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Las dos hermanos salieron de la ducha, uno de ellos con algo más de dificultad ya que se podría decir que habían tenido un “segundo round” y eso lo dejo muerto, estaba algo (muy) cansado, por lo que lo primero que hizo fue tirarse a su cama mientras suspiraba cansadamente -oye- dijo el de Ordes morados llamando la atención del castaño -no tienes hambre? a mi  se me abrio el apetito el hacer tanto “ejercicio”- termino de decir tko mientras miraba al moreno con una sonrisa -si, creo que podría comer algo- respondió k.o mientras despegaba la cara de las sábanas -pero mamá no está y tú no me dejaste en condiciones ni para levantarme así que no- dijo es castaño volviendo a su posición, tko río ante el comentario del castaño -jeje muy bien, entonces supongo que esta vez me toca a mí- afirmó tko levantándose de la cama y caminando hacia la puerta -estás seguro de que podrás?- cuestionó dudoso k.o sabiendo que su hermano no es muy buena a lo que viene ser el arte de cocinar -no te preocupes, solo me haré un sándwich, no puedo quemar la casa haciendo eso- respondió irónicamente haciendo reír al castaño -ok- dijo

k.o por último para escuchar como su hermano salía de la habitación.

La habitación estuvo envuelta en el silencio nuevamente, el gélido aire de la noche era algo que resaltaba en el hambiento y el castaño aún ignorando el frío que invadía su cuerpo estaba apunto de quedarse dormido cuando escuchó un quejido de dolor junto a la caída de algo metálico por lo que rápidamente abrió los ojos y se puso de pie, empezó a correr escaleras abajo, no le importó el dolor, porque sabía que ese alarido había sido se tko, por lo que empezó a pensar lo peor -que paso?!- pregunto alterado el castaño y con al respiración agitada por lo que había corrido, el de ojos morados se encontraba tapando su mano con una servilleta que estaba cubierta de un líquido rojo espeso “sangre” pensó k.o mientras se acercaba a su hermano -solo me hice un pequeño corte- respondió el de Ordes morados intentando fingir una pequeña sonrisa para no preocupara al de tez morena, sabía que era muy sensible con estos temas, y no quería preocuparlo -déjame ver- exigió k.o mientras extendía su mano -no es nada, enserio- mentía tko mientras aleja su mano envuelta en aquel trapo empapado de sangre -tko- dijo el castaño con una mirada y tono serio, a lo que el de Ordes morados luego de unos segundos suspiró para resignarse y entregar su mano, k.o con cuidado  apartó el trapo para ver un tajo enorme en la palma de la mano en dónde la sangre seguía emergiendo en la superficie con ese color carmesí tan brillante característica de ella, el de ojos cafés palideció del horror -con que una pequeña cortado he?- dijo algo enojado k.o -espera aquí, iré a traer el botiquín- le ordenó el castaño mientras corría hacia el baño a sacar la caja blanca con un montón de medicamentos, gasas, algodones, alcohol y pervinox, hizo lo posible para correr ya que sus caderas no se lo dejaban nada fácil, pero llegó al final de las escaleras y al fin a la sala de estar donde se encontraba tko sentado en el sofá con su mano goteando sangre, el castaño tragando saliva y se sentó junto a él -muy bien, dame tu mano- ordenó este mientras sacaba un paño que remojo en alcohol, el de Ordes morados extendió su mano acatando las órdenes del menor, sabía que esto le iba a doler, y mucho, y ahora se los pregunto, qué sentirían ustedes si les pusieran alcohol en una herida abierta, verdad que parece como si te estuvieran quemando vivo mientras te arrancan la piel? Pues así se sentía tko, le ardía bastante y k.o lo sabía porque a pesar que el de Ordes púrpuras intentaba ahogar sus gritos y quejas se veía en su rostro que realmente no estaba disfrutando esto -lo lamento pero tenía que desinfectar la herida- se disculpó el castaño esta vez sacando una venda, cinta y algodón -no te preocupes, está bien- respondió el de ojos morados mientras suspiraba de alivio al ya haber terminado esa tortura, aunque obviamente aún le hardia.

El castaño puso un pedazo de algodón sobre la herida y la aseguró con un poco de cinta para finalmente envolver la mano de su hermano con la cinta blanca -y listo- dijo k.o guardando las cosas, el de ojos morados simplemente miraba su mano cubierta por el paño blanco y no pudo evitar el recordar eventos pasado por lo que una melancólica sonrisa se formó en su rostro -ja, y pensar que antes era yo el que curaba tus heridas- comentó tko llamando la atención del castaño, quien lo miró con una tierna sonrisa al recordar aquellos tiempos. Dejó aquella cajita blanca a un lado y envolvió con sus dos manos la del contrario por lo que este hizo contacto visual con esos brillantes ojos de color café -yo siempre estaré cada vez que lo necesites- dijo finalmente para plantar un suave beso en la frente del de tez clara -lo se- respondió mientras acariciaba la mejilla contrastada de un leve color rosa del castaño, los dos juntaron sus miradas por un pequeño periodos de tiempo en el que no decían palabras pero ambos sabían lo que querían, por lo que juntaron sus labios formando un beso suave y cálido.

Pero se separaron al instante al sentir el cerrojo de la puerta abrirse, habían olvidado que estaban en la sala y no en la seguridad de su habitación -hola mis niños- dijo feliz Carol, pero su expresión cambio cuando vio a tko con la mano envuelta en vendas y una servilleta cubierta de sangre -que sucedió aquí?- preguntó preocupada Carol mientras dejaba su bolso a un lado -nada importante, solo me hice un pequeño corte...pero K.o ya se encargó de esto así que, no te preocupes estoy bien- se justificaba tko, no quería preocupar por nada a su madre.

Al final todo quedó en eso, un simple accidente, después de esto, los dos chicos comieron junto a su madre y los tres se fueron a dormir. Era una noche fría, demasiado fría, tanto que dos colchas no bastaban para dar el calor suficiente al cuerpo.

La Marca (K.o X T.k.o)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora