¡No puedo!

23.- Pasado.

(El especial de día de muertos pasa aquí, ósea que aquí es cuando termino, así que si lo quieren volver a leer para ponerse en lugar ahí esta)

Me desperté, había dormido muy bien. No recordaba con nitidez que había ocurrido pero recordaba muy bien a mi tío, y era lo único que quería recordar.

Me levanto y me bañé, hoy era lunes y debía ir a la escuela, comí algo y me prepare para irme.

Llegué y me senté en mi banca, poco después llegó Esteban y luego Alex.
-Que fastidió- comenzó a quejarse Esteban- el maestro de fotografía nos pide tarea para hoy, la traigo, ¿y qué hace el maldito? Faltar.

-Sino la hubieras traído seguramente estarías bailando de alegría- le dijo Alex mientras sacaba su lapicero.

-Odio que tengas razón- gruño Esteban.

-¿Qué tal te fue el sábado y domingo, Christian?- me pregunto Alex con una sonrisa.

Recordé todo lo de el fin de semana, cuando estaba con Coraline, cuando nos dimos un beso, cuando tuve la pelea con mi otro yo, despertar en una casa en llamas, ser salvado por un chico extraño, haber visto a mi tío, aunque ya haya muerto, y algo que se me escapaba pero no lo recordaba.

-Bien- conteste sin decir más. -¿A ustedes cómo les fue?

-Supongo que también pero oíste lo de la casa que se quemo, que buen susto se llevaron los policías ¿he?

-¿Cuál casa?- pregunte algo nervioso.

-Una casa que se quemo, no tiene nada de interesante como pero lo horrible fue que el quién la haya quemado le destrozo la cara a los dueños ya un pequeño bebé, tal vez la familia haya estado involucrada con quien no debía.

-Tal vez- susurré.

-Mira, ya llego tu próxima esposa- se mofo Esteban cuando entro Coraline.

Alex le dio un codazo.

-No es mi próxima esposa- gruñí susurrando para que no me oyera.

Justo en ese momento llego Coraline a un lado mío.

-Hola- me sonrió.

-Hola- le correspondí la sonrisa casi inconscientemente.

-Te quería preguntar que si trajiste las fotos, pero de todos modos hoy no vino el profe. Bueno, nos vemos al rato.- dijo mientras jugaba con sus dedos

Sin previo aviso me dio un beso en la mejilla y se fue corriendo con sus amigas.

Me quede helado, sonriendo y sonrojandome.

-Uuuu- susurro Esteban.

-Bueno, estamos saliendo..., o algo así.

-Me alegro por ti- me dijo Alex dándome una palmada en la espalda.

Pasamos toda la hora sin hacer nada interesante, solo platicamos de cosas tontas.

Hubo un momento en la conversación en el que note una mordida de perro grande en la mano de Esteban.

-¿Te paso algo?- dije señalando su herida.

-Me mordió un perro, mejor dicho, me mordió su perro- dijo señalando a Alex.

-¿Por qué?

-Pensó que me estaba atacando- respondió Alex evitando la mirada.

-Y lo estaba haciendo pero no para matarlo precisamente- elevo las cejas un par de veces.

Alex le dio un golpe.

-Auch.

Solté una risita.