XVI "No hagas ruido".

371 38 64
                                    

Thomas.

—¡Tyler!—Chillé de alegría y nerviosismo.

—¿Quién era ese tipo?—Preguntó.

—¿Quién?—Fingí ignorancia.

Él me dió una mirada como si dijera "¿es en serio?". Rodé los ojos.

—Pasa.—Me hice a un lado.

Él entro y cerré la puerta.

—¿Ya me vas a contar?—Preguntó, cruzándose de brazos y arqueando una ceja.

Bajé mi mirada y jugué con mis dedos, nervioso.

—Por favor dime que no es lo que creo...—Escuché decirlo.

Regresé mi mirada hacia él, sintiéndome un poco culpable.

—¡Thomas!—Chilló.

—¡Dylan me hizo lo mismo! Nos hizo lo mismo.—Dije a modo de defensa.

—Sí, pero no somos él.—Dijo.

—Pues lo siento, ¿si? Este plan no ha funcionado—Dije, recordando lo qué pasó—¿Ves esto?—Alcé mi playera.

Él vio mi abdomen bajo, con un poco de rubor en sus mejillas.

—¿Qué son...?—Vio las cortadas.

—Ayer me hice esto. Me volví loco, Tyler. Perdí la noción del tiempo y confundí todo.—Dije.

—¿En serio?—Me preguntó, regresó su mirada hacia mis ojos.

Bajé mi playera.

—Sí, en serio.—Dije.

—Mierda...—Dijo.

—Lo sé, esto no está funcionando. Creo que deberíamos--

—No es eso, Thomas—Me interrumpió.

—¿Entonces?—Pregunté.

Él dirigió su mirada hacia la cocina, detrás de mi. Me di media vuelta y vi lo que pasaba.

Un auto, y no sólo cualquier auto... El auto de Dylan.

—Mierda.

Tomé su brazo y lo guié fuera de este lugar. Lo llevé hacia nuestro cuarto. Luego, recordé que lo primero que hace Dylan es ir al cuarto.

—Olvídalo.—Dije.

Nos fuimos de allí y lo llevé al baño, escuchando detrás de mí el sonido de las llaves abriendo la puerta principal.
Lo metí rápidamente al baño y hablé.

—No salgas por nada del mundo, ¿okay?—Dije.

Asintió.

Cerré la puerta justo a tiempo, pues él ya había abierto la puerta.
Me recargué en la puerta del baño, fingiendo que nada había pasado. Su mirada se dirigió a mí.
No tardé en hablar.

—Dijiste que llegarías tarde.—Dije con una sonrisa.

No puedo enojarme después del polvo que eché con Ki...

—Sí... yo también.—Dijo, exhausto.

Decidí no hablar.

—¿Pasa algo?—Preguntó.

—¿Tendría qué?—Sonreí.

«Pensé que los asiáticos la tenían chica...»

—¿Qué hay de cenar?—Cambió el tema.

Mierda.

«Veras, Dylan: No hice la cena porqué me cogí a tu compañero de trabajo, que por cierto, todavía sigue enamorado de mí. Ah, ¿no te conté? Me besé años atrás con Ki cuando tú estabas de intercambio... Whoops»

Not the only one » Dylmas. [AU].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora