Not the only one » Dylmas. [AU].

Kaya: Yo fui su amante.

Años antes.

Omnisciente.

—Hola.—La rubia besó la mejilla -casi a topar con los labios- de la oji-azul.

—Hola.—Kaya vió como se sentaba la preciosa rubia de ojos cafés en frente de ella.

Una vez lo bastante cerca, Kaya, tomó la mano de esta chica y entrelazó sus dedos finos con los de Ava.

—¿Cómo has estado?—Preguntó Kaya con singular alegría, pues no había visto a su amante.

Y no quiero que malinterpreten lo de su amante: Ellas dos, se aman, y no sólo se buscan para sexo, ellas quieren una vida juntas; pero les da miedo confesar su amor ante sus familiares, pues ninguno de sus familiares -tanto de Kaya como de Ava- se han revelado como homosexuales.

—Ya sabes, extrañándote.—La rubia fingió un pequeño puchero, que, después, se formó en una gran sonrisa.

La de cabello castaño, no pudo contener todas sus emociones ante esos dientes tan perfectos, esos labios con un tinte rojo que se estiraban para mostrar aquella delirante dentadura.
Ella le dió una sonrisa boba. La típica sonrisa que te causa esa persona que te gusta, quieres o amas.

—Pero ya estás aquí, conmigo.—Kaya tanteó sus dedos, haciendo pequeños trazos circulares por las delicadas manos de Ava.

—Ni tú, Kaya, ni tú.

[...]

Las dos, pasearon toda esa semana: Recorrer el canal de Venecia. Las galerías con arte mas espléndido. La visita al Vaticano y la capilla sixtina. Claro, también hubo uno que otro pub.
Era, simplemente, un amor destinado.

[...]

—¿Hola?—Preguntó Kaya por el teléfono. Su sonrisa era simplemente gigante.

Sabía que era su amada. Sin embargo, lo único que escuchó, fueron sollozos.

—¿Amor? ¿Qué pasó?—Kaya se preocupó al instante.

—Lo siento mucho...—Su voz estaba entrecortada y se tambaleaba en ciertas palabras.

—¿Estas borracha?—Por un instante, sintió que era una típica llamada de borrachos, donde le marcan a su novia (o ex) y les dicen cuanto la aman y cuanto las extrañan.
Una sonrisa burlona, apareció en el rostro de Kaya.

—Un... poco.—En definitiva, lo estaba.

—¿Por qué las lágrimas, amor?—Kaya ya no sentía tanta preocupación después de esa afirmación.

—Es que... hice algo te--terrible.

—¿Ah, si? ¿Robaste un banco? ¿Nadaste con vagabundos? ¡No me digas! ¿Viajaste en el tiempo, y dejaste que, el meteorito que mató a los dinosaurios, desapareciera y, ahora, los dinosaurios, evolucionaron y somos una versión avanzada de ellos?—Se recargó el la pared, fingiendo devastación absoluta (aunque Ava no lo viera).

—Me cogí al novio de mí hermano...

En ese instante, Kaya, se resbaló lentamente y cayó contra el piso. Su mente imagino todo tipo de escenarios en los que daba una respuesta y era contestada. Tanta información que era difícil de procesar.
Sin embargo, no contestó. Sólo se quedó estática, sintiendo como las lágrimas viajaban por sus mejillas.