Nieve (El Mensajero)

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Hola 😊 honestamente no sabía que otra historia escribir, pero se me ocurrió dejarles este fragmento que escribí, y que junto con 💙 captainmarioon estamos escribiendo El Mensajero (para las amantes de Harry Styles también sale él). Espero les guste

Elisa

El cacharro de Logan no puede ir tan rápido a causa de la nieve que hay por todos lados, apresuro a Logan pero es inútil. A fuera en Lucca está nevando a montones, yo solo llevo puesto unos jeans, una blusa de tela muy delgada, mis converse rojos y una sudadera que no me protegerá absolutamente nada del frío. Comienzo a desesperarme y le digo a Logan que se detenga, al menos mis pasos serán un poco mas veloces que su cacharro.

― ¡No te dejaré caminar hasta su casa con este clima! ― dice Logan mientras desabrocho el cinturón de seguridad.

― Tránquilo no me pasará nada.

― Elisa no salgas del auto… por favor.

― Agradezco demasiado todo lo que haces por mi, Logan ― bajo del auto.

― ¡Elisa no me hagas bajar por ti!

― ¡Regresa con cuidado! ¡Te Quiero! ― grito mientras me apresuro a correr por lo que queda de camino.

Hace demasiado viento pero no me importa solo quiero ver a Bill, hay demasiada neblina y casi no alcanzo a ver  los árboles que rodean la hacienda de Bill, están cubiertos de nieve también, ya no siento mis pies, mis manos están entumidas por el f...

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Hace demasiado viento pero no me importa solo quiero ver a Bill, hay demasiada neblina y casi no alcanzo a ver  los árboles que rodean la hacienda de Bill, están cubiertos de nieve también, ya no siento mis pies, mis manos están entumidas por el frío y mi rostro quema por el frío. Intento avanzar por lo que resta del camino a la casa de Bill, las luces están encendidas pero la nieve no me permite caminar mas. La nieve llega justo por mis rodillas y comienzo arrastrar los pies, mis piernas se están rindiendo y la vista a la casa de Bill comienza a desaparecer por la neblina, caigo mientras el viento comienza acumular más nieve en todo mi cuerpo,  ya ni siquiera puedo sentir el frío.

― ¡Bill! ― hago un esfuerzo por gritar.

Solo logro escuchar el sonido del viento, talvez debí haberle hecho caso a Logan y no estaría atrapada en la nieve ahora.

― ¡Elisa! ― es la voz de Bill.

Bill aparta la nieve que cubre mi cuerpo y desesperadamente se quita su chamarra para cubrirme con ella, me carga en sus brazos aunque no puedo sentir su calor, solo escucho los latidos rápido de su corazón.

― ¡Dios mío! ¿¡La señorita Allen se encuentra bien!?

― No, apresúrate a traerme unas cobijas por favor Julieta.

Bill me acuesta en uno de los sillones de la sala cerca de la chimenea y me mira con preocupación.

― Mira cómo me tienes Elisa. ― me acaricia suavemente la mejilla.

― Tenía que verte Bill. ― toma mi mano y la cubre con la suya.

― Aquí tiene Señor Skarsgård ― le entrega unas cobijas.

Quedo asombrada por como lo ha llamado Julieta, Bill me cubre con las cobijas y ya comienzo a sentir el tacto de ellas pero también logro sentir como comienzo a empaparme de agua por la nieve que se derrite.

― Bill… 

― ¿Qué pasa? ― me pregunta mientras me acúrruca.

― Estoy empapada ― me mira y recuerda que es la nieve que comienza a derretirse por el calor.

― Bueno… vamos a que te cambies de ropa ― vuelve a retirar las cobijas,
cargándome en sus brazos comienza a subir las escaleras ágilmente que pareciera fácil cargar mi peso. Me lleva a su recámara principal, se aproxima a la cama y me recuesta en ella, se dirige a sus cajones y busca algo de ropa para mi, me incorporo en la cama para poder sentarme y poder observarlo mejor. Se acerca a mi mirando lo que lleva en su mano.

― No encontré algo mas pequeño que puedas ponerte, pero creo que esta playera mía te quedará como blusón. ― sonríe burlón.

