"XI" Hipocresía. (Súper editado)

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Thomas.

Una semana después.

Había pasado una semana desde lo sucedido con Tyler. Cuando llegué (como por las once de la mañana), Dylan, se tornó en un monstruo.
Comenzó con una mirada seria, fría, sin piedad.

—¿Dónde estabas? —Fue lo que preguntó cuando cruce por aquella puerta. Él estaba recargado en un mueble, viendo directamente hacia la puerta.

—Por ahí... —Respondí sin muchas ganas. Cerré la puerta (no le puse seguro, pues si algo llegaba a suceder, tendría más tiempo para escapar).

Él me observaba con recelo. Había captado que no le había puesto seguro.
Dejé las llaves en el mueble de la televisión.

—¿Vas ha volver a salir? —Dijo, secamente.

Lo miré. Veía como su mandíbula se ponía cada vez más tensa.

—¿Qué tiene que haya salido? ¿Acaso es algo prohibido? ¿Y que si vuelvo ha salir? —Dije. Mi boca se movió por sí sola.

Al parecer, no le agradó lo que le dije, pues habló con un tono de voz más alto.

—Tienes que consultarme cada vez que lo hagas. —Exclamó. Vi que dió un paso adelante, acercándose más a mí.

—¿Tengo que consultarte cada vez que haga algo? ¡Puedo hacer lo que quiera!

—¡Perfecto! ¡Haz lo que quieras! Yo te espero como idiota en la casa mientras sales a quién sabe dónde.

Hipocresía. Eso era lo que espetaba Dylan de su boca.
La rabia culminó. Mi paciencia se agotó. Comencé a gritarle y desahogarme de todo el odio que traía dentro de mí.

—¡¿?! ¡¿Esperarme?! ¡Eres un maldito hipócrita de mierda, Dylan!, Yo era el que te esperaba como estúpido, como idiota. ¿Y sabes cómo me pagaste? Metiéndole el pene a otro hombre.

»Te besaba, sin saber que traías saliva de otros hombres o semen. Me estampaste contra la pared por tu borrachera. Hiciste que te tuviera miedo, Dylan.
Me jodiste.
Destruiste todo nuestro futuro. Me rompiste el corazón en mil pedazos.
¿Y ahora soy yo el que se sale a "quién sabe dónde"?, por Dios... que estúpido fui.

Él se quedó callado. No dijo ni pío. Simplemente se quedó parado, observándome.
Decidí. Era ahora o nunca.

—Escoge, Dylan: Soy yo o tu amante.

—¿Q-qué? —Pronunció.

—No tengo todo el tiempo. Ya lo gasté bastante en ti.

Él se lo pensó por un momento. Eso me dolió más. ¿De verdad se estaba pensando esto? ¿Era tan difícil escoger? Digo, si es así, esa persona hace una mamadas increíbles para hacerle pensar aquella decisión.
Agachó la cabeza. Con ese simple gesto, me dió a entender a quien prefería.
Mis lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas. Estaba completamente destrozado.

"Los que son infieles conocen los placeres del amor; es el fiel el que conoce las tragedias del amor." Había dicho uno de mis escritores favoritos; Oscar Wilde.
Tal vez ya no era del todo fiel, pues me había cogido al amante de Dylan. Sin embargo, toda nuestra relación le fui leal como un perro.

—Bien. Quédate con el departamento. —Dije. Me encaminé hacia su habitación. Saqué una maleta y comencé a sacar toda mi ropa.

Escuché sus pasos detrás de mí. No quería estar más tiempo en este lugar, sofocándome en estas paredes.
Sentí un jalón en mi muñeca; el cual me hizo voltear. Era él. Sus ojos destilaban lágrimas saladas que recorrían sus mejillas con lunares. Se quedó unos segundos así, observándome. Luego de eso, se aventó hacia mí, abrazándome con ferocidad y sobreprotección.
Al principio no quise responderle, pero soy idiota. No controlo bien mi fuerza de voluntad. Terminé derritiéndome en sus brazos; regresé el abrazo. Hundí mi cabeza en su cuello. Podía oírlo llorar, llorar como nunca antes lo había echo.
Una mano suya se dirigió a mi cabello. Lo acarició como si no hubiera un mañana. Entre tanto sollozo que soltaba, habló.

Not the only one » Dylmas. [AU].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora