33

14 4 0
                                    

- Veo que ya caminas bien, Austin manda saludos.

La miré con furia y el hombre a mis espaldas apretó mis brazos impidiéndome salir.

- ¿Qué? ¿Me secuestrará? ¿Me cortará las piernas del todo? ¿Me matará aquí mismo? Alguien la escuchará y vendrán por mí en un chasquido, pierde su tiempo.

- Querida - contestó Tara con una sonrisa arrogante - ese hombre detrás de tí ahoga cualquier sonido que salga de lo que sea que toque y no tendrías oportunidad de huir... Pero no, no queremos eso, hoy venimos en paz, queremos ofrecerte nuestra ayuda...

No me la creí, ¿Por qué creerles después de que me intentaron secuestrar y luego mutilar mis piernas?

- Cierre la boca y meta sus palabras donde metió sus ojos, no estoy interesada si viene de usted.

- ¿Quieres escucharme niña? Lo haces más difícil.

- Difícil es ver a mis amigos arriesgarse a perder la vida mientras estoy sentada en una silla de ruedas y difícil es aguantar mientras un niño intenta cortarte las piernas con un hacha. Y sinceramente no, no quiero escucharla, déjeme ir y regrese a su pueblo.

- Te ofrezco mi ejército - soltó sin más - están acampando a unos pocos kilómetros, cuando te fuiste mi gente quiso venir y se levantó en mi contra - miró hacia un lado avergonzada - te lastimé las piernas para que pierdan las ganas de luchar a tu lado porque tú no ibas a luchar. No funcionó e insistieron en venir por su cuenta. Acabé por convencerme de que lo mejor es arriesgarse a salvar al mundo mutante... No me disculparé así que acepta las tropas y ya.

Con la boca abierta y la cabeza firme, estudié su expresión para encontrar un indicio de mentira en sus palabras.

Un ejército.

- Antes de que digas nada, son 400 personas.

Sonreí.

Los milagros existen entonces.

- Mañana iré a ver a tu gente para ver qué hacemos con tu oferta.

El hombre a mis espaldas me soltó y con confianza me dí la vuelta y entré a la tienda de nuevo.

Quería gritar con fuerza.

¿Era posible? Con un ejército así sería más fácil vencer a ORDEM, y teníamos más razones para intentarlo de nuevo, pues ellos tenían a nuestra gente.

Intentarlo de nuevo nos daría más oportunidades de victoria y el ganar nos haría lograr cosas grandes.

Todos soñábamos con el día en que podemos vivir en la sociedad sin soldados en cada esquina y reglas absurdas.

Y conseguimos una oportunidad.

A la mañana siguiente Owen seguía dormido pero el resto nos levantamos temprano a hacer... Nadie sabía qué hacer, no sabían si regresar, si ayudar en algo, si seguir durmiendo. Nadie excepto yo.

- ¿Es broma? - preguntó Trevor - Maggie espero que recuerdes que gente de ese pueblo intentó partirte a la mitad

- No es broma Trevor, necesitamos su ayuda y tienen un ejército completo a nuestra disposición

- Un ejército de personas que no piensan como nosotros, además no sabes si es verdad.

- No sabemos nada, por eso tenemos que ir a ver, - repliqué frustrándome, ¿Qué tan dificil  era aceptar la ayuda  de Tara? - y podríamos hacerlos cambiar de opinión sobre su manera de pensar, no lo sé.

Por supuesto acabé convenciéndolo y horas después estaba caminando en busca del campamento de rebeldes junto con Ray y Janelle que se veía aburrida.

OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora