¡No puedo!

7.- ¿Rescate?

¿Para que quería mi sangre?

Esperé cerca de 20 minutos, se me había quitado el hambre por lo mucho que me dolía el brazo.

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Llamé a la policía, me dijeron que tenía que esperar que hubiesen pasado 24 horas de desaparecido para marcar y al parecer Christian si había asistido a clases ayer por lo tanto todavía no cumplía la condición. Llamé a un amigo que trabajaba también en la policía me ayudó mandando a un grupo de busqueda.

Yo también busque por mi lado, estaba muy preocupado por él, era alguien muy importante y especial para mi, él había sufrido mucho y no permitiría que volviera a pasar mientras yo estuviera vivo.

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Ni yo entendí como, pero desperté en la camilla de metal de cuando llegué aquí por primera vez.

Pero era "distinto" de cierta manera, esta vez también había unas cosas como las de películas, donde sale un rayo que amenaza con cortar en dos al protagonista y lo peor era que apuntaban a mi pecho y de nuevo mis muñecas, tobillos y cuello estaban amarrados. Había una luz prendida, para mi suerte estaba a un lado y no molestaba mi vista.

Esperé un poco y llego John.

-Chris- Odie con todas mis fuerzas que me llamara así, jamas me había gustado ni de parte de mi tío y oírlo en boca de este hombre me dio más repugnancia- Esto dolerá mucho- se me puso la piel de gallina- y hay muchas probabilidades de que mueras, pero no creo que tu tengas mucho que perder- esas palabras me dolieron- el único que se preocuparía sería tu tío, posiblemente- remarcó la última palabra de una manera que me lastimó.

Se separó de la camilla y agarro un control pequeño, luego se acerco de nuevo. Mis lagrimas salían de mis ojos, tenía un horrible presentimiento y después de esas palabras mis sentimientos se mezclaron; rabia, odio, tristeza, melancolía y más que no pude reconocer.

-No llores- lo dijo de la misma forma fría y dolorosa con la que había estado hablando desde hace rato, con su pulgar limpio algunas de mis lagrimas pero más llegaban, cerré los ojos con fuerza y mis negativos sentimientos convertidos en uno empezaron a fortalecerse.

Se alejó, se puso una máscara rara, activó un medidor cardiaco y me puso unos chupones en el pecho por debajo de la sudadera negra, mi pulso estaba agitado.

Luego apretó el botón y se escucho un ruido extraño luego unos rayos salieron las maquinas que me apuntaban y comencé a sentir un dolor horrible, abrí los ojos lo más que pude y las lágrimas corrían como locas, empecé a temblar y gritar mientras trataba de liberarme de todas esas correas, sentía que mi garganta se rasgaba, sentí la sangre que salía de mi nariz y boca, era caliente y provocaba que un ardor se apoderara de mi garganta, mis propios gritos me asustaban y rogaba que pararan, prefería morir que seguir sufriendo de esa manera.

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Por fin había entendido la carta "tu sobrino esta con el psicólogo", el que envió la carta era John Dashner, un psicólogo que había tenido Christian, ¿El tercer o cuarto? No recuerdo, pero su casa no estaba lejos fui a ella y había una nota que decía "estaré donde siempre". Fácil, el psiquiátrico abandonado.

No tenía ni la menor duda, él tenia a mi sobrino. A él lo despedí por que siempre me pedía que le diera la autoría del niño y una vez hasta me amenazó.

No dejaría que le hiciera daño.

-Ese hijo de...- dije entre dientes mientras conducía a el psiquiátrico.

Cuando llegue antes de entrar llamé a mi amigo y le avise donde estaba y le pedí que viniera con una ambulancia, por si acaso.

Me metí, para mi suerte no estaba cerrado, pero cuando lo hice me quedé helado al escuchar unos gritos llenos de una histeria sorprendente, corrí lo más rápido que pude a donde venían los gritos y al acercarme me di cuenta que eran de Christian.

No lo soporte, seguí corriendo y cuando llegue a una puerta de donde salían los gritos desgarradores de mi sobrino tiré la puerta abajo.

No podía creer lo que veía, Christian se veía de una manera tan histérica, gritando y llorando como loco, se convulsionaba mientras trataba de liberarse de unas correas que lo tenían preso.

Corrí a él pero un puñetazo hizo que cayera de espaldas, ese maldito psicologo.

-No permitiré que arruines mi experimento- me golpeó la nariz haciéndola sangrar.

Entró un hombre enorme, me agarro por los hombros y luego me puso un cuchillo en la garganta me volteó y tuve que ver el horrible espectáculo. Pude escuchar en un medidor cardiaco su pulso, era muy alto, una persona no puede sobrevivir a eso.

Y como si mis pensamientos hubieran sido escuchados, Christian dejo de luchar contra las correas y sus ojos grises se cerraron, todo pareció ir en cámara lenta, el aparato empezó a cambiar, la linea que antes subía y bajaba con rapidez y hacia pitidos constantes, se convirtió en una linea horizontal y el sonido era solo un pitido largo que indicaba que su corazón se canso de pelear contra la dama de negro.

Mis piernas me dejaron a mi merced y caí de rodillas, el hombre quitó el cuchillo de mi garganta, puse mis manos sobre mis ojos y comencé a sollozar.

-Christian, lo siento- no quería creerlo pero la realidad me dio una fuerte bofetada al sentir un líquido caliente que llegaba a mis rodillas, miré, era sangre, seguí el camino que dejaba y vi que provenía de esa camilla de metal donde reposaba mi ser querido.

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Christian T^T ¿por qué?

Y bueno como el protagonista murió es el fin del libro, espero les haya gustado... Ok no

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Como ya salí de vacaciones tal vez, TAL VEZ, suba más seguido

Un abrazo y esperen el próximo capitulo que se titulara
"El poder. Ya no soy yo."