—¿En que narices estaba pensando, Agente? ¿Ha perdido por completo la cabeza? —Doy un largo suspiro y abro la boca.
—¡No diga una jodida palabra! ¡Ha desobedecido una orden directa!Apreto la mandíbula y mis manos se convierten en puños.
—Mató a diez personas y yo acabé con él. El objetivo principal era detenerle o matarle. Cumplí con mi deber. —Me excuso.
El Jefe de Unidad se pone de pie y su silla chirría notablemente.
—Ni una más, Agente Snow. Ni una más o está fuera.—Gracias por cubrirme. —Suelto sarcástica. Josef niega con una expresión seria y profunda.
—Esta vez has ido demasiado lejos, Caitlin. No esperes que te cubra en esto. —Sin añadir nada más, agarra su chaqueta de un tirón brusco y abandona la sala, dejándome sola.El resto del día no mejora. Sólo recibo críticas y escucho los comentarios para nada disimulados de mis compañeros.
Agotada y exhausta, agarro mi bolso y las llaves del coche.El 'click' de la cerradura me suena totalmente celestial y me adentro en mi hogar, dejando todas mis cosas sobre la mesa de entrada.
¿Cómo puede ser posible?
Me he cargado al malo. Ese era el objetivo de la misión.
Si, tal vez desobedecí una orden pero lo hice porque tenía una idea mucho mejor.
Y al final resultó que yo llevaba razón.
¿Cuál es el jodido problema?
Josef debería ser el negligente por no haber contemplado la opción de la ventana abierta.Apreto los dientes tan fuerte que acaban por dolerme y expulso el aire con fuerza.
Mis sentimientos son una extraña mezcla de rabia y tristeza.La luz del salón se enciende a modo de señal.
Pero lo que realmente ilumina la casa no es la luz si no su sonrisa.
Tiene las manos metidas en los bolsillos y esa mirada penetrante y llena de ego.
—Buenas noches, Agente Snow.
Sin mediar una sola palabra, doy varios pasos y mis brazos se encierran alrededor de su cuello.
Me refugio en él. Supongo que buscando algo de consuelo después de un día terrible.Al principio sus brazos permanecen estáticos y su cuerpo no reacciona, congelado.
Y eso me llena de dudas. Tal vez no debería haberme precipitado a abrazarle.
Estoy a punto de deshacer el agarre cuando sus manos se deslizan fuera de sus bolsillos y se posan en mi cintura.El simple gesto me hace sentir un poco mejor. Un poco más segura. Un poco más en casa.
Me separo de él y a pesar de la dulzura del momento, su sonrisa pícara lo estropea por completo.
—Vale vale, Snow. Yo también te quiero, no hace falta que te pongas así. —Bromea. Ruedo los ojos.
Alzo la mano con la clara intención de golpearle pero en su lugar, la luz de una idea ilumina mi mente.Abro la mano y la llevo hasta su pelo.
Entonces, estampo mis labios con los suyos.Y es una forma amable de decirle "Callate, imbécil".
No es un beso apresurado. Tampoco es bruto ni apasionado.
Sólo es un beso. Un simple toque.
Algo más honesto y sencillo.Cuando me separo de él, me encuentro con su ceño fruncido.
Pero no es una expresión de enfado, si no más bien de confusión.
Como si quisiera entenderlo o ir más allá, explorando, vuelve a besarme.
Pero lo hace de la misma manera que yo.Engancha mi labio inferior y me sorprende que su gesto no tenga más intención que esa.
Sé por la forma en que su mirada se posa en mi que está tratando de descifrar mi mente.
Tratando de descifrar el acertijo que ni yo misma he logrado resolver.
No sé como lo sé pero lo hago, no está acostumbrado a algo así.
Es el tipo de hombre que se aleja de las relaciones convencionales, que vive por y para el momento.
Que no sabe sobre el amor.Que no acostumbra a abrazos o besos que no van más allá de eso.
Supongo que una parte de mi le comprende, yo tampoco he sido nunca una experta en el amor.
Tampoco estoy acostumbrada a él.La mañana llega de una forma extraña. El sol colándose por mis ventanas es lo que me despierta en lugar de la alarma.
Me sobo los ojos y agarro el teléfono de mi mesilla.
“Tomate el día libre hoy. Josef.”
Me limito a dejarle en visto y bloquear el teléfono.Una mano tira de mi cintura y me acerca.
—Es la primera vez que me despierto y la chica sigue a mi lado. —Bromea pero su voz guarda un ápice de honestidad.Su pelo está completamente alborotado, apenas puedo distinguir la tonalidad de sus ojos medio cerrados y su voz sale aún más ronca que de costumbre.
Y no dudo ni por un momento de lo que siento.
Y es que es la visión más hermosa y jodidamente caliente que he tenido en mis años respirando.—El que se escapaba por las noches eras tú y no yo...—Le acuso, haciendo círculos sobre la piel de sus brazos.
Me incorporo para mirarle mejor.—Lo siento, preciosa. Sé que te dejé trauma. —Me muerdo la lengua para no responderle pero río.
Sus manos agarran mi cintura y me ayuda a ponerme encima de él.
Desde mi posición, me agacho para plantar un beso en sus labios.Me puto encanta, chavales. Fácil.
¿Os había hablado alguna vez del amor de mi vida? Ella es morena, muy guapa y está un poco loca.
Se llama Selena y se apellida Gomez 😝😝😝😝😝😝😝Pd: Falta nada para el Mundial ay estoy emocionada.