Me ofrece su mano para poder ponerme de pie y yo se lo agradezco, el se sienta en la cama y enciende la lámpara que se encuentra en el buró.
 
― Si piensas quedarte aquí… podrías voltear a otro lado. ― digo mientras comienzo a safárme con mis pies los converse.

Mis manos aun siguen entumidas haciendo que me resulté muy difícil desabrochar mi sudadera que se encuentra atorado el cierre con mi blusa. Hago un quejido de desesperación al no lograrlo, Bill gira para mirarme y se sienta en una de las orillas de la cama quedando frente a mi, él aparta mis manos dulcemente y entonces comienza a bajar con mucha paciencia el cierre de la sudadera. Mi blusa está pegada a mis pechos por el agua de la nieve, me quita la sudadera con mucho cuidado tirándola al suelo. Él desliza hacia arriba mi blusa sin apartar la mirada de mi, puedo oír mi respiración agitada, observa momentáneamente mis pechos, sus pupilas se contraen, su respiración se vuelve más agitada al ir bajando poco a poco la cremallera de mis pantálones. El los desliza hacia abajo admirando mis piernas, yo levanto un poco una de mis piernas para salir de mi pantalón. Ahora solo llevo puesto mi sostén y mis bragas, pero la situación no me resulta incómoda, es excitante.

Bill sigue admirando mi cuerpo de pies a cabeza, él me mira a los ojos y me pregunta con una voz que apenas lógro escuchar.

― ¿Puedo tocarte?

Yo en forma de respuesta tomo sus manos y los llevo a mis hombros.

― Ve bajándolos. ― digo con una voz grave.

Bill dibuja líneas imaginarias con sus dedos en mis hombros, intenta ir despacio, sus dedos bajan por los tirantes de mi sostén para a continuación seguir la curva de mis pechos, se relame sus labios con su lengua. Sigue bajando un poco más hasta llegar a mi ombligo haciendo una pausa.

― No haré nada que tu no quisieras hacer.

― Continúa por favor. ― súplico.

Él baja separando con sus dedos el resorte de mis bragas, acariciando suavemente mi piel. Sus manos pasan a mis muslos, tocando y apretándolos de vez en cuando, lógro distinguir lo que comienzo a despertar por debajo de su pantalón. Sé lo que quiere y lo que yo quiero qué me dé.
Me acuesta suavemente en la cama dejándome boca arriba, su boca besa mi cuello haciendo que se me erice la piel, sus labios pasan a mi boca sintiendo ese dulce y caluroso sabor a él. Tocamos nuestras lenguas casi masajeándolas, el gime al sentir como mi pelvis roza su entrepierna, me besa apasionadamente y logró sentir su pecho agitado, comienzo a levantar su suéter por la cintura, no se opone y me ayuda a quitar su suéter. Toco detenidamente sus bíceps, son excitantes, pero quiero que esto sea especial, quiero que este momento sea especial. Quiero acariciar lentamente su cuerpo, sentir como su cuerpo le da calor al mío. Comienzo a desabrochar su cinturón para bajar la cremallera de su pantalón sin apartar mis labios de los suyos.

Acaricio lentamente su entrepierna, puedo sentir lo dura que está. Comienzo a mover mis caderas.

― Eres tan hermosa Elisa... ― susurra.

El toma una cobija que está extendida por la mitad de la cama y la jala para poder cubrir nuestros cuerpos. Desabrocha mi sostén, para luego bajar de mi pecho hasta mi vientre besándolo, con sus dientes muerde el resorte de mi braga y comienza a bajarlo lentamente. Me revuelvo entre la cama al solo sentir su respiración por en medio de mis piernas. Sus manos se deslizan por mis piernas, llega a mi oreja y comienza a susurrarme:

― Te Quiero Elisa.

Hasta aquí tendré que dejar de escribir, hay más aun pero eso estará en El Mensajero.
Espero se animen a darle una lectura a la historia, que la pueden encontrar en mi lista de lectura o que dejaré como publicación.
Ayúdenme votando y comentando 💚💬 Gracias por seguir leyendo.

One Shots | Bill Skarsgård Donde viven las historias. Descúbrelo ahora