Llegamos a una camioneta negra, que cliché, y me subieron a ella pero primero me taparon los ojos y amarraron las manos, agradecí que no fueran unas estúpidas esposas, todavía me dolían las muñecas por ese maldito de Dashner.
Me quedé pensando en la señora Ciervo, no sabía que me había ido y eso me entristeció.
El camino se me estaba haciendo eterno, por suerte era muy bueno calculando el tiempo y según yo llevábamos mínimo 5 horas. Pronto me ganó el sueño y quedé dormido.
-¡IDIOTA!- Sentí una patada en el pie, que bueno que no fue en el lastimado. Abrí los ojos, sorprendentemente no tenía la venda que me pusieron, miré a el hombre que me había pateado, era otra vez ese rubio-.¡Por fin despiertas!, el viejo me dijo que te explicara antes que nada, espero entiendas a la primera, no creo que seas tan imbécil para no hacerlo.
Se sentó a un lado.
-Para vender tus estúpidos sesos- creo que es directo, demasiado- tenemos que ir a otro estado porque si te buscan y nos encuentran valimos madres, en fin, en esas estúpidas casetas a veces revisan las camionetas como esta por lo tanto te vamos a quitar la venda y las ataduras, pero si haces una idiotez te meto un tiro en la puta cabeza.
-Esta bien- creo que estamos de acuerdo con que no me conviene retarlos ¿No?
Me liberó y se fue a sentar con su compañero. Apoye mi cabeza en la ventana y me asomé, era una de las ventanas por las que se puede ver el exterior del auto pero no el interior, era obvio que serían de ese tipo de ventanas.
Ya era de día, el sol estaba en lo alto y unas cuantas nubes lo tapaban de ves en cuando. Por la calle vi a una viejita con su perro, una pareja de adultos, un niño con su hermana y un chico como de mi edad con sus audífonos puestos, parecía tranquilo, me dio envidia verlo tan despreocupado, se veía "feliz" o más bien, no se veía triste o enojado o con alguna emoción negativa.
¿Mi vida será así en algún momento?
Posiblemente no, y, ahora que lo pensaba, lo más probable es que moriría dentro de poco, bueno, estoy en la camioneta de unos hombres que quieren vender mis órganos y lo peor es que no lo hacen para ayudar a otros, si no para ganar dinero.
-Uff- me pase la mano por mi cabello.
Bueno, creo que de todos modos no tengo a donde ir y no hay nadie que me esperé, ¿si un árbol cae y nadie esta para escucharlo, suena?, creo que esa pregunta me queda como anillo al dedo.
Pasamos por un par de casetas, en una si que revisaron lo que había atrás, cuando el policía me vio también volteó el hombre de ojos azules, su cara parecía un poema de amenazas.
Más adelante me volví a quedar dormido, el camino se me hacía eterno.
Estaba en una carretera donde no había nadie ni nada, no sabría decir si era de noche, de día o medio día, las nubes hacían que todo se viera gris, yo sabía que estaba dormido pero el viento se sentía tan real y frío.
Empecé a caminar con lentitud, escuché unos aullidos bastante cercanos, no me puse nervioso, era un sueño, me asusto de cierta manera saberlo ya que normalmente en los libros que he leído cuando el protagonista dice eso en realidad no es un sueño.
Seguí la carretera todo era muy "normal" y tranquilo, a veces los sueños significan algo pero este no tenía sentido.
-¡Oye!
Esa voz me puso los pelos de punta, sonaba cerca pero no podía identificarla. Unos pasos rápidos se comenzaron a escuchar por detras. No volteé en ningún momento, si no hasta que sentí una mano en mi hombro.
-¡Te estoy hablando!- para estar detrás de mi sonaba igual que antes-¡Mierda, creo que ya lo perdímos!
Volteé un poco temeroso y no había nadie, bueno siendo un sueño es posible.
Un chorro de agua fría hizo que me sobresaltara, había despertado.
-¡Ya despertó!- ese hombre de pelos rubios ya me estaba empezando a hartar, no era bonito despertar y verlo ahí enfrente.
Llego el más viejo.
-Ya llegamos, Chris. ¿Te puedo llamar así?- Odió, el "Chris" en especial hace... ¿Un día? ¿Menos?.
-Preferiría solo Christian.
-Bueno, Christian- este hombre era más amable, o por lo menos dentro de lo que cabe, considerando que él también me había secuestrado.
Bajamos de la camioneta, ya era de noche, el de pelo rubio me puso la pistola en la espalda, según él por seguridad pero creo que es más por que le gusta sentirse superior.
-Oye Jeremy, ponle la venda- ¿Así que el nombre de el rubio era Jeremy?
Jeremy me puso la venda y me guió, bueno la verdad solo sentía el cañón de la pistola en mi espalda y de vez en cuando me pateaba.
Se escucharon unas puertas oxidadas abrirse, caminamos más y otras se abrieron, me obligaron a sentarme, me ataron las manos a la espalda, los tobillos y se fueron.
Estuve esperando por horas. Solo podía oír gente platicando y moviéndose detrás de alguna puerta, por lo tanto no entendía lo que decían.
La verdad ni se me ocurrió escapar, ya que lo más probable es que tuvieran cámaras o vigilantes.
Me pregunté si habría más gente atrapada aquí o en otro cuarto.
Se escuchó una puerta abrirse y los sonidos se intensificaron.
-...a verlo ¿esta bien?. Bueno, la verdad no me importa si no quieren.
Un montón de pasos vinieron se dirigían hacía mi.
-¡Enciendan las luces!
Los pasos se detuvieron en frente de mí, luego una mano se acercó a mi rostro y me quitó la venda, no estaba acostumbrado a ver luz después de tanta oscuridad por lo tanto parpadeé un par de veces y pude ver a la persona que estaba enfrente mía.
*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^
Aquí otro capítulo, espero les este gustando el libro si es así pongan en favoritos y comenten que les esta pareciendo, justo empezare a escribir el próximo capitulo pero lo subiré tal vez en una semana y posiblemente le ponga horarios ahora sí.
Un abrazo, nos leemos en el próximo capítulo.

ESTÁS LEYENDO
¡No puedo!
Ficção CientíficaChristian es un chico con un pasado que lo tortura día a día, en especial el día en que adquirió unos poderes, de manera no deseada, que lo torturan todo el tiempo y que deberá aprender a controlar o ver como va perdiendo el control sobre ellos hast...