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Los dos días que quería que durarán para siempre se habían acabado.
El domingo por la tarde sentía la necesidad de ahorcarme con lo primero que encontrara, tirarme de cualquier edificio o darme con algo en la cabeza, todo con tal de no hacer lo que tenia que hacer.

Tome una ducha que duro mas de lo que debería, debido a que llore una vez mas. No quería que me escuchara pero llorar en silencio es probablemente una de las peores maneras de llorar. El agua corría por mi cara al igual que las lágrimas que descendían igual.

Cuando por fin decidí salir el me estaba en la sala de estar, frente la gran televisión con los controles de la consola delante de el.

— Noona, ha tardado demasiado que ya jugué dos partidas.  Lo siento —Dijo mientras se giraba a verme, dios creo que lloraría una vez mas.

— Yo, no te preocupes kook. Por ahora necesito hablar contigo. — La tonalidad de mi voz me extraño hasta a mi misma. Su cara cambio a preocupación.

— No te preocupes Noona, si use protección pero si es así yo me hare responsable y cuidaremos ambos de el o ella. Siempre me han gustado los niños— Mi corazón se partía en mil pedazos.

— No kook, no es eso. Ven sentémonos juntos —Le dije para que se acercara conmigo en el inmenso sofa. Se puso a mi lado, girado viéndome con los ojos curiosos. Probablemente los míos estaban ya aguosos.

— ¿Que pasa noona? Me preocupas —Dijo confundido. Si supiera.

— Veras kook, como te diste cuenta mi padre fue a la empresa hace unos días. No es un hombre el cual me enorgullece llamarle mi padre...— Me escuchaba atento ante cada palabra.— Hace muchos años mi compañía le pertenecía, vivíamos de ella.

"Papi quiero un pony" decía mientras apenas era una niña ilusa.

"Claro cariño, papi te lo dará. Todo lo que pidas" Decía mientras firmaba un par de cheques sobre su escritorio de la oficina.

— ...pero paso lo que jamás nos imaginaríamos. Un día común y corriente mi padre fue llevado ante una corte, había comento muchas violaciones a los derechos de los trabajadores, tenia muchas deudas, muchas demandas y había hecho malos tratos con mucha gente. Lo cual nos dejo en la bancarrota. Se llevaron a mi padre a la cárcel y a nosotras nos dejo en la calle. Sufrí mucho, apenas era una niña kook. Solo quería preocuparme por jugar, no por que iba a comer o si realmente lo iba a hacer.

Después crecí, mi madre se desvivió por mi para que estudiara, para que me preparara y continuara con mi vida. Tenia tanto odio y rencor que lo puse en el empeño por estudiar, ser la primera en la clase y tener becas puesto que no tenia dinero para pagar mi educación. Me gradué con honores y comencé con la empresa. La joven empresaria. Cambie mi nombre, use el apellido de mi madre para borrar a mi padre y mi pasado. Obtuve resultados, éxito y beneficios. La gente me tenia respeto  ¿Cómo una joven, mujer tenia tanto? Había creado todo un imperio ella sola.

—¿pero? — esta vez su voz fue seria.

— Ayer fue mi padre a hablar conmigo. Salió de la cárcel y me busco. Evidentemente fue demasiado fácil, estoy expuesta al ojo publico. Me habló de una deuda, enorme. Una de las grandes. De los tratos ilegales que había hecho antes y todo ese estúpido pasado. Dios Jungkook como me gustaría hundirme y no regresar nunca mas. — Mi voz se quebró y las lagrimas amenazaban con salir en cualquier momento.

—No noona, no diga eso— Junto sus manos con las mías y me miraba sumamente atento, como queriendo consolarme toda la vida.

— Pero. Por eso tengo que pedirte algo Jeon... — Sus ojos buscaban confundidos los míos —Necesito que desaparezcas de mi vida.


I Want You, Noona. ®J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora