"VIII" Es él... (Editado)

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Thomas.

1 semana después.

Tyler y yo decidimos hacer un plan para vengarnos de Dylan (más yo que él).
El plan consistía en fingir que no había pasado nada entre Dylan y yo, que no sentía rencor alguno por haberme engañado. Según esto, conseguiría ablandar el corazón del hombre y, tal vez, me diría su versión de lo hechos.

Parecía bastante estúpido, lo sé, pero era lo mejor que había creado. No era bueno para realizar planes, no como él... ¡Mierda!, ¿Por qué siempre tiene que ser mucho mejor Dylan?

También podía incluir más adelante algunos juegos macabros por parte mía, así como bromas, malos tratos... y tal vez, engaños.
Me lo debía. Yo pasé cuatro años a su lado, ¿y me hace esto? No. Mientras podía salir con bastantes chicos y acostarme con ellos en estos cuatro años, no lo hice, le fui leal todo el tiempo.

El dolor no se comparaba con nada; me habían puesto el cuerno, joder. Se había metido con otro hombre, había besado los labios de otra persona (y quien sabe que otras cosas). Mientras yo besaba las babas de Dylan y de su amante, creyendo que todo iba perfecto en nuestra relación.

                Flashback

Llegué a casa pasadas las diez de la noche. Tenía cansancio acumulado de las horas de clases, las lágrimas derramadas, los ejercicios, tareas, etc.
Sólo quería llegar al sofá y dormir sin horario fijo.

Abrí la puerta, y escuché música que retumbaba por toda la sala. Las luces estaban prendidas y había botellas de alcohol esparcidas por todo el piso.
En cuanto a la música, no eran de esas canciones horribles que están de moda en estos días. No. Eran de las buenas de hace décadas;

I Want To Know What Love Is; Foreigner.

Millones de sentimientos me llegaron cual balde de agua helada. Recordé los viejos tiempos: Cuando estaba horrorizado y consumido por los nervios ante la nueva vida que me esperaba; La universidad.

También, es la canción de nosotros dos: Dylan y yo.

Nuestra canción.

Dylan.

Oh, no.

Esa canción sólo podía significar una sola cosa...

—Now this mountain I must climb...—Escuché una voz que tenía muchos tropiezos en las palabras que pronunciaba, y venía de la cocina.

Cerré con sumo cuidado la puerta, escuché pasos acercarse a mí. Cerré los ojos por temor.
Él estaba borracho, y la última vez que estuvo en ese estado, terminó estrellándome contra la pared del pasillo. Todavía tengo migrañas.

—Tommy... —Dijo, su voz lenta y torpe pronunciaba mi apodo.

No quería voltear, tenía miedo. Obtuve el cierto valor requerido para no salir huyendo. Me giré para verlo: Sus ojos tenían ciertos toques de rojo, y sus párpados estaban caídos.
Tenía la cara llena de marcas lineales que recorrían cual carretera sus mejillas: había estado llorando.
En su mano izquierda se encontraba una botella de tequila a medio acabar.

Not the only one » Dylmas. [AU].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora