24.-Observados.

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Me pare para estirarme un poco. ¿Cuánto tiempo llevaba sentado?

-Concentrate, sino lo haces te ganare- me dijo Peter por enésima vez.

-Lo intento- le dije suspirando- pero es muy difícil.

-Justo lo que todos dicen- dijo riendo un poco, estaba sentado y mirando fijamente las piezas como si le estuvieran revelando un secreto para ganar.

-¿Me puedes decir por qué hacemos esto?- le pregunte mirando las piezas de ajedrez.

-Debes aprender a concentraste. Tu turno- dijo moviendo a su caballo.

Me senté de nuevo y observe mis piezas negras, se había comido un peón mío. Observe con más cuidado, sabia como se movía cada ficha pero no más, era muy malo para el ajedrez. Moví la única torre que me quedaba.

-Debiste pensarlo- movió una pieza y adiós torre- jaque mate.

-0-5, a tu favor.

-Eres muy malo concentrandote.

-Solo cuando me aburro- cuando estaba solo en un momento pensaba en algo y sin darme cuanta luego pensaba en algo completamente distinto.

Se levanto y vio el reloj.

-Son las 10:38 de la noche.

-¿¡Qué!?- pregunte alarmado.

-Es broma, son las 6:40- dijo riendo.

-Uf, no te rías, me asustaste.

-Es chistoso cuando te alteras- dijo todavía riendo.

Hace un momento hasta parecía zombie y ahora esta molestándome y riéndose.

-Eso es concentración y astucia.

-¡...!- y asta ahorita me daba cuenta, el había estado leyendo mis pensamientos para saber que pieza iba a mover.

-¡Exacto!

-Tramposo.

-La verdad ni siquiera sabia como se jugaba el ajedrez pero tu pensabas en los movimientos de todas las piezas y lo hiciste muy fácil.

-¿Entonces por qué decías que debía aprender "concentración"? Mientras más me concentraba más te ayudaba a ganarme.

-¿Recuerdas el último movimiento? Moviste tu torre y me la comí, tu sabias que lo haría pero al mismo tiempo lo ignoraste.

-Entonces...

-Tienes que concentrarte.

Claro, tenía que concentrarme pero escucharme. Peter era muy inteligente.

-Creo que debes irte, te estarán esperando.

-Tienes razón- me encamine a la puerta.

-Te acompaño a bajar las escaleras.

Salimos y comenzamos a bajar las escaleras.

-Mañana ven, debemos empezar a solucionar algunas cosas.

-Si.- se refería a lo de "mi otro yo".

Llegamos a la calle y cuando me despedí y ya me iba Peter me jalo de la oreja.

-Au, au, au... ¿Qué pasa?- le pregunte mientras me volteaba y lo veía a los ojos.

Se quedo callado y solo me miraba a los ojos, sus ojos no tenían brillo, no parecía ser Peter.

-¿Qué...?

-Ten cuidado con ese hombre- esa voz no se oía como la de Peter.

-¿Cuál...?

¡No puedo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora