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—Cariño, ¿podrías pasarme la corbata?—se miraba al espejo mientras abrochaba su blanca e impecable camisa.

—Claro, déjame ayudarte con eso—Le dije, me aproxime hacia el y le ayude a colocarte los últimos botones para así, ponerle la corbata azul marina que iba de acuerdo con sus pantalones.

—Siempre tan linda, cielo—Dijo el, me miraba desde arriba. Sonriendo.

—Tengo que serlo, hay que apurarnos o llegaremos tarde—Dije mientras terminaba de acomodarle la corbata. Me sostuve de su hombro para acomodarme en mis zapatos de tacón de aguja negros.

—Ven aquí preciosa—Me tomo de la cintura atrayéndome hacia el. Hasta que junto sus labios con los míos en un corto y rápido beso.

—Hay que apurarnos—Sonreí a medias.

Bajamos por la gran escalera mientras las demás personas aplaudían y sonreían ante nosotros. Una gran sonrisa enmarcaba mi rostro mientras iba sostenía con su brazo.

Me miro, le mire y sonreí de la misma manera que el lo hizo.
Cuando por fin bajamos, mi padre junto con una mujer se acercaron hacia nosotros.

—Estoy tan feliz de verte feliz hija—Dijo sonriéndome.

—Muchas felicidades por su compromiso. Seras una novia hermosa—Dijo aquella mujer de cabello rubio sumamente peinado.

Yo solo me había puesto un vestido azul marino que combinaba con el de mi prometido, mi pelo estaba suelto en ondas simples y poco maquillaje, nada comparada con esa mujer que le brillaba todo su cuello gracias a los diamantes, y llevaba un asqueroso bronceado color cheto.

—Muchas gracias—Pronuncie.

—Vayamos a saludar a todos—Dijo mi prometido.

Tres años, tres años habían pasado y en un par de semanas estaría casada con el amor  de mi vida.

Aquel hombre que apareció en mi oficina un día común y corriente y me robo todos los suspiros. Con quien me enamore profundamente y habitaba en mi mente todo el tiempo. Sehun, el chico quien conocí hace muchísimo tiempo gracias a mi padre.

O eso es lo que querían que aparentara.

Mi vida se había ido al diablo.

Había conservado integra mi empresa, gracias a que la familia de Sehun le sacaron el culo a mi padre de prisión y sus deudas, con la horrible condición de casarme con el. No tuve alternativa.

Poco de unas semanas me casaría con el y aun sigo pensando en aquel chico de diecinueve años que me había vuelto loca en aquel entonces.

No he podido dormir pensando en donde estará y como le abra ido.

A la mañana siguiente me presente a  la compañía como todos los días, nadie sospechaba de  nada. Como siempre.

Nadie creería que hace unos años todo esto estuvo apunto de colapsar, que se quedarían sin trabajo y mi empresa cerraría para siempre.

Cuando me ocupada de todos y cada uno de los cheques que le pagaría a los empleados mi secretaria entro sin antes tocar.

—¿Que sucede?—Pregunte.

—El joven me pidió que le avisara que la cena sera a las ocho y que pasara a recogerla en su departamento. También me pidió que le entregara estos bocetos del diseño que se usara en la bod...—Comenzó a dar detalles pero me adelante a callarla.

—Si, si déjalo ahí. Gracias—Y sin mas se fue.

Como voy a salir de esto.

Para las ocho de la noche me encontraba mirándome en el espejo de la entrada. Llevaba puesto el mismo vestido de la noche del compromiso y mi cabello ahora estaba recogido en un moño.

—Estas hermosa—Dijo cuando estuve frente al auto y este me abría la puerta de este.

—Gracias—conteste.

—Vamos, tenemos una cena del ensayo de boda—Dijo y solo me limite a asentir.

—No quiero ir—Dije ya dentro del auto.

—Tienes, tenemos que ir—Su voz sonaba autoritaria.

Desde que había aceptado mi vida se había vuelto una mascara, si es que antes ya no lo era.

En esos tres años que habían pasado, había sabido desenvolverme en este ámbito que odiaba a morir. Pretendía ser alguien que no era, rodeada de gente que no me agradaba, aparentando estar felizmente comprometida con el amor de mi vida.

Oh Sehun.

El chico que había conocido muchísimo tiempo atras, sus padres eran amigos de los mios cuando teníamos suficiente dinero como para nadar en el. Cuando mi padre cayó en la cárcel no los volvimos a ver. Hasta hace poco.

Su familia decidió darle una oportunidad a mi padre, pagando sus deudas y sacándole de ese infierno, siempre y cuando me casará con su hijo menor.

Odiaba mi vida, odiaba todo.

La sonrisa falsa me daba nauseas y aparentar ser su prometida me daban ganas de vomitar.

La cena paso demasiado lento, saludando a todos y repasando el itinerario de la boda. Nos casaríamos dentro de pocas semanas y todo debía estar perfecto. Mis ganancias serian divididas con un puto papel. Mi vida y mi trabajo a la basura pero cuando menos conservare la mitad.

Soy demasiado orgullosa como para perder todo por, por amor.

¿Que seria de Jungkook?

Desde aquella vez llore todas y cada una de las noches. Le hecho de menos. Pero era lo mejor para los dos, el era demasiado joven, tenia mas oportunidades con mas chicas de su edad. Yo solo era su pasatiempo.

Y es lo que me digo todos los días que pienso en el.

—Vamos te dejare en tu casa—Dijo Sehun cuando me vio esperando el taxi.

—Quiero irme sola—Dije sin mirarle.

—No te pregunte, sube al auto. No podemos hacer una escena y que la feliz pareja se vayan por separado—Rode los ojos y camine directo a su auto. Cuando por fin estuvimos cerca me abrió la puerta pero me negué a subir.

—Quiero irme sola—Frene mi paso.

—No lo harás. Mira joo hyun, metete en el auto y no hagas una escena aquí en es estacionamiento— su voz era dura y firme que en otra ocasión me burlaría en si cara pero no esta noche.

Tenia control sobre mi, pero no el mismo que Jeon solía tenerlo antes conmigo.

Se que me odian pero yo también me odio ahr ya:v
Ya mero falta poco para lo interesante. ¿regresara jungkook? ¿ella estará arrepentida de su desición? ¿se casara realmente? ¿estas leyendo esto con voz de teletienda? Ahr ya :v me voy, pd. Amo sus comentarios siempre me hacen el día~

Pd2. ¿Y si nos seguimos en instagram y me dicen cuanto me odian por este capitulo? Ok no xD igual se los dejo :) @_psycho.doll

I Want You, Noona. ®J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora