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Klaus acercó la cuchara a Anya y ella abrió la boca para comer la lechuga que él le ofrecía.

—Sé que no te gusta, pero debes comer saludable por ella. —Dijo el híbrido señalando el vientre de Anya y ella suspiró sin querer moverse para no arriesgarse a terminar cayéndose de la cama.

Klaus sabía que Anya odiaba la lechuga, pero ella fruncía el ceño porque no sentía nada, no sentía el sabor y tampoco la textura, por eso ella no podía saber cuándo la comida ya estaba triturada y podía tragar. En ese momento daría lo que fuera por sentir el feo sabor de la lechuga.

—Hoy un doctor vendrá a revisarte a ti y a nuestra hija. —Dijo Klaus cortando un trozo de carne y lo llevó a los labios de Anya; ella suspiró de nuevo, pero se comió la carne. —Y podríamos ver a nuestra hija.

Anya pensó en emocionarse, pero primero decidió masticar y masticar muchas veces la carne hasta estar segura de que no se atragantaría y que le cortaría la respiración al bebé.

Y Anya no se emocionó, fue la bebé que dio un gran salto, tanto que sobresalió por la piel de Anya y de haber llevado puesta una playera justa y seca Klaus lo hubiera notado.

Anya comenzó a soltar alaridos y Klaus se asustó por eso.

—¿Que ocurre? —Se quejó dejando el plato sobre la mesa junto a la cama. Anya se llevó las manos al vientre y las dejó ahí, disfrutando del movimiento de su hija que parecía girar con más fuerza que nunca. —¿La niña? —Anya asintió. Klaus con algo de duda colocó su mano sobre el vientre de Anya y la niña se movió con fuerza, él apartó la mano, sonriendo tanto como Anya.

«Se mueve porque sabe quién eres» pensó Anya mientras la bebé seguía moviéndose, como pidiendo que su padre volviera a hablar.

Y era verdad, la bebé se movía una y otra vez cuando Anya estaba en su "modo sociópata", como le llamaba Mason, pero cuando Klaus hablaba ella parecía querer salir de ahí a patadas o demás.

A la bebé le gustaba la voz de su padre.

—Será una niña fuerte. —Sonrió Klaus viendo a Anya a los ojos marrones llenos de brillo inocente. Se acercó y la besó, totalmente enamorado de ella. —Como su madre. —Dijo contra los labios de Anya y ella deseó poder decirle algo. —Te amo.

Fue el corazón de Anya el que saltó esa vez, como le gustaba escuchar esas palabras.

Klaus tomó el plato de nuevo y comenzó a alimentar de nuevo a Anya, pero mientras lo hacía se fijaba en el vientre de ella, que crecía a un ritmo desmesurado a comparación de los vientres normales de embarazada.

Aunque le hacía sentir mejor hablar con Chris y saber que su novia estaba igual que Anya.

El que peor estaba era Alaric, el pobre se fue con todos los demás de vuelta a Mystic Falls, dispuesto a leer y releer todos los libros que podía para traer de vuelta a Rachel. Anya no podía ayudar, ni siquiera podía estar de pie por si sola.

Anya se sentía mal por Alaric.

Tragó una vez más y Klaus le limpió la boca, luego le acercó el vaso lleno de jugo de frutas y ella tragó por reflejo, aunque no sentía el vidrio tocar sus labios, ni el jugo entrar en su boca.

Se sentía como un fantasma, tal vez incluso peor.

Klaus lo notó y se acercó a besarle la mejilla, cosa que la hizo sonreír.

—Es difícil, pero lo vas a superar. —Prometió el híbrido acariciándole el muslo y, cosa rara, Anya no podía sentirlo, no sabía que la estaba tocando. —Te prometo que todo será más fácil pronto.

Fallen Angel {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora