Semanas antes.
Thomas.
Todo se ponía más raro. Desde esa vez que Dylan y yo hicimos el "amor", mi comunicación con Ki, incrementó.
Hoy, quedamos en salir.Nos la pasamos bastante bien: Juegos mecánicos, algodones de azúcar... Definitivamente una cita de típicos chicos de secundaria.
Regresamos a mi casa y todo pasó.
—Ki... para.—Pedía entre jadeos.
—¿Por?—Preguntó entre beso y beso.
—Quiero hacerlo en el cuarto.—Dije caminado hacia atrás.
Él sonrió y me siguió. Llegamos y lo boté a la cama salvajemente. Me senté a horcajadas en él y seguí con el apasionado beso. Divisé la almohada favorita de Dylan.
«Vas a empezar a pagar desde este momento, O'Brien»
Me levanté y Ki apoyó su cabeza en la almohada de Dylan.
¿Qué sentiría que otro chico descanse su cabeza ahí mientras se coge a su novio? ¿Qué sentiría si supiera que un poco de semen se chorreara en esa almohada? Debería comprobarlo.
Tomé las caderas de Ki y tiré de su camisa, dándole a entender que la quería remover. Él entendió y se alzó para quitársela. Terminé removiéndome también la mía.
—¿Qué pasaría si remarcó todo tu pálido abdomen con mi boca?—Preguntó Ki.
—Me excitarías demasiado, Ki.—Respondí.
Sonrió y empezó a lamer mi cuello, marcándolo poco a poco. Su boca descendió hasta mi abdomen, donde también dejó pequeñas marcas. Yo solo daba pequeños jadeos y respingos ante su contacto con mi piel -la cual es muy sensible-.
Moví mis manos hacia su cinturón, el cual desabroché habilidosamente.
Él captó todo y me quitó de encima suyo, retirándose su pantalón y bóxer. Hice lo mismo.Una vez desnudos, retomamos la misma posición que teníamos antes: Él recostado (con su cabeza en la almohada de mi novio) y yo sentado encima suyo.
Tomé su pene y lo alineé en mi entrada.—¿No necesitas estar dilatado?—Preguntó jadeando.
—Ya me acostumbré—Y la metió de un solo golpe.
Me incliné hacia él y cerré mis ojos, dolía. Un dolor que poco a poco se volvió en placer.Moví mis caderas en círculos, volviéndolo loco. Puse mis manos en su pecho y tomé impulso, casi sacando su pene, pero volviendo a dejar que me penetrara profundamente. Los dos jadeamos.
—La almohada... es demasiado cómoda.
—¿Piensas en... eso?—Pregunté, divertidamente.
—Tú solo sigue montándome... Déjame disfrutar.—Cerró sus ojos y sonrió.
Reí ante eso y seguí montándolo.
Movía mis caderas de arriba hacia abajo; él las sostenía, dándome impulso.
Seguimos así hasta que él me volteó.—Pon tú condenada cabeza en esa almohada, y ponte en cuatro.—Dijo dándome una nalgada.
—Sí, señor.— Reí ante sus exigencias.
Hice lo que me pidió y sentí como se volvió a meter dentro de mí.Se movía bastante lento y profundo, causándome placer e impaciencia.
—Mierda. ¿Podrías moverte más rápido?—Dije frustrado.
Él acercó sus labios a mi oreja y habló.
—Lo que ordenes.—Y mordió mi lóbulo, alejándose después.
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Not the only one » Dylmas. [AU].
Fanfiction"Los que son infieles conocen los placeres del amor; es el fiel el que conoce las tragedias del amor." -Oscar Wilde. "El infiel no se da cuenta, aunque con cada acto de deslealtad está sumando puntos para destruir lo mejor de su vida." (La primera...