuando ella rompió aquel silencio:
―¿Si no estoy aquí por dinero, porque lo estoy?
―Ya te lo he dicho. James y el pasado que nos une.
―Pero, ¿qué tengo yo que ver en todo esto?
―Tú podrías ser la persona que cambie por completo a James. Tanto que puedes redimirle.
―James ya lo ha hecho. Él se ha enamorado de mí.
―¿Te ha contado su secreto?
―Sí.
―Ya veo. Pero hare que el vuelva a ser el sádico que era antes.
―No voy a permitir que se convierta en un sádico. Uno como tú.
―Ya veo que no te ha enseñado como de fuerte es el sadismo en el sexo.
Joan le quitó la bandeja de encima y después la llevó a la cómoda.
En breve, cogió de uno de los cajones unas cuerdas.
Regresó ante Taylor y ella comenzó a levantarse. Pero Joan fue más rápido y la atrapó enseguida.
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Cuarenta Días de Sumisión (Una Noche En Verona I)
RomanceTaylor Parker, una mujer de negocios decidida a llevar sus propósitos hacia adelante. Hija de George Parker. Dueño de una empresa de Marketing en Verona y Nueva York. Un día, de la noche a la mañana la secuestran y cuando descubre las intenciones d...