El sol alcanzó una de las ventanas de la casa del mejor amigo de Joan. Eso hizo que este despertase y se dijese a si mismo que había llegado el día para comenzar con sus planes.
Joan cogió sus cosas y decidió marcharse para darse una ducha. Tenía claro a qué hora comenzaría sus planes.
Mientras que este conducía, quiso actuar antes que su buen amigo. Pero quiso esperar hasta que llegase la hora indicada.
Taylor despierta, mientras que piensa que se había quedado dormida en una de las tumbonas del jardín.
Ella levantó la cabeza de la almohada y se vio en la habitación de James. Por lo tanto, se dijo que el propio James le había llevado hasta la habitación después del orgasmo.
De pronto, escuchó la puerta de la habitación. Eso le hizo oler a café recién hecho.
Cuando Taylor vio la figura de James en las sombras, se excito un poco más de lo que solía hacer y después intentó de calmarse. Ya que James en pocos días se había dado cuenta cómo reaccionaba el cuerpo de ella con un solo roce suyo.
―Buenos días preciosa ―le dijo James a ella.
―Buenos días ―respondió ella con la voz tomada.
―¿Has dormido bien?
―Un poco hasta que no sentí el fresco de la noche.
―Lo cierto, es que te traje a dormir después de quedarte dormida en el jardín ―le aclaró él―. No quería que te enfermaras después de todo.
―Gracias.
―Te he traído el desayuno a la cama.
―¿Tienes algo que hacer durante todo el día?
―Sí. Tengo que trabajar. ¿Por qué?
―Porque me encantaría llevarte a cenar a las afueras de la ciudad.
―Podemos quedar. Pero esta noche. A eso de las siete voy a ponerme algo adecuado a mi departamento y después nos vamos a eso de las ocho.
―Me parece perfecto, cara.
James se acercó a ella y le dio un corto beso en los labios.
Después de una milesima de segundo, Taylor comenzó a notar como su tripa gruñía. Eso hizo que James le diese la bandeja que había traído en las manos y ella comenzase a comer.
―Últimamente comes mucho más que cuando te secuestre ―dijo él.
―Tengo el apetito abierto. Supongo que será por el estrés. Me pasaba mucho cuando estaba estudiando ―le respondió.
―No te preocupes. Yo sé como quitarte ese estrés.
Ella casi se ahoga con el bocado que tenía en la boca y James sonrió porque sabía que eso le pondría nerviosa.
Después de desayunar, ambos se ducharon juntos y unos minutos más tarde se marcharon a trabajar.
Mientras que James conducía hacia la empresa, tuvo un mal presentimiento. Algo que le decía que algo malo iba a pasar. Pero no le dio mucha importancia. Ya que comenzó a pensar en la cita de aquella noche con Taylor. Algo que sabía que sería exquisito para ambos.
Clare se había levantado muy temprano para irse a trabajar junto con Taylor en su primer día como su asistente.
Como su ahora cuñada, comprendía que no debía de meterse en la vida privada de ella y James. Por lo tanto, decidió alejarse un poco más de lo que ya lo había hecho.
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Cuarenta Días de Sumisión (Una Noche En Verona I)
RomanceTaylor Parker, una mujer de negocios decidida a llevar sus propósitos hacia adelante. Hija de George Parker. Dueño de una empresa de Marketing en Verona y Nueva York. Un día, de la noche a la mañana la secuestran y cuando descubre las intenciones d...