Lo primero que ví al despertar fueron las sábanas y cortinas blancas de la sala de enfermería.
Ya había despertado varias veces ahí y no recordaba lo que había pasado.
Pero aquella vez las imágenes llegaron de pronto y una lágrima resbaló por mi mejilla.
Cerré mis ojos de nuevo y lo sentí.
Primero sentí la mitad de mi cuerpo acostado sobre aquella cama. Solo la mitad.
Luego sentí a alguien a mi lado.
Owen dormía profundamente. No tenía sábanas encima, se había quitado los zapatos y uno de sus brazos descansaba alrededor de mi cintura. Su cabello rojo resaltaba aún más sobre las almohadas blancas y alrededor de sus ojos se hacían notables las marcas de falta de sueño.
Levanté un brazo y lo puse en su espalda como una especie de abrazo. Lo acaricié con mis dedos pero no despertó. Decidí dejarlo así.
Traté de mover mis piernas. No pude.
Miré alrededor y me encontré con una silla de ruedas esperando junto a la cama.
Quería llorar. No necesitaba que me lo dijeran. Lo arruiné todo.
Puse mi mano libre en mi boca para ahogar los sollozos mientras más lágrimas recorrían mi rostro.
Estuve un rato así y después me aferré a Owen.
¿Cuánto tiempo había estado ahí?
No lo sabía pero estaba segura de que Owen no me había abandonado. Seguro había estado mucho más preocupado que los demás.
Imaginaba a Ray intentando llevárselo para dormir en su propia cama y a Vex llevándole comida suspirando al encontrarlo aún sentado ahí, a Olivia sentada a su lado al menos una vez al día, en silencio, observándome dormir.
Levanté las sábanas y ví mis piernas.
Varias capas de vendas las cubrían por completo terminando en mi cadera. Rastros de sangre se extendían por encima de ellas revelando la gravedad del asunto.
Pero no sentía nada. Como si no estuvieran ahí.
Al menos ya no duele - pensé.
Cuando ocurrió aquello había tenido demasiada esperanza. Esperanza de conseguir al menos a alguien más. Un poco de ayuda extra.
Acabé con alguien menos.
Recordé que Vex había dicho que los mutantes se regeneraban más rápido. Me preguntaba si lograría recuperarme para el día del ataque.
Debía hacerlo.
Me obligaría a mejorar.
Owen se movió en mis brazos y se aferró a mí. Se veía tan adorable.
Abrió lentamente sus ojos rojos acostumbrándolos a la luz. Me observó con detenimiento y sonrió. Le regresé la sonrisa y la suya se desvaneció.
Las lágrimas regresaron.
Se levantó un poco para poder abrazarme. Acariciaba mi cabello y atraía mi cintura a él con fuerza.
- Todo va a estar bien Meg - susurró en mi oido - Todo va a estar bien.
Limpió un par de lágrimas de mi cara. Sostuvo mi rostro con ambas manos y se acercó a besarlo. No lo detuve entonces. Sentir sus labios jugando con los míos era mejor que no sentirlo. Como hacían mis piernas en ese momento.
Nos mantuvimos así lo más que pudimos. Necesitaba sentir eso. Necesitaba estar con él, atesorar esos momentos.
Tenerlo cerca me hacía sentir mejor. De haber despertado sola estaría gritando en ese momento. La frustración me golpearía y me haría reaccionar tal vez violentamente.
ESTÁS LEYENDO
Oculto
FantasyEl mundo es diferente. Ha nacido una nueva raza, personas con grandes habilidades, los humanos los llaman mutantes y los están cazando. Hace más de 50 años, cuando los mutantes se consideraron una amenaza, nació ORDEM o la Organización de Redención...