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Al llegar a mi unidad ya eran las 19:55, las luces estaban casi todas apagadas y no había ni un alma por las calles. La luna brillaba sobre nuestras cabezas y el aire estaba más frío que de costumbre.

Después del anuncio de ORDEM había quedado paralizada en mi asiento. Reg había tenido que cambiarme para poder conducir mientras yo aún digería lo que acababa de escuchar en el monitor táctico.

No podía llamar a Aaron o a mamá y no podía simplemente nunca llegar a mi unidad sin arriesgarme a hacer algo estúpido.

Solo podía hacer una cosa.

Bajé del auto y entré a la unidad lo más rápido que pude. Reg se quedó esperando afuera lista para arrancar el aerocoche en el segundo que saliera con mamá de la mano. Estábamos totalmente decididas a escapar.

- ¿Mamá? - Pregunté desde la entrada cerrando la puerta detrás de mi. Supuse que estaría en su habitación o en su estudio y subí las escaleras - ¡Mamá!

Pero no estaba por ningún lado. No podía arriesgarme a llamarla ni salir a buscarla por mi cuenta. Bajé las escaleras para decirle a Reg que no la podía encontrar, pensando en donde se pudo haber metido mi madre a esas horas cuando justo antes de abrir la puerta una luz se encendió a mis espaldas.

Me detuve en seco, aún con la mano en la manija de la puerta, miré por encima de mi hombro para encontrar a mamá sentada sobre un sillón. Tenía la pijama puesta y una taza de té en las manos, y tras ella, un par de guardias ORDEM sostenían sus armas en una mano y una enorme máquina diseñada para detectar mutantes en la otra.

- ¿Mamá? - dije lentamente, procurando mantener la calma - ¿Qué pasa?, ¿Por qué no me dijiste que estabas aquí?

- ¿Margarett Vansee? - intervino uno de los guardias, "Hunter" Leí en su placa, y en la del hombre a su lado decía "Henri" - sométase al registro de mutágeno.

- Mamá - repetí - ¿Qué ocurre?

- Llegaron antes que tú, cielo - dijo al fin, pude notar algo de temor en sus palabras, pero su expresión era indescifrable - dicen que te han reportado como mutante.

- ¿QUÉ? - Dije confundida, la sangre estaba subiendo por mi cuerpo, era cuestión de tiempo para que cayera al suelo desmayada - ¿Quién haría algo así? - dije mostrándome sorprendida.
Necesitaba hacer el intento de impedir que me capturaran. Pero para ese momento ya no había nada que pudiera hacer al respecto. - No permitiré que me acerquen esa cosa.

Pero inmediatamente "Henri" se apresuró a tomarme por los brazos, dejando su arma y su máquina en el suelo al tiempo que mi madre se levantaba de su asiento y "Hunter" se acercaba a mí con paso decidido, apuntándome con la máquina.

- ¿Qué está ocurriendo aquí?

Era Reg, que acababa de entrar por la puerta, en cuanto me vió a mí y a los guardias corrió al lado de mamá y la tomó por las manos.

- Está bien Reg - dije con las lágrimas amenazando con salir, estaba retorciéndome en las manos de Henri para intentar zafarme, pero sabía que no lograría más que me sujetara más fuerte - todo va a estar bien.

Reg se aferró más a mamá cuando Hunter encendía el detector de mutágeno, emitiendo la serie de sonidos y destellos que ya había presenciado alguna vez.

- Ahora no se mueva - dijo el guardia mirándome a través de su máscara.

Voltee a ver a mi hermana mayor y a mi madre antes de cerrar mis ojos con fuerza.

No sabía qué les pasaría a ellas una vez que el destello rojo saliera de esa máquina y las esposas estuvieran en mis antemanos.

Probablemente lo mismo que le ocurrió a papá aquella vez que guardó un secreto por lealtad a su amigo.

OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